ᴄᴀᴛᴏʀᴄᴇ

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Después de pruebas sin resultados y horas de tensión por parte de todos, a María el médico que atendía a Eal, le formuló Ian sola pregunta, que resolvió cualquier incógnita que quedará después de no encontrar anomalías en el organismo del chico. Una pregunta, la cual tenía una respuesta y una consecuencia.

—¿Algún familiar cercano por parte de usted o el padre del chico padece de vitíligo? —En ese momento, el aire pareció pesar más, todo se ralentizó para Eal.

—Si, su abuelo, por parte de padre. — Eal nunca pensó que esto le pudiera ocurrir, porque, tampoco conocía a su abuelo demasiado. Nunca le vio, solo, cuando su nombre surgía en las conversaciones de sus padres, suspiraba, deseaba poderle conocer algún día.

—Queríamos asegurarnos de que no se trataba de otras enfermedades, que pudieran afectar a su salud física. No sé preocupe, su hijo está perfectamente. Sin embargo, le tendremos que explicar los cambios que sufrirá su piel con el tiempo.— El doctor García se quitó sus gafas y se sentó en la silla de la que se había levantado hacía unos minutos.

Entonces comenzó una breve charla sobre el vitíligo. Al parecer, sus melanocitos, las células que se encargan de dar pigmento a su piel, pierden la capacidad de dar ese color, quedando con un tono blanquecino.

Eal no se preocupó al saber que estás manchas se irían haciendo más grandes, y que se extenderían y aparecerían en otras partes de su piel. Él tenía otra forma de ver el mundo, porque, al fin y al cabo, todo es una cuestión de perspectiva, ¿Verdad? 

Vitíligo según Eal: Diferencia. Cambio. Originalidad.


Vi-tí-li-go {Enfermos I}Where stories live. Discover now