Lección 40

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A la mañana siguiente me levanté para ir a trabajar, un dulce aroma me invadió, salí de mi recámara mientras hacia el nudo de mi corbata observe a Anna servir el desayuno.

-No se hacer un desayuno francés pero hice el intento.

-No hacía falta.

-Me estoy quedando aquí es lo menos que puedo hacer, además me gusta cocinar pero nunca me dejan hacerlo en casa porque soy "la señorita".

-Veo que te molesta ser "la señorita" de tu casa, ¿por que?.

-No puedo hacer nada por mi cuenta, me hacen sentir una inutil, tengo potencial para muchas cosas y sin embargo ellos no me dejan hacerlo.

-¿Y que te gustaría hacer?.

Anna me miro y me mostró una enorme sonrisa se sentó a mi lado.

-Me gustaría ser maestra de preescolar.

-¿Por que?- pregunte curioso ya que no me esperaba eso.

-Me gusta mucho los niños pequeños, me encanta jugar con ellos, como dicen las cosas sin temor a lo que diran, en ellos aún no exite la maldad, me gusta mucho la sinceridad de los niños.

-Pues deberías hacerlo.

-Creo que ya soy demasiado grande.

-Tonterias, creo que estás muy bien como para estudiar, nunca nada es demasiado tarde.

-Sabes en mi empresa aquí en Londres tenemos una guardería para las mamás solteras- comente y observe como su sonrisa se agrandaba- puedes ir y ver que tal, ya sabes para ver si te agrada la idea por completo.

-Me encantaria.

-O mira que delicioso se ve todo- dijo Jackson comiendo el pan de mi plato- esto en verdad está rico, tu muy bien Anna.

-Lose, bueno iré a vestirme chicos.

Anna se fue y sentí un codazo mire a Jackson quien sonreía.

-Si se convierte en tu esposa,invitame a comer todos los fines de semana.

-Si se convierte en mi esposa lo que sucederá es que te pondré una orden de restricción.

-Eres cruel Baker- dijo y mordió su pan- muy cruel... Bueno me iré antes.

-¿No quieres que te lleve?.- le pregunte mientras lo observaba.

-No quiero ser un mal tercio, me voy.

Dijo y salio de casa sin mas, después de terminar mi desayuno y de esperar unos cuantos segundos a Anna, nos dirigimos a la empresa, durante el camino le expliqué brevemente todo lo que sabía de la guardería aunque era poco de lo que estaba informado supongo que era mejor a que ella no supiera nada.

-Bueno Rachel te dejo a Anna.

-Si señor Baker, no se preocupe cuidate bien de su novia.

Yo mire a Anna apenado sin embargo ella sólo río, me miro y sonrió ampliamente.

-Cuidate cariño.- dijo burlona antes de darme un beso en la mejilla.

Es una chica adorable.

Sólo es una amiga, le respondí a mi conciencia antes de regresar al trabajo.

-Señor Baker la señora Mottershaw le busca.- me informó una Secretaría me levanté de mi lugar para dirigirme al pasillo.

Observe a la madre de Anna junto a ese tipo que al parecer por lo que dice Anna es un maldito, pervertido imbécil empresario de quinta.
No dijo todo eso.
Estoy seguro que si conciencia.

-Señora Mottershaw, que agradable sorpresa, ¿sucede algo?.

-Mi hija señor Baker, ¿donde está?.- pregunto molesta y es que al parecer ese tipo sabía que tenía que ver en algo.

-¿Sucedió algo grave?.- pregunte tranquilo.

-El joven Montiel me informó que mi hija se fue con usted ayer y ella no llegó a casa en toda la noche y me preocupa que ella...

-¿Tenga una relación conmigo?.- la interrumpi.

-No es eso.- respondió mientras miraba brevemente a aquel hombre volvió su mirada a mi y sonrió levemente.- me preocupa que sea una molestia para usted.

-No lo es.- afirme.- Señora Mottershaw tal vez no este en ningún derecho a opinar en nada pero antes de tomar decisiones sobre asuntos importantes.- dije mientras miraba al hombre quien también me miraba con desagrado.- me gustaría que tomará la opinión de Anna.

-¿Y con que derecho te crees tu como para opinar eso?.- pregunto el hombre con desafío.

-Con mucho más derecho que tu.- respondí.- y sobre su hija señora Mottershaw, al menos debería preguntarle si no le gusta alguien más.

-Oh por Dios.- expresó la señora Mottershaw mientras llevaba sus manos a sus labios.- ustedes dos están saliendo, eso explica porque ibas tan seguido a casa, debí imaginarlo.

Yo guarde silencio, no era algo que quería negar frente a este hombre con cara de depravado pervetido, Anna tenía razón este tipo no da buena espina.

-Señor Baker tiene solicitar su presencia en la guardería.- dijo nuevamente la Secretaría.

-Si me disculpa señora Mottershaw tengo que retirarme, señor.

-¿Quién te crees que eres como para tener a Anna?.- le oí preguntar al tipo.

-Puedo afirmarte que alguien con más derecho que tu.

Dije antes de irme con dirección a la guardería. Al llegar observe a Anna cargando a un bebé, aquella imagen de ella sonriendo con el pequeño me conmovio, ella se veía tan adorable, vi como levanto la mirada para observarme sin borrar la sonrisa de su rostro.

-No crees que es linda.

-La mas linda de todas.- dije sin dejar de mirarla.

-Creo que me gustara trabajar aqui, aunque tengo mis quejas.

Yo arque la ceja y sonreí mientras la miraba.

-¿Así?, ¿como cuál?.

Anna me entrego a la pequeña bebé y saco una lista d bolsillo de su pantalon, volvió a tomar al bebé y me extendió la hoja.

-Esas son mis quejas, si tienes alguna otra duda lo hablaremos en casa.

-Me parece bien.- dije mientras observaba la hoja.- ¿alguna otra cosa?.

-Mi hora de comer es a las 2, ¿que tal si vienes por mi?.

-Encantado, bueno señoritas me retiro.

Me di la vuelta para dirigirme a mi oficina sin embargo recordé lo sucedido de hace unos instantes mire a Anna y comencé en analizar el como le explicaría que su madre piensa que nosotros tenemos una relación.
¡Maldición!.

El rey de los Idiotas©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora