CAPITULO 12

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Dimitri y Marcus me bloquearon la salida y ante eso me vi obligada a voltearme y encarar a Adam.

-Alexa, tus continuas amenazas no son agradables, ¿Lo sabías?- dijo él.

-¿Te piensas que me importa? No pretendo ser agradable...

-Ya lo veo... Pero siendo agradable O mostrando una apariencia agradable, podrías llegar aún más lejos- dijo.

-¿Ah sí? ¿Tan agradable como tú? Que eres capaz de matar a sangre fría a los padres de una pobre niña y dejarla huérfana a los diez años de edad... Si esa es la amabilidad que pretendes que muestre, no gracias, prefiero quedarme con mi jodido carácter de mierda... Ahora sí los señores me disculpan- dije haciendo el ademán de irme.

-Deberias mostrar más respeto... Te lo aconsejo- espetó algo molesto.

-Y si no ¿Qué? ¿Me vas a matar a mí también?- pregunté mientras me acercaba a lentos pasos hacia él- Hazlo, ¡Hazlo, joder! ¡Matame!- grité sintiendo como las ganas de llorar se intentaban instalar en mi cuerpo, pero las detuve. Golpeé su escritorio con las manos abiertas y pude ver la sorpresa en sus ojos...

Mi brazo se alargó y le arrebaté el vaso de licor que tenía en la mano derecha, bebiendome el líquido de un trago y estrellando con fuerza el vaso contra el suelo, mirando fijamente a Adam.

-No te tengo miedo...- susurré negando con la cabeza. Me di la vuelta dejándole con la palabra en la boca y llegué hasta Marcus y Dimitri que aún se mantenían delante de la puerta.

-Quitad- inquirió Ryder situándose delante de mí.

Escuché como Adam llamaba a su hijo pero ambos hicimos caso omiso.

Los gorilas dudaron ante la contradicción de la orden entre padre e hijo, pero si eran listos sabían que le debían hacer más caso a Ryder si no querían amanecer muertos en sus habitaciones...

Marcus y Dimitri se hicieron a un lado, Ryder salió del lugar y aguantó la puerta del despacho hasta que yo salí.

Cerró la puerta detrás de mí y ambos nos quedamos en el pasillo.

-No necesitaba tu ayuda- susurré ante lo que acababa de ocurrir.

-Lo sé...

Asentí y puse rumbo al ascensor. Escuché pasos detrás de mí y supe que era Ryder.

Entré al ascensor y esperé hasta que el chico entró para pulsar la cuarta planta, ya que suponía que el también iba a su habitación.

-Siento...- empezó a decir, pero enseguida le interrumpí.

-Me da igual lo que sientas y lo que dejes de sentir... No me digas que sientes la muerte de mis padres ¿Está bien? Ni te atrevas a mencionarlos- dije cruzandome de brazos y encarandole.

-Por dios... Eres exasperante... ¿Lo sabías?

Lo fulminé con la mirada y decidí esperar en silencio a que el ascensor llegara a su destino.

Mis dedos rozaron la herida y supe por el dolor que sentí que aquello necesitaría algunos cuidados especiales.

Una vez el ascensor abrió sus puertas salí con rapidez y tomando el pasillo izquierdo me encaminé a mi apartamento.

Me miré la mano con la que había tocado la herida y vi más sangre de la que me hubiese gustado. Saqué como pude la llave del interior de la cazadora y la introduje en la cerradura con torpeza, volteandola y consiguiendo abrir la puerta.

Adentrándome en el apartamento me di cuenta de que mi trabajo no había sido remunerado pero en esos momentos era lo último que me importaba...

Busqué en los numerosos armarios del baño un botiquín o algo con lo que pudiera curarme aquella herida y me empecé a enervar cuando no encontré nada.

AlexaWhere stories live. Discover now