CAPITULO 9

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Ryder accedió a que yo desenvolupara ambos papeles en la misión y agradecí que no se opusiera a ello.

Pronto llegó el tercer miembro de la misión. Era un tipo alto y musculado, facciones duras y mirada fría y calculadora...

-¿Y Scott?- preguntó nada más entrar al despacho.

-Buenas noches a ti también, James...- dijo Ryder.

El tal James sonrió con suficiencia y esperó la respuesta de su pregunta.

-¿Hace falta que responda?- contestó Ryder con fastidio- Está fiambre, cadáver, caput, la ha palmado...- empezó a enumerar las diferentes maneras que había de decir que había muerto.

-Me queda claro- dijo el hombre- Nos falta un miembro...

-No- contestamos Ryder y yo al unísono, para después mirarnos molestos por hablar al mismo tiempo que el otro.

-No me digas que, el nuevo juguete de tu padre, llevará a cabo dos papeles en la misión...- dijo James incrédulo.

-Eh, alto ahí, cielito... Que quede claro que no soy el puto juguete de nadie- apunté con el índice de manera amenazadora.

-Guarda las garras gatita... Estamos del mismo bando- rugió James.

-Si, por desgracia es así...- contraataque.

James iba a responder pero Ryder le interrumpió, levantando una de sus manos y haciéndole callar.

-Haced el favor de centraros en la jodida misión... ¿Tan difícil es?- dijo Ryder notablemente enfadado.

Callé ante aquello sin mucho ánimo de discutir y Ryder empezó a explicar cómo se llevaría a cabo la misión.

(...)

-Entonces es el momento en el que tú, querida mía, entras en escena...- empezó a decir Ryder para explicar mis dos papeles en la misión- Después de que James y yo te cubramos la espalda hasta el despacho del director del casino, tú entraras a cojer el dinero de la caja fuerte, con un código que le sonsacaras a punta de pistola... Pan comido.

-¿Os debe dinero?- pregunté.

-No te imaginas cuánto... Su casino no es el mejor de de Los Ángeles gracias al sudor de su frente y a su trabajo duro... Es un estafador en toda regla, pero a nosotros no nos toma el pelo nadie, ¿Entiendes?

Asentí y no pregunté nada más. Cuando Ryder acabó de explicarnos la misión decidimos que ya era hora de ponernos en marcha y bajar a la planta subterránea que era donde se guardaba el armamento y los vehículos.

Estaba a punto de salir por la puerta del despacho cuando sentí una mano enrrollarse a mi muñeca.

Volteé para encarar a Ryder que me miraba de una manera muy extraña y tiré de mi brazo mirándole amenazadora.

-Que sea la última vez que me tocas...- escupí como si fuera veneno.

-Alexa... Tu parte de la misión es la más difícil... Pero supongo que ya te habías dado cuenta ¿No es así?- dijo ignorando mi advertencia.

Me crucé de brazos y asentí sabiendo que lo que decía era cierto.

-¿No me ves capacitada para hacerlo? He sobrevivido a cosas peores... Podré con ésto.

-No dudo de lo que dices... Solo quiero que tengas cuidado y seas cauta.

-¿Ahora te preocupas por mí? Venga ya... Ryder hazme un favor y pierdete... Si me encuentro en esta situación ahora mismo es por tu puta culpa y la de tu querido papá... Así que no me vengas ahora con tonterías que bastante tengo en la cabeza- dicho eso me di la vuelta dejándole con la palabra en la boca y me fui de ahí en dirección al ascensor.

Escuché los pasos de Ryder detrás de mí y entramos con James en el ascensor, los tres en silencio.

Acaricié el anillo que llevaba en mi dedo índice y inspiré con tranquilidad intentando mentalizarme para todo aquello.

Pronto llegamos al subterráneo y nada más entrar unas luces automáticas iluminaron el lugar.

Vi las paredes llenas de soportes con metralletas, pistolas, revólveres y todo tipo de armas que conocía a la perfección... En el centro del lugar se encontraban por lo menos diez o quince coches, todos cuarto por cuatro, tracción de cuatro ruedas y escudería blindada a prueba de balas... El color negro destacaba en el lugar y sonreí nada más ver el sitio... Era el paraíso, todo lo que una sicaria podría imaginar.

Vi como James y Ryder se dirigían hasta las paredes del fondo, hacia las armas. Así que hice lo propio y les seguí.

-Escoje la que quieras- dijo Ryder algo seco.

Vi como James solo cogía armas de corto alcance y me crucé de brazos a mirar la mayor estupidez que había visto nunca...

-¿Me quieres cubrir las espaldas con un arma de corto alcance? ¿Me vas a cubrir las espaldas con un puto revolver? Debes estar de broma... Me puedo dar por muerta- hablé mientras me decidía por dos pistolas, de medio alcance y un pequeño revólver por si me hacía falta.

Ryder río levemente y me miró mientras colocaba las dos pistolas en las cartucheras y el revólver dentro de la cazadora, en un pequeño espacio entre el forro interior y el exterior.

-Deja toda esa mierda James... Coje dos rifles y una pistola o dos... Parece que seas principiante, joder...

James nos miró con furia a ambos, pero sabía que no podía decir nada porque Ryder era el hijo del jefe... Y en cuanto parpadease podría estar muerto.

Cuando acabamos nos dirigimos a uno de esos grandes coches, no dudé mucho antes de dirigirme a la puerta del piloto.

-¿Qué crees que haces?- preguntó Ryder con las cejas alzadas y una sonrisa irónica en el rostro.

-Yo conduzco.

-Alexa...- advirtió él con tono amenazador.

-Pequeño Ry...- advertí de la misma manera.

-Dejate de tonterías y mete tu culo en el coche, ¿Quieres?, Además... Las llaves las tengo yo- dijo mientras hacía girar la llave del vehículo en su dedo índice.

Extendí la mano pidiendo las llaves y Ryder rio para después pasar por mi lado y chocar los cinco en mi mano extendida.

Se subió al asiento del piloto y sacó la cabeza por la ventana para mirar en mi dirección.

-Superalo, conduzco yo...- dijo burlón.

Bufé molesta y rodeé el coche para ponerme en el asiento del copiloto, sabiendo que James ya había ocupado los asientos traseros.

Cerré la puerta de un portazo y mire a Ryder molesta, éste rio divertido mientras arrancaba el coche.

Pronto salimos de aquel párking y Ryder condujo a rápida velocidad hasta el casino situado en la segunda calle de la quinta avenida de Los Ángeles.

Aparcó en la acera de en frente y todos nos miramos entre nosotros...

-¿Estáis listos?- preguntó Ryder.

-Más que eso- dije segura de mis palabras.

-¿James?- preguntó Ryder.

-Espero no palmarla...- susurró éste con disgusto.

Reí interiormente y bajamos del coche para después encaminarnos a las puertas del casino, las cuales estaban custodiadas por dos gorilas con cara de pocos amigos...

AlexaWhere stories live. Discover now