Lección 38

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-Creo que será un gran trato- hablo uno de los inversionistas.

-Nuestra producción podría ir en aumento un 15%-hablo el viejo amigo de mi padre con total emoción.

-¿Que opina joven Baker?- pregunto mi asistente Hugo.

-Opinó que pueden terminar sin mi- dije mientras me levantaba- si me disculpan tengo otros asuntos que terminar.

Salí de aquella sala, cada día faltaba menos para la boda y seguia sin saber que salir, al salir del elevador oi como alguien me llamaba, gire la mirada y observe a la señora Mottershaw junto con Anna.

-Pero que coincidencia encontrarlo aquí señor Baker- dijo la señora Mottershaw.

-Pensé que lo estabas buscando- agregó Anna a lo que su madre la observó con molestia.

-Es un placer verlas a ambas- respondí sincero- ¿Puedo ayudarlas en algo?.

-Sólo buscaba al señor Gideon- dijo refiriéndose a uno de mis empresarios.

-Se encuentra arriba y estoy seguro que con gusto la atenderá.

-Muchas gracias por la informacion, andando Anna.

-De hecho mamá yo iré con el joven Baker- dijo Anna mientras me miraba de manera complice.

-¿Es eso cierto?- pregunto mientras arqueaba sus cejas.

-Totalmente cierto- respondí seguro.

-Le encargó mucho a mi hija señor Baker- dijo la señora Mottershaw mientras se iba.

-Gracias por cubrirme.

-Bueno ambos estaríamos en problemas- respondí mientras la miraba brevemente- y entonces, ¿a donde iremos?.

-Yo por mi lado y usted por el suyo señor Baker-me respondió burlona.

-Pensé que vendrías conmigo.

-No se haga tantas ilusiones señor Baker- dijo y me dio la espalda.

-¿Y si me encuentro a mi madre que la digo sobre donde estas?- pregunte mientras la seguía.

-Mienta como lo hizo hace unos segundos.- me respondio.

-Eres una chica extraña.

Ella me observó y fingió hacerse la indignada antes de mostrarme una enorme sonrisa traviesa, yo arquee las cejas confundido, mujeres son todo un enigma.
Me dirigí a mi auto y fui hasta el centro comencial, aún estaba en un debate entre ir o no a la boda, sabía que si terminaba tomando la decisión de ir me sentiría mal por no llevar un regalo, sin embargo no sabía que regarlos hacerle, ¿qué se supone que se les regala a unos recién cazados?.

-¿Se va a casar señor Baker?.

Lo preguntar detrás de mi, gire la cabeza y observe a Anna con un helado entre sus manos, me gire por completo y negué levemente.

-No, sólo estoy viendo unos regalos para unos amigos.

-¿Y como va?.

-Debo que confesar que pésimo, nosr que obsequiarles.

-Podría preguntarles.

-Dudo mucho que Kim quiera decirme.

Note como Anna me observó atentamente tiró su helado en un cesto y regreseo a mi cruzada de brazos.

-Podría ayudarte, claro, si es que le gustaría.

-Por supuesto, creo que sería de gran ayuda una opinión femenina.

-Si no creo que te sirva de mucho- respondió mientras me mostraba una sonrisa- y dime, ¿como es ella?.

-¿Ella?.

-Ya sabes la novia.

-No dirás ellos, el regalo es para ambos.

-No, sólo para ella.

Observe a Anna algo confundido pero bueno era una chica y parecía saber un poco más que yo, además mi madre siempre decía que las mujeres siempre sabían más cosas sobre esto. Solte un leve suspiro y después de tanto tiempo recordé a Kim a la perfeccion, su sonrisa, sus ojos, sus gestos, lo que le gustaba y disgustaba, yo recordé todo.

-Ella es divertida, alegre, algo sarcastica, es la mejor bailarina de ballet en Paris, a pesar de que la dieta estricta que lleva siempre come postres y le encanta el te helado.

-Por lo que oigo ella fue más que una amiga- hablo Anna y yo la Observe sorprendido- ven sigueme tengo el regalo perfecto.

-¿Como es que te diste cuenta?.

-¿Sobre que?.

-Ya sabes que Kim bueno fue algo más que una amiga.

-La verdad sólo fue una pequeña divagacion,pero gracias por confirmarlo.

Me golpee la frente mentalmente mientras la seguia, al final no pensé decir nada mas, no necesitaba que supiera más sobre el tema. La seguí en silencio hasta llegar a una tienda que parecía algo antigua, al entrar sólo observaba juegos de te, mire a Anna con mala cara, no quería un simple juego de te para Kim, ella camino ignorando el hecho de como la miraba y la seguí hasta llegar al fondo de la tienda.

-Sonríes como tonto cuando hablas sobre ella.

-¿Que?- pregunte confundido por su tan repentino comentario.

- Dije que sonríes como idiota cuando hablas de ella, deberías ser menos obvio. Supongo que esa tal Kim fue tu exnovia, pero al parecer siguen siendo amigos y dime, ¿como pasó?.

-Es una larga historia.

-Entiendo que no quieras contarme, oye mira este está linda- dijo cambiando de tema repentimanete mientras señalaba un juego de te- están hechas de manera artesanal, pintadas a mano, con un vidrio fino, tal vez no parezca la gran cosa regalar unas simple juego de te, pero créeme le encantará.

-¿Por que estás segura de eso?- pregunte mientras la miraba.

-Nunca cuestiones a una mujer, créeme en mi. Además tal vez no nocozca a la chica pero por lo poco que me dijiste creo que se parece a ella, tan hermosa y delicadas.

Yo observe el juego de te y luego mire a Anna, esta chica era bastante extraña, pero que más daba supongo que era mejor a no regalarles nada. Me acerqué a la encargada de la tienda y le di instrucciones claras de lo que quería y como quería que lo enviará.

-Linda firma- dijo Anna mientras me observaba firma el tiquet de compra- pero creo que es fácil de falsificar.

-Bueno cuando observe en mi cuenta una enorme lista de zapatos y ropa, sabré con quien ir- bromee mientras la observaba.

-Eso es tonto no sería yo, pero si vez una enorme lista de comida, juegos, libros y algún poni, entonces si fui yo- dijo siguiendo me la corriente.

-¿Un poni?- Pregunte entre risas.

-Siempre quise uno de niña, además no creo que sea demasiado tarde para tener uno.

No pude evitar reír mientras salía de la tienda con Anna, ella me miraba fingiendo estar molesta pero después de un rato sonrió mostrándose su bella sonrisa blanca.

-Creo que debería volver a casa.

-Puedo llevarte- me ofrecí.

-Claro suena bien, sirve que no pago taxi.

-Es lindo saber que te sirvo para algo.

-No se sienta la gran cosa señor Baker, no es el único.

-Sólo dime Tobias, me siento como mi padre cuando me llaman señor Baker.

-De acuerdo, Tobías.

El rey de los Idiotas©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora