Fin.

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Cuando sus ojos se abren, su respiración está agitada y su corazón late locamente, sus dedos se entierran en la tierra, buscando aferrarse a cualquier cosa. Sus ojos no son capaces de enfocarse en algo hasta que pasan un par de segundos. 

Lee TaeYong, aunque pequeño y menudito, siempre se ha considerado fuerte. O lo suficientemente fuerte para darle una patada al estúpido que le dijo que tenía que tener un par más de centímetros si quería llegar a un alto cargo dentro de la milicia. 

¿Pero qué había sido eso? 

Un sueño, por supuesto

TaeYong se incorpora y todo el sitio a su alrededor está en llamas. Sabe que eso no es parte de su sueño, que es parte de la explosión que acaba de suceder. Probablemente el impulso de aquella explosión lo había mandado a volar y se había quedado inconsciente, la cabeza le duele mucho. Durante su inconsciencia había soñado y ese debía ser el peor de todos los males. 

Allí había un hombre vestido con una bata larga, era su padre. Se volteaba y lo miraba, con sus ojos escondidos tras unos lentes. TaeYong nunca había podido conseguir agradarle a su padre y allí, en su sueño, ese hombre al que siempre había querido impresionar y nunca pudo, lo miraba igual de indiferente en su sueño. Él estaba allí, gritándole y llorando como un niño pequeño que exige atención, pero no lograba nada

TaeYong siempre se había considerado una persona fuerte, pero allí, abrazando sus rodillas se sintió infinitamente pequeño. A diferencia de la mayoría, él sabía que una vez que medicaban a las personas en contra del Rem-On nunca más volvían a ser las mismas y él no iba a dejar que jodieran todo por lo que se había esforzado. 

Era el final de su carrera militar. 

dreamlandWhere stories live. Discover now