Capítulo 12

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SEMANAS DESPUÉS


⸾ ALANNA ⸾


No me creo que ya estés aquí!

-Yo tampoco... –Dije recuperándome aún de las tantas horas que había pasado en el avión sin una pizca de aire del exterior. –¿Declan y la niña?

-En casa. Tampoco quise que se levantaran temprano. –Asentí de acuerdo con ella.

Por fin había llegado el día en el que mi hijo y yo habíamos regresado a California indefinidamente.

Adeline se había ido poco después de que a Noah le dieran el alta y casi que la tuve que echar de mi casa para que volviera a la suya con su familia.

Algo muy parecido había pasado con Zach, muy a su pesar, él también había tenido que regresar a casa.

-¿De verdad que no les importa a Declan y a ti que nos quedemos en vuestra casa?

-¿Otra vez? ¡Ya te había dicho que no, Alanna! No te preocupes por eso.

-Está bien, amiga. Te debo una muy grande. –Addy me sonrió quitándole importancia con la mano para subirnos a su coche.

-¿Y las demás cosas?

-Martha y Scott me las enviarán desde allá. –Asintió antes de arrancar el coche para poner rumbo hacia su casa.


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-¡Hola, hola!

-¡Trajimos chocolate con churros! –Gritó mi hijo nada más abrir la puerta feliz. –¡Lina!

-¡Noah! –Ambos niños se abrazaron mientras que nosotras sonreímos enternecidas.

-¿He oído chocolate con churros?

-¡Tío Declan!

-Hola, vaquero.

Después de varios saludos más y de hablar un poco de cómo se encontraba Noah tras su accidente, decidimos desayunar en la cocina mientras que los niños lo harían en el salón viendo los dibujos.

-¿Y ya has conseguido algún comprador?

-Bff... Que va. Algunos dicen que el precio es muy caro para ser una casa antigua...

-Pero no te desanimes, Ally. Estoy segura de que pronto alguien aparecerá.

-Sí, ojalá. –Murmuré bebiendo de mi chocolate. –También necesito un trabajo urgente.

-¿Por qué no pruebas en la empresa de tu padre?

-¡Declan! –Lo regañó Adeline mirándolo mal.

-¿Qué? Tengo entendido que la mayoría de las acciones fueron compradas por tu marido, ¿no? Lo que significa que aún tienes algún por ciento de ellas, aunque sea muy poco te pertenecen.

-Sí, pero no quiero...

-Por Dios, ¡Declan tiene razón! –Gritó de pronto Addy emocionada. –¿Por qué no lo pensamos antes? Todo lo suyo es tuyo.

-No, no, os equivocáis. Todo lo de Daryl es suyo. Nos casamos con separación de bienes, y por mucho que me divorcie seguiré sin tener nada.

-¿En serio? ¡Pero la empresa era de tu padre!

-Pero fue Daryl el que se encargó de pagar las deudas, y poco a poco fue adueñándose de ella...

-Eso no es justo, Alanna.

-Sí, deberías ir a la empresa y reclamar lo que es tuyo.

-Lo dudo...

-Pues no lo dudes, porque recuerda lo que tu padre te dejó en herencia.

-¿Qué? –Miré a mi amiga confundida.

-Claro, Alanna. Addy tiene razón, aún te quedan unas pocas acciones. –Volvió a decir el chico dándome que pensar.

-No creo que sea la mejor idea. –Dije poniéndome de pie para recoger mi parte de la mesa y salir al salón.

-¿A dónde vas, mami?

-Iré a tomar algo el aire, cariño. No te preocupes. –Besé su cabeza antes de salir de la casa sin mirar a atrás.

¿Pero de verdad creían que Daryl iba a permitir que entrara en su empresa? Lo que era peor, ¿con qué cara llegaría yo a exigirle un derecho que había perdido hacía diez años al irme? Estoy segura de que ni siquiera querría verme, pero...

¿Y si era todo lo contrario?

Solo había una manera de averiguarlo.

Dime Que Me Quieres {#2DLQS}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora