CAPITULO 11

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Me quedé inmobil y quieta hasta que los disparos cesaron.

Ryder se apartó hacia un lado y después de alejarse de la puerta me ayudó a ponerme en pié, cosa que no rechacé ya que estaba demasiado conmocionada por los últimos acontecimientos.

Nos quedamos a una distancia prudente de la puerta y nuevamente una ráfaga de balas salieron atravesando la madera de ésta.

Miré a Ryder preguntándole con los ojos que era lo que debíamos hacer, ya que si ese hombre tenía los suficientes cartuchos, podría estar toda la noche disparando a la puerta.

Ryder me respondió con una mirada tranquilizadora, como queriendo decirme que iba a ir todo bien, que confiara en él... Y aún que no quería hacerlo, me vi en la situación de acceder y darle un voto de confianza.

Mi acompañante miró la puerta con detenimiento y supe lo que estaba haciendo, mirar los agujeros de bala para saber desde qué punto del interior de la habitación se había disparado.

No me costó mucho darme cuenta de que se había disparado desde la esquina más alejada del despacho, desde la esquina izquierda, ya que los agujeros de salida de bala no eran del todo limpios y se podía ver una leve inclinación.

Ryder me miró y alzó las cejas preguntándome si sabía de donde venían las balas, yo solo asentí y ante eso nos empezamos a mover hacia el mismo lado. Esquivamos los cadáveres de los dos hombres que habíamos matado y seguimos andando hasta llegar al otro extemo de la puerta.

Escuchamos movimiento en el interior del despacho y nos detuvimos justo donde estábamos. Se escucharon pasos acercándose a la puerta y no tuvimos mejor oportunidad que esa, o eso creíamos...

Varias balas empezaron a perforar nuevamente la madera, esta vez casi rozandonos...

Ryder en un acto reflejo me agarró de la cintura y me pegó contra la pared para evitar que alguna bala me tocase.

Gruñí al sentir sus dedos presionar mi herida del costado pero intenté reprimir cualquier intento homicida hacia mí acompañante... Al fin y al cabo lo había hecho por mí bien, ¿No? Esa nueva sensación era rara para mí, que alguien se preocupara para que no me volvieran a disparar era realmente inconcebible en mi mundo.

Mis ojos buscaron sus zafiros y admiré su sangre fría ante la situación... Admiré que fuera como yo.

Sólo me hizo falta un asentimiento de cabeza para saber que íbamos a ir sin piedad... Cuatro pistolas fueron cargadas por dos pares de manos, y empezamos a disparar contra la puerta sin ningún miramiento, sabiendo que había alguien tras ésta, siendo consciented de que una lluvia de balas iba a atravesar el cuerpo de alguien... Y no nos arrepentimos, no conocíamos el significado de esa palabra.

Después de un par de minutos apretando el gatillo nos detuvimos y nos apartamos nuevamente hacia la pared, para no llevarnos sorpresas.

No escuchamos nada, pero no podíamos guiarnos por lo que escucharamos...

-¿Hay alguien muerto ahí dentro?- preguntó Ryder con cierto rintíntin.

Sonreí para mis adentros ante su pregunta y entonces escuchamos un quejido.

-Hijo de puta...- gruñó el hombre desde el despacho.

Por su voz parecía que le habíamos herido, cosa que nos aseguró una entrada al despacho bastante segura.

Me adelanté a Ryder y éste agarrando mi muñeca tiró de mí hacia atrás, dejándome detrás suyo y adelantándose a mí.

-Quieres perder las manos ¿No?- pregunté molesta por sus continuas libertades de tocarme.

Él simplemente rio y se adentró en el despacho mientras yo le seguía.

No bajamos la guardia en ningún momento, e hicimos bien porqué el hombre intentó atacarnos nadamás entrar, pero Ryder le detuvo... La llave que le hizo fue tan rápida que apenas lo vi.

-¿Qué ha sido eso?- pregunté al ver la elegancia que utilizo para derribar a su adversario.

-Krav Maga, querida.- informó con arrogancia- Si quieres algunas clases particulares...- dijo para después guiñarme un ojo.

Bufé con sarcasmo y dirigí mi mirada al hombre tirado en el suelo.

-La combinación...- dije mientras le apuntaba a la cabeza. Él negó y enarqué una ceja divertida- Cariño, creo que no entiendes que tienes una puta pistola dispuesta a volarte los sesos...

Miré a Ryder por un segundo y vi como acababa de encontrar el escondite de la caja fuerte y sonreía con orgullo... Puto arrogante.

-Se me acaba la paciencia cielito... No eres tan útil como crees, y en cuanto las cosas dejan de ser útiles, las hago desaparecer...

-Alexa- llamó mi compañero- Acaba con él...- dijo mientras sacaba billetes de la caja fuerte ya abierta- Acabas de saldar la deuda- Sonreí de medio lado y después apreté el gatillo deleitandome con la mirada atemorizada del hombre...

Ayudé a Ryder a vaciar la caja fuerte, cosa que nos llevó bastante tiempo ya que era bastante dinero.

-Nos hemos dejado la bolsa con el símbolo del dólar...- rio él.

Sonreí ante su intento de chiste y negué con la cabeza mientras acabábamos de vaciar la caja.

-Deberiamos curar eso...- dijo una vez salimos del despacho con el dinero.

-Podré yo sola, no es nada.

Ryder me miró de reojo y pude jurar que bufó molesto pero preferí no decir nada porque ya había tenido bastantes emociones por un día.

Nos apresuramos a salir del edificio lo más rápido que pudimos y después dejamos el dinero en la bolsa de mano que ya teníamos preparada en el maletero coche.

Me subí al asiento del copiloto y Ryder no tardó mucho en poner rumbo al edificio, dando la misión por finalizada.

-No ha ido tan mal...- animó él al verme algo seria.

Le miré sin decir nada y volví a posar mis ojos en la carretera.

-No eres muy habladora, ¿No?- insistió en mantener una conversación.

-Y tú eres demasiado hablador, ¿Verdad?- dije como respuesta- Accedí a tolerar tu presencia, pero no accedí a hacerme tu amiga, ¿Comprendes, pequeño Ry?- espeté con molestia.

Suspiró ante mi actitud y callé todo lo que quedó de camino... Entramos al garaje para dejar el coche y una vez estuvo aparcado, Ry recogió el dinero y ambos nos encaminamos al ascensor.

La subida hasta la sexta planta fue algo incómoda... Ninguno de los dos hablamos, aún que lo preferí así, a veces conseguía irritarme con sus ganas de hablar... Parecía que no le quedaba claro que no eramos amigos.

Las puertas del ascensor se abrieron y dejaron ver a Marcus y a Dimitry de brazos cruzados, esperando algo, o más bien dicho, esperándonos.

-Ya está el circo al completo...- susurré saliendo del ascensor y pasando por delante de gorila uno y gorila dos.

Los escuché gruñir y reí con satisfacción al saber que mi comentario les había molestado.

Los cuatro nos encaminamos al despacho de Adam, el cual nos esperaba sentado en su butacón fumando un puro y bebiendo licor... Como si con él no fuese la cosa.

-Que tranquilo se debe de estar cuando no te juegas el culo para traer esta mierda- dije mientras le quitaba la bolsa a Ryder y la tiraba encima del escritorio de Adam.

-Noto cierta molestia en tus palabras, querida... ¿Me equivoco?- dijo Adam como si se sorprendiera de ello.

-¿Molestia? Oh no... Ni mucho menos, lo que siento, es unas profundas ganas de arrancarte la cabeza, pero como sé que eso no es posible porque supondría mi muerte, pues me quedo con las ganas de hacerlo- dije molesta- Si ya has acabado con esto, me voy.

-Tu no vas a ninguna parte- dijo él haciendo que sus gorilas detuvieran mi marcha hacia la puerta...





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