Lección 36

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No podía dejar de observar el techo de mi habitacion, necesitaba tomar una decision, cerre los ojos un momento antes de soltar un gran suspiro. Sabía lo que tenía que hacer pero no sabía porque me costaba tanto, sabía que lo mejor era dejarla ir par que ella fuese feliz, pero no podia, simplemente mi cuerpo se negaba.
Estas siendo egoísta.
Lose.
Me levanté de mi cama y entre a la ducha necesitaba concentrarme yo, necesitaba reunir el valor.
Al salir me vestí y observe como el cielo de París emanaba el dulce frío.
Creo que ya era hora, durante todo el camino trate de pensar en algo, debo estar conciente que mis palabras las debo utilizar con cuidado, al llegar observe a Kim afuera muriéndose de frío hay por Dios con esta chica, baje de inmediato y me acerqué a ella.

-Debiste esperarme adentro-dije mientras le colocaba mi bufanda.

-Esta bien no es nada-contesto con una sonrisa.

-¿Que tal si vamos por algo caliente?

-Claro.

La lleve a aquella cafetería rústica que tanto le encantaba, ambos permaneciendo en silencio aunque de vez en cuando intercambiamos unas cuantas palabras mientras tomavamos chocolate caliente

-Solía practicar esgrima de niño- le conté.

-¿Porque lo dejaste?

-Nunca fue lo mio- admiti.

-Estoy segura que eras grandioso... Sabes Tobias yo...

-Sabes te tengo una sorpresa- la interrumpi necesitaba decircelo de una buena vez.

-¿Una sorpresa?-pregunto confundida.

-Si una enorme y grandiosa sorpresa-dije con una gran sonrisa- realmente te va a encantar.

-De acuerdo.

Mientras nos diríamos no dejaba de pensar en todo lo que le diria, necesitaba preparame mentalmente.
Al llegar observe su cara de confusión mientras miraba el museo, entramos con calma y camine por el pasillo que llevaba a aquella pintura.
Ten valor, es lo mejor.
Al llegar me detuve a observar la pintura sentí su mirada sobre mi, luego oi sus pasos acercándose.
Ya es hora.

-Ayer durante la junta, mi padre escogió este pequeño museo solo para ayudar a promoverlo, a todos les fasino esta pintura, la encargada del museo dijo que el artista no asistió a la inauguración de su propia pintura ya que habia pasado algo realmente grave para él... Ese dia fue cuando te accidentaste Kim, cada dia sin falta el siempre estaba en el hospital a tu lado, él ignoraba con facilidad todo lo que lo rodeaba para concentrarse en ti, simplemente el te convertía en su mundo...

-Tobías- me interrumpió con una voz temblorosa.

-Aun no termino Kim- dije antes de continuar, esto era lo correcto- Ese dia que te accidentaste oí que Frederick estuvo contigo, puede que el se sienta culpable por lo que te paso y por eso siente que no te merese, porque no pudo protegerte, sinceramente creo que es algo tonto y mira que te lo digo yo- me acerco a Kim y tome sus mejillas entre mis manos para mirarla fijamente- Te amo Kimberly, yo podria hacerte feliz, cada minuto de tu vida, ahora se que eres una parte importante en mi vida, yo podria pasar toda la vida contigo solo para poderte hacerte sonreír pero, asi como yo te amo tu tambien lo amas, no voy a pedirte que te quedes a mi lado y que yo te ayudare a olvidarlo, porque el es parte de corazón, el te hace feliz cada segundo de tu vida y sabes me harías el hombre mas feliz de la vida si estuvieras conmigo pero tambien seria el hombre mas feliz y afortunado del universo si puedo poner tu felicidad sobre la mia-Es lo mejor para ambos- Por eso tienes que ir con el y decirle lo que en verdad sientes, incluso si el mundo se opone no te rindas Kim. Hay una gran diferencia entre luchar por un amor y pelear por uno, si sabes la diferencia entre estas dos sabes porque estoy haciendo esto y lo que deberás de hacer.

-Tobias, gracias- dijo mientras quitaba mis manos de entre sus mejillas, se dio la vuelta y salió del Museo. Yo observe la pintura y lance un gran suspiro- estúpida pintura.

Oi como alguien se sorbio la nariz gire la mirada y observe a dos señoras llorando mientras se limpiaban con un pañuelo y lo que me faltaba.
Ser parte de un espectaculo, desvíe nuevamente la mirada hacia la pintura y me levanté de mi lugar antes de tomar mi teléfono.

-Papá creo que tomaré la oferta sobre estudiar en Londres- dije mientras miraba la pintura- nobtranquilo, no sucedió nada malo. Sólo creo que, es lo mejor.

Durante los proximos días estuve arreglando todas mis cosas para mi nueva estadía en Londres, salí de mi hogar para meter la última maleta en el auto, jamás pensé que vería a Frederick en la puerta de mi casa.

-¿Vas de viaje?- pregunto Frederick.

-Más o menos- respondí mientras subía la maleta.

-No tienes porque irte.

Yo mire a Frederick y hice una mueca de asco.

-No eres mi tipo- respondí.

-Imbécil.

-No me voy por ustedes- dije mientras cerraba la cajuela- mi padre ahora tiene negocios en Londres y como el próximo heredero voy a acesorarlos.

-Tu familia se irá a la ruina- bromeó Frederick.

-Cuida a Kim- dije ignorando su comentario- y por favor no metas la pata como lo hice, sólo te advierto en cuanto me enteré de algo volveré pataere tu trasero y esta vez si me llevaré a Kim conmigo.

- La cuidare, tranquilo no soy tu.

-Lose.

-Gracias Frederick.

-No lo menciones.

Ambos nos miramos un momento y nos dimos un apretón de manos amistoso. Nos despedimos por última vez y yo subí al auto para irme a Londres.
Supongo que sería mi nueva oportunidad de una nueva vida.

El rey de los Idiotas©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora