-Esto no, por favor... Él no... –Era lo único que salía de mis labios sin dejar de dar vueltas por aquella desagradable sala y sin poder evitar que más lágrimas y lágrimas de angustia y desesperación cayeran por mis mejillas.
-Cálmate, querida...
-¡No! ¡Quiero ver a mi hijo! ¡Quiero ver a mi hijo! –Grité derrumbándome sobre uno de los asientos sin creer aún lo que estaba pasando.
¿Por qué todo lo malo tenía que pasarme a mí? ¿Por qué no podía tener una vida tranquila y feliz junto a mi hijo sin desgracias que nos incumbieran? ¡¿Por qué?!
-¡Alanna!
-¡Key! –Grité en cuanto lo vi correr hacia mí para abrazarme.
-¿Cómo está? ¿Qué pasó?
-U-un coche... Y él...
-Shh... Tranquila, pequeña, tranquila... –Me aferré aún más a él sin ser capaz de controlar mis lágrimas. –¿Qué dijo el doctor?
-Nada, aún no han salido a decirnos nada... –Murmuró Martha sentada junto a Scott.
-¿Y si... S-si le pasa algo me muero, Key... ¡Me muero!
-No le va a pasar nada, Alanna...
-Señora...
-¡¿Qué tiene mi hijo?! –Me puse de pie en cuanto uno de los doctores de había acercado a nosotros.
-El niño perdió mucha sangre y ya nos estamos encargando de las transfusiones, pero es recomendable hacerle pruebas de compatibilidad a los familiares en caso de escases. Siempre es mucho más rápido que esa sangre sea...
-Las que quieran, doctor. –Lo interrumpió Key haciendo que lo mirara. –Tranquilízate y ve a hacerte esa prueba, Alanna.
-¿No es usted el padre? –Preguntó el doctor antes de que Key negara con la cabeza. –En este caso, acompáñeme por aquí, señora.
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Después de acompañar al doctor y de que me tomaran una muestra de sangre, regresé con los demás un poco más calmada.
-Verás como todo se va a solucionar.
-Sí...
-¿Alanna? Tengo malas noticias. –Confesó el doctor caminando hacia nosotros. –Tu sangre no es compatible con la del niño.
-¡No!
-Quizás llamando a otro familiar o...
-¡¿Pero es que no tenéis ese tipo de sangre aquí o qué?!
-La tenemos, señor. Pero al no ser este un hospital tan grande, y al no ser tan común su tipo de sangre, escasea y por eso se sugiere la de un familiar. Debería de contactar con alguien por el bien de su hijo.
-Lo haré. –Dije sacando el móvil de mi bolso mientras las manos me temblaban. –T-tengo que decirle a Addy que...
-Yo la llamo, Alanna. Tú tranquilízate. –Asentí para sentarme junto a Martha y dejar que me abrazara mientras que él se alejaba un poco para poder hablar mejor. No tardó mucho en regresar a mi lado.
-¿Q-qué dijo?
-Que hablaría con él, y que ahora llamaba. –Asentí sintiéndome la peor persona del mundo.
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Dime Que Me Quieres {#2DLQS}
ChickLitMuchos años habían pasado ya desde la última vez que Alanna había pisado su ciudad natal. Muchos años alejada del dolor y sufrimiento que le habían hecho pasar consciente e inconscientemente. Muchos años alejada del que creyó ser el amor de su vida...