T r e c e

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Llegamos a la gala benéfica y estaban todos esperando en la puerta, para entrar juntos toda la unidad. Voight lo había dicho así y todo el mundo le obedecía. Entré agarrada del brazo de Antonio y cuando los vimos nos separamos y saludamos a todos con normalidad. Al entrar todo el departamento de policía estaba allí, incluso me pareció ver a algún bombero, por lo que sería una gala benéfica de una persona importante, probablemente un donante que deje mucho dinero en los departamentos de seguridad de esta ciudad.

Fruncí el ceño y cuando vi a Voight dejé al equipo para acercarme a él. Esperé a que terminase de hablar con un hombre corpulento de la seguridad y luego me aproximé hacia él – Que guapa estás Meredith – me dijo dejando un beso en mi mejilla, observé a mi alrededor – No me convence esta gala, tú no obligas a nadie a ir a estas cosas... ¿Qué ocurre? – pregunté con el ceño fruncido fijando mi mirada sobre la de él.

Voight cogió una bocanada de aire y me miró fijamente – Hay un posible aviso de bomba, terrorismo, hay mucha gente importante en esta gala esta noche y me han pedido que meta a mis mejores hombres aquí, todavía no estáis al tanto porque acabo de hablar con el jefe de seguridad, os iba a informar ahora – dijo conforme me hacia engancharme a su brazo para caminar hacia los demás. Cuando llegamos parecían estar esperándonos todos para instrucciones, se ve que no soy la única que conoce bien a Hank en este lugar, sonreí de lado y esperé a que Voight nos diese alguna instrucción.

A mí me mandó con Adam a la pista de baile, por lo que me tocaría bailar con un trajeado y guapo Adam Ruzek mientras vigilábamos las esquinas superiores del edificio. – Señorita – dijo sonriendo ofreciéndome su brazo, me incliné para seguir la broma y luego me enganché en su brazo. En la pista de baile dejé que fuese él el que me dirigiera por comprobar si sabía y, efectivamente, sabía bailar bien – Vaya, no es la primera vez que bailas, ¿eh? – le dije sonriendo. Mi mirada viajaba por todos los puntos muertos del lugar para asegurarme de que no había nada ni nadie peligroso.

Cuando la canción acabó nos dirigimos hacia la zona del bar y pedimos los dos algo sin alcohol, dado que nos acababan de poner en una misión no podíamos tomar nada de alcohol – Parece que desde que estás aquí los días son más largos – se quejó Adam bostezando – Dímelo a mí, que acabo de salir de 6 meses de encubierto para no parar de hacer cosas en Inteligencia, Voight es agotador – dije divertida y Adam asintió – Yo me alegro de haber entrado en esta unidad – dijo Adam con bastante sinceridad y yo asentí.

– Claro, te has librado de todas las noches de patrulla – dije dándole en el hombro mientras reía, él rodó los ojos. Jay se acercó a nosotros colocándose la corbata – Tomad los micrófonos, no hemos visto nada sospechoso por ahora, ¿vosotros? – susurró acercándose a mí para disimular alrededor nosotros negamos, después de fingir una conversación formal Jay se fue y nos pusimos los micros en el oído. La noche avanzó sin ningún altercado y a eso de las tres de la mañana la gente se estaba empezando a ir a casa – Me parece raro que habiendo aviso de bomba no haya habido ni un solo altercado – murmuré caminando junto a Adam hacia Jay y Antonio. – Bueno, pues habrá sido una falsa alarma, ¿no? – pregunté mirando a los demás y se encogieron de hombros.

Estábamos dispuestos a salir, éramos los últimos en abandonar el lugar cuando escuchamos a Voight gritar, nos miramos y fuimos hacia el lugar – ¡Salid de aquí! Salid de aquí ahora, corred – dijo Voight echando a correr hacia la salida al igual que todos los demás, la bomba explotó cuando estábamos lo más lejos que pudimos, no sabía cómo estaban los demás, pero yo sentí que mi cuerpo chocaba contra una pared y no fui capaz de levantarme de nuevo, mi vista se oscureció por completo.

Mi cabeza dolía extremadamente y me pitaban los oídos, lentamente me senté para poder levantarme y miré a mi alrededor, Adam estaba a mi lado tumbado boca abajo y el polvo invadía la habitación – Eh, Ruzek, levántate, Adam – le miré el pulso y parecía que estaba estable, le zarandeé ligeramente y abrió los ojos – ¿Qué ha pasado? ¿Estás bien? ¿Están todos bien? – preguntó abrumado y yo le puse una mano en el pecho – Tranquilo, levántate con cuidado Adam, no seas brusco – dije tendiéndole una mano y ayudándole a levantarse, deberíamos estar todos en la misma sala, no creo que nadie haya conseguido salir, aunque yo iba la última detrás de mí iba Hank – Madre mía, Hank – dije de repente girándome para buscarle – ¡Hank! ¡Hank! ¿Dónde coño está? – pregunté preocupada, me eché el pelo hacia atrás y comencé a caminar por el lugar.

Al cabo de un rato Adam y yo encontramos a Antonio, Alvin y a Jay y parecían estar igual de desorientados que nosotros, pero bien, solo faltaban Hank y Atwater por encontrar y a mí Hank me tenía realmente preocupada y me empezaba a marear – Mierda, seguid buscando vosotros – dije apoyándome en una pared durante varios segundos para ver si se me pasaba el mareo, ellos desaparecieron por la sala, excepto Antonio.

– Eh, mírame – me pidió y yo levanté la cabeza para mirarle – Creo que te sangra demasiado esa herida – me dijo, al estar atrapados el equipo de emergencias tardaría un rato en sacarnos de aquí, Antonio arrancó un trozo de mi vestido y me lo ató a la cabeza con fuerza – Esperemos que pare de sangrar – me dijo antes de besarme los labios con suavidad – Gracias – dije con una media sonrisa, a poyado en él seguimos buscando a Hank y Atwater por el lugar, por suerte teníamos un par de linternas con las que alumbrábamos para no caernos al suelo, demasiados impactos habíamos sufrido ya. 

Policía de Chicago (Antonio Dawson)Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon