-¿Por qué no? –Preguntó ella de vuelta sin ver el problema. –Es mi mejor amiga, y casi como mi hermana. ¿Qué hay de malo en querer echarle una mano?

-Esto no es una ONG, Alanna.

-Por Dios, Daryl. Estamos hablando de una persona, no de cincuenta.

-¿Y qué?

-¿Cómo qué "y qué"? La contrataré y punto. –Ambos siguieron desafiándose con la mirada sin dar el brazo a torcer.

-Que te gusta desafiarme, ¿eh?

-Siempre, contad de llevarte la contraria... –El chico la miró alzando una ceja mientras que ella comenzaba a reír. –No, ahora en serio, Daryl. Adeline siempre me ha ayudado y apoyado en todo lo que he hecho con mi vida, ya es hora de que yo le vaya devolviendo esos favores.

-Está bien... –Murmuró sentándose en la silla donde Adeline había estado minutos antes. –Si tanto quieres contratarla, adelante.

-¡Gracias! –La chica sonrió feliz para rodear la mesa y sentarse sobre sus piernas. –Eres el mejor.

-Dime algo que no sepa, cariño.

-Por favor... –Daryl rió acercándose hasta su boca para besarla.

-¿Ya lo sabe?

-No, no. Aprovecharé ahora que está aquí para decirle.

-Está bien. Iré preparándole el contrato entonces.

-Perfecto. –Ahora fue ella quién lo besó para ponerse de pie. –Por cierto, al final Noah me convenció para dejarlo quedarse en casa de Zachary.

-¿Eso significa que tenemos toda la semana libre?

-Si te portas bien... –Murmuró la chica sonriendo inocentemente mientras que él la miraba ofendido.

-Yo siempre me porto bien.

-A veces... –Rió. –Luego tenemos que ir a dejarle una mochila con ropa.

-Sí, de acuerdo. Y luego te llevaré a...

-¿A dónde? –Preguntó intrigada en cuanto se calló caminando hacia la puerta.

-Es una sorpresa. –Dijo sonriéndole maliciosamente antes de salir del despacho.

Sabía que Alanna era lo suficientemente curiosa para tener que aguantar tanto tiempo en descubrir que era esa sorpresa. La chica haría cualquier cosa por enterarse antes de tiempo, pero él no le daría esa maravillosa oportunidad.


⸾ ⸾ ⸾


-¡Voy! –Gritaron desde el otro lado de la puerta mientras que Alanna movía el pie nerviosamente. –Hola.

-Hola... –Le devolvió el saludo a Brenda algo incómoda. ¿tenía que ser ella precisamente la que abriera la puerta? –Vine a dejar la mochila de Noah.

-¿Quieres pasar?

-¿Noah está?

-No, fueron a llevar a Amelia a sus clases de ballet.

-Ah... –Murmuró mirando la maleta de su hijo apenada. –Bueno, pues...

-Puedes venir a verlo durante la semana si quieres, Alanna. No me importa.

-Gracias. –Dijo entregándole la mochila resignada. De verdad que tenía ganas de ver a mi hijo aunque solo fuera un momento de nada...

-¿Estás bien? –Le preguntó Daryl una vez que Alanna se había subido al coche.

-Sí, no pasa nada... –Le sonrió para que se tranquilizara. –¿Vas a llevarme a ver mi sorpresa ahora?

Daryl rió arrancando el coche para poner rumbo hacia un lugar muy conocido y familiarizado por Alanna.

-¿Qué hacemos aquí, Daryl?

-¿No has vuelto desde que la vendiste? –La chica negó volviéndose a girar hacia la casa que había sido de su padre y en la que se había criado hasta su matrimonio con Daryl. –Se ve que la reformaron...

-Sí... Espero que la familia que viva ahora sea tan feliz como lo fui yo con mi padre...

-Estoy seguro de que lo serán. ¿Vamos?

-¿A dónde? –Preguntó en vano, ya que Daryl se había bajado del coche esperando a que ella lo imitara. –¿Para qué nos bajamos, Daryl?

-Ya lo verás. –Le puso la alarma al coche apoyándose en el capó relajadamente. –¿Por qué no vas a tocar?

-¿Para qué? No conozco a los dueños.

-Ve a tocar, Alanna. –Insistió haciéndole fruncir el ceño.

A regañadientes, caminó hacia la puerta para tocar el timbre y girarse a su novio.

-¿Ves? No hay... –La puerta se abrió de repente apareciendo por ella una persona que jamás hubiera imaginado.

-¡Mamá!

-P-pero... –Alanna lo recibió en cuanto su hijo se tiró a sus brazos aún sorprendida. –¿Qué haces aquí, Noah? ¿Con quién viniste?

-¡Papá me trajo! ¡Mira que chula está la casa del abuelo! –Noah tiró de su mano hacia dentro quitándole la oportunidad de mirar a su novio totalmente anonadada.

Efectivamente, el interior de la casa había sido renovado. No quedaba ni una pizca de los antiguos muebles o aquella decoración tan rústica que su padre le había dado a la casa hacia demasiados años atrás.

-¿Dónde está tu padre, Noah?

-¡Se fue con Amelia!

-¡¿Pero estabas tú so...

-No, señora Alanna. Estaba conmigo. –Mima apareció casi por arte de magia frente a ellos sonriéndole tiernamente.

-No entiendo nada, de verdad. No lo entiendo...

-Tranquila, Alanna. Ahora lo entenderás.

Un carraspeo captó la atención de todos y pronto Daryl se dejó ver vestido con un esmoquin absolutamente elegante antes de arrodillarse frente a Alanna.

La chica lo miró con los ojos bien abiertos sin creer lo que estaba viendo.

¿De verdad estaba Daryl allí, arrodillado en el suelo para formular esa pregunta que nunca antes le había formulado?

-No quiero ni pensar lo que debo parecer haciendo esto, pero por ti estaría dispuesto a todo, Alanna... –Suspiró mojándose los labios sintiéndolos secos. –Ya conoces cuales eran mis sentimientos cuando te marchaste, y ahora que regresaste estoy aún más enamorado de ti. –La chica lo miró alucinada para seguir escuchándolo. –No viniste sola, lo sé, pero espero que los tres juntos podamos formar aquella familia que siempre deseé y que estoy seguro de que tú también estabas esperando. Por todo eso, y por todo lo que nos espera por vivir y compartir. ¿Quieres casarte conmigo?

Mima los miró atentamente reteniendo las lágrimas de felicidad mientras que Noah lo miraba todo entre curioso y sorprendido. El niño nunca antes había visto una pedida de mano por parte de ningún hombre hacia su madre, y eso le producía algo de celos en lo más profundo de su alma.

-¿Alanna? –Preguntó Daryl por primera vez nervioso tras el eterno silencio de ella. –En un principio no hicimos las cosas bien, y eso fue uno de los tantos determinantes que afectaron a nuestro matrimonio, pero ahora podemos remediarlo.

-No...

-¿Qué? –Todos en el salón se quedaron sorprendidos ante esa palabra.

-No podemos casarnos, Daryl.

Dime Que Me Quieres {#2DLQS}Kde žijí příběhy. Začni objevovat