Capítulo 50

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Me acosté en la cama y abracé a Anna como todas las noches, sin embargo ella no me pidió el beso de siempre.

-¿Sucede algo?.- pregunte mientras deshacía el abrazo.

- Te amo mucho.- dijo mientras volteaba a verme, yo tome su mano y la besé.

-Yo también te amo.- le respondi a lo cual ella sonrio con tristeza.- Anna, juntos en las buenas y las malas, siempre.

-Si.- me respondió con simpleza mientras ocultaba su rostro en mi pecho.- Tobías nunca olvides cuanto te amo.

-Nunca olvidaría algo asi, eres parte de mi vida.

-Abrazame y no me sueltas nunca, prometemos que me amaras a pesar de todo.

-No hace falta prometerlo, lo haré siempre.

Aquella noche fue la más extraña de mi vida, sabía que algo le pasaba a Anna, pero también sabía que no podría presionarla, me lo diría tarde o temprano. A la mañana siguiente todo parecía ir igual que siempre, Anna me preparo el desayuno, reímos juntos, pero el beso de despedida y el adios, tuvo un sentimiento en medio que no había logrado entender.

-Te vez preocupado abuelo, ¿otra vez hiciste enojarme a la abuela Anna?.- pregunto Matthew con burla.

- No siempre tengo la culpa.- me excuse a lo cual él río.- tengo más de 40 años de matrimonio con ella, ya casi nunca meto la pata.

-Entonces, ¿Qué sucede?.

-Creo que tiene algo, pero ya sabes como suele ser de terca a veces.- comente antes de quedarme pensativo.- iré a casa temprano, te dejaré el negocio acargo.

-No hay problema.

Al llegar a casa un enorme silencio invadió el lugar, los empleados no estaban y al parecer Anna tampoco.

-¿Anna?.- pregunte al entrar a la cocina, pero el silencio seguía presente.
Subí las escaleras en su busqueda pero no había nadie en casa, entre a nuestra habitación azotando la puerta, mi instito me indicó que abriera el armario, en el cual sólo había ropa mia.

-Anna si es una broma no es grasioso.- dije en voz alta mientras miraba alrededor.- Anna harás que me de un infarto en el corazón, ya no soy tan joven como antes.- el silencio volvió a hacer presente, salí de la habitación para buscarla pero no había nadie, seguí a con la esperanza de que fuese una de sus malas bromas, lleguen al jardín donde ella plantaba sus hortencias, en la mesa del jardín había una pequeña nota la tome entre mis manos y de alguna forma no pude evitar llorar, aquella palabra que me causaba tanta felicidad y gozo, ahora se sentía tan dolorosa.- ¡Anna!.

Grite con dolor mientras caí al suelo de rodilla con la nota aún entre mis dedos, la observe y no pude evitar seguir llorando.

-Te amo Tobías Baker.

Era lo único que mencionaba la nota y lo único que me causaba dolor. Ese día había hecho todo lo posible por encontrarla, pero no había ningún rastro, nadie sabía de ella era como si la tierra de la hubiera tragado, su partida causó gran conmoción en mi familia, Anna era nuestra única razón de union y ahora no teníamos nada.
Mi familia comenzó a cambiar, cada quien tomo su camino quedando dividido, mi único apoyo era nieto Matthew, sin embargo aún así nadie podía llenar aquella ausencia de Anna.
Decidí dejar la compañía a cargo de Matthew para poder viajar en busca de Anna.
No me importaba el tiempo que me tomara, la encontraria, incluso aunque la razón y todo el mundo dijera que me rindiera y continuará con mi vida, yo no pensaba irme de esta vida sin haberla encontrado, quería verla, quería hablar con ella por una última vez.

- Abuelo Tobías, necesito decirte algo.- dijo Anayanshi mientras entraba a mi oficina.

-Por supuesto, algo que mis queridos bisnietos quieran.- dije mientras miraba al pequeño entre sus brazos.- mira que vivir lo suficiente para conocer una tercera generación. ¿Donde está Matthew y la pequeña Kamie?.

-No de hecho, es sobre otra cosa. Necesito confesarle algo.

-¿Que sucede?.- pregunte preocupado ante su seriedad.

-Es sobre Anna Mottershaw, su esposa.

Aquellas palabras que había querido escuchar después de tanto tiempo, habían salido de la persona menos esperada, después de más de 8 años por fin había tenido noticias de ella, aunque no todas fueron de mi agrado.

- Por fin te encontré.- mire su tumba mientras sostenía un ramo de hortencias.- después de tantos años.- solté un largo suspiro mientras me sentaba en su tumba.- puede que para las demás personas sea demasiado tarde, pero para mi no, lamentó tanto haberte hecho pasar por todo esto sola, si tan sólo fuese más listo me hubiese dado cuenta yo mismo de las cosas, lamento no haber cumplido el haberte prometido estar contigo en las malas, pero sabes siempre cumplí una una cosa que te prometi.- mire hacia el cielo y no pude evitar sonreír.- sabes sucedieron tantas cosas en tu ausencia y no me importa si ya lo sabes te lo contaré de todos modos y cuando llegue mi hora y este contigo de nuevo, volveré a contarte todo, ahora será mi tiempo de estar alardeando.

Pase mi mano sobre la lápida donde estaba su nombre, de mi bolsillo saque aquella nota que siempre llevaba conmigo. Sonreí ante aquellos buenos recuerdos con ella, cuando la conocí el como calló encima de mi cuando cayó de aquel arbol, el como comenzó nuestra extraña relacion, el como ella misma me propuso matrimonio, nuestra boda, el día que fuimos uno solo, el como nos gustaba pasar momentos a solas en casa donde ella hablaba y hablaba sobre todo lo que le encantaba a hacer de todas las cosas que habíamos hecho me encantaba escucharla, sus gestos, sus carcajadas, sus voces finguidas cuando trataba de imitar a alguien o los chistes de burla inprovisados que hacia, cuando tuvimos a nuestro primer hijo y luego nuestros nietos, Anna me había dado todo lo que un hombre había podido desear, Anna me habia dado la más grande felicidad de todas, ella había sido mi todo en esta vida.

-Te amo Anna Mottershaw.

Fin.

El rey de los Idiotas©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora