Capítulo 1: Mildret??

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Dominic

-Todo listo doctor.

-Bien, ahora debemos esperar 24 horas.

-Sí, doctor.

-Si ven algún cambio agresivo aislen al paciente. Yo estaré en mi oficina.

-Doctor, lleva dos días con la misma ropa. Debería ir a casa y descansar.

Era Mildret mi mejor amiga y compañera de trabajo, aunque a veces algo más. Era rubia de ojos claros, muy hermosa como para ser modelo y no una doctora.

-Gracias, Mildret, tienes razón. Es tarde, tu también deberías ir a casa.

-No, Dominic. Me quedaré hasta mañana y tu vendrás descansado. Así yo tendré libre mañana que es mi cumpleaños.

-Oh, lo olvidé. Sí, tienes razón. Entonces no sé diga más. Me iré a descansar. Nos vemos.

-Adiós!

Había trabajado en ésta cura toda mi carrera. Quería acabar con las células cancerígenas de una vez por todas. Nada de prevenirlas era erradicarlas por completo. Mi equipo de investigadores había encontrado un hongo por accidente en la raíz de un árbol en las selvas del Congo, éstas atacaba las células cancerígenas, que también era un tipo de hongo. Había hecho las pruebas en animales y habían funcionado. Ahora tenía un grupo de personas que se habían ofrecido voluntariamente para las pruebas experimentales en humanos. Era arriesgado pero ellos ya se habían mentalizado la idea de morir por el cáncer. Además que la aseguradora de mi laboratorio indemnizaría a su familia con algunos miles.

Fui a mi apartamento, vivía sólo, mis padres habían muerto en un accidente aéreo para su aniversario cuando yo tenía 3 años. Me crié en un orfanato. Nunca supe que tenía más familia hasta que mi tía abuela Luisa me llevó con ella a los Estados Unidos a los 16. Había pasado por 2 familias adoptivas pero llegaron a odiarme por mi forma de ser, así que regresé al orfanato.

Pensé que con Luisa mi vida sería mejor que en el orfanato y fue peor. Mi último año de secundaria fue espantoso. Me molestaban por ser inglés y ser un huérfano. Las chicas me rechazan por mis granos. Así que sólo me dediqué a estudiar y fui aceptado en una buena universidad.

Ahora era doctor y tenía mi propio laboratorio. Eso debido a la herencia de Luisa, había muerto un año atrás por una pulmonía. Así que invertí el dinero en mis investigaciones sobre el cáncer.

Al llegar a casa sólo pensé en dormir. No supe nada hasta que mi alarma sonó a las 7:00a.m. había dormido con la misma ropa que andaba, inclusive llevaba los zapatos puestos. Tomé una ducha y me vestí para desayunar. Busqué mi celular y observé que estaba apagado.

-Maldición! Olvidé ponerlo a cargar anoche.

Luego de desayunar fui directo al laboratorio. De camino conecté el celular a mi automóvil pero éste se cayó a mis pies mientras lo hacía. De repente escuché un fuerte golpe en el capó del auto. Frené de golpe y llevé mi vista hacia el frente.

-Qué demonios??

Me bajé de inmediato y vi una chica en el suelo. Tenía un golpe en su sien, la había atropellado. Llevé mi vista a su abdomen, estaba sangrando. Toqué su pulso, estaba viva. Levanté su blusa y vi que tenía dos disparos. La levanté en brazos y la metí al auto luego de revisarla, tenía hemorragia importante. La chica estaba escapando de alguien y por su atuendo no era una chica buena.

De mi impresión no había notado el tumulto de personas que se habían reunido alrededor. La llevé directo a mi clínica, yo mismo la intervendría, era obvio que no tenía para pagar gastos médicos, además yo había tenido la culpa en parte de su estado.

Al llegar observé caos en ésta, había sangre en el piso y las paredes, las puertas estaban abiertas y no había nadie.

-Mildret?? Estás aquí?

Caminé por los pasillos con la chica en brazos. La llevé al quirófano y la estabilicé como pude. Algo no andaba bien. Debía sacarle las balas a la chica pero necesitaba asistencia. Escuché gritos cercanos y corrí hacia estos. Al llegar al pasillo encontré algo que marcó mi vida para siempre. Habían cuerpos esparcidos por todos lados, no sabía si estaban muertos. La mayoría estaban bañados en sangre. Gran parte eran los voluntarios,  habían 2 de los enfermeros en el suelo, el guarda de turno estaba boca abajo con su arma en la mano, escuché de nuevo los gritos y entré a una de las habitaciones. Mildret estaba sobre un archivo con un extintor en sus manos, mientras 2 de los voluntarios trataban de alcanzarla.

Me paralicé al ver los ojos de estos, eran rojos, casi podía jurar que sangraban, su piel estaba pálida y los vasos sanguíneos se dejaban notar de un color púrpura. Corrieron a mí y yo les tiré un escritorio en su camino, ellos cayeron al suelo. Parecía que no tenían reflejos.

-Mildret, ven!!

La chica saltó y corrió hacia mí, tomó mi mano y salimos de ahí, ella se dirigía a la salida pero yo no podía irme.

-Maldición Dominic! Qué haces??

-No puedo irme!

-Te van a matar!

-Debo atender a alguien.

-Qué?

Corrí al quirófano y observé a la chica con las palpitaciones débiles. Mildret me había seguido.

-Qué? Quién es ella?

-Debo salvarle la vida. Cierra la puerta y ayúdame.

Mildret bloqueó la puerta con un mueble y se acercó con un par de guantes.

-Por qué demonios apagaste el celular?

-Se quedó sin batería. Olvidé cargarlo anoche.

-No sé qué pasó...todo sé salió de control. Ellos...son como vampiros... subsucionaron la sangre de mis compañeros. -Mildret comenzó a llorar mientras me ayudaba a sacar las balas. Su pulso temblaba al sostener la jereniga.

-Yo lo hago! Revisa sus signos.

Ella miró la puerta con terror.

-Hace cuanto comenzó?

-No debería estar aquí.

-Pronto nos iremos. Sólo estabilizala. A qué hora comenzó?

-No sé, un par de horas, quizá...

Saqué las balas. Ahora me preocupaba el sangrado.

-Necesito hacer una transfusión.

-Traeré una prueba, no sabemos que tipo de sangre es...

Mildret buscó la prueba en los estantes mientras yo trataba de parar la hemorragia. Le pinchó el dedo a la chica y luego esperamos.

-Y de donde sacaremos la sangre? Sólo tenemos 2 tipos. La tuya o la mía.

Observé a Mildret se veía cansada y algo desorientada.

-Lo siento. De verdad.

Ella miró el suelo.

-Estoy en shock, Dom...

-Vamos a solucionarlo, te lo prometo.

-Y quién es ella?

-No tengo idea, estaba huyendo de alguien, cruzó la calle y la atropellé.

Mildret miró la prueba y luego me dio una mirada de asombro.

-Es O negativa.

-Es un milagro, trae todo para hacer la transfusión.

Mientras Mildret retomada la cirugía de cauterización yo acondicioné todo para extraer mi sangre. Estaba ansioso, se escuchaban los gritos de los hombres detrás de la puerta, habían golpes y también se escuchaban las sirenas a lo lejos. Había creado un serio problema que atentaba con la humanidad. Esto debía ser un sueño, sólo eso...una maldita pesadilla.

Ciudad En Ruinas: Operación OmegaWhere stories live. Discover now