Capítulo 8

6.8K 443 1
                                    

-Hola...

-Hola, mami... –Murmuró intentando sonreír con cara de cansancio. Nunca antes lo había visto tan pálido como lo estaba ahora.¿Qué me pasó?

-Nada, pequeño. Lo importante es que ya estás bien...

Había pasado un día entero sin poder ver a Noah. El doctor había dicho que podría hacerlo en cuanto este despertara, pero a pesar de todo, había decidido quedarme todo el día sentada en la sala de espera esperando, nunca mejor dicho.

Les había pedido a todos que regresaran a sus casas a pesar de que ninguno quiso hacerlo, pero finalmente desistieron en cuanto el doctor nos dijo que Noah había despertado y preguntado por mí, pero que había vuelto a dormirse debido a la falta de energía.

-Estaba en la calle cuando vi una moneda en la carretera y fui a cogerla...

-Shh... Ya pasó, Noah. Déjalo estar... –Acaricié su pelo sonriéndole para que no volviera a esos recuerdos. –Mira, hay alguien que vino a verte. –Dejé un beso en su frente antes de dirigirme a la puerta.

-¿Amelia? –Preguntó un tanto sorprendido al no esperar a aquella niña que solo había visto una vez en su vida allí.

-Hola, Noah... –Murmuró ella tímidamente antes de acercarse a la cama después de haberle dado una última mirada a sus padre. –¿Cómo estás?

-Bien... ¿Qué te pasó ahí? –Curioseó mi hijo señalándole el pequeño hematoma que le había salido a la niña en el brazo a causa de la aguja para la transfusión de sangre.

-Ella fue quien te salvó la vida, pequeño. Amelia compartió su sangre para que hoy estuvieras aquí con nosotros.

-¿Me dejó de su sangre? –Asentí mientras que él fruncía el ceño. –¿Entonces ahora tenemos la misma sangre?

-Más o menos, sí.

-¡Guay! ¡Ahora somos como hermanos! –La niña miró a su padre como si no estuviera entendiendo muy bien las palabras de Noah, pero este simplemente se encogió de hombros.

Si vosotros supierais cuanto había de verdad en esa frase...

-Me alegra mucho que estés bien, Noah. Nos tenías a todos muy preocupados. –Noah frunció el ceño mientras escrutaba a Zach con la mirada. –Creí que...

-¡Papá! –Gritó de repente al ver a Key aparecer en la habitación sin ni siquiera haber sido invitado antes. ¿Pero qué hacía aquí?

Inconscientemente, miré hacia Zachary notando como su mandíbula se tensaba al instante.

Key no tenía que estar aquí. Se suponía que primero íbamos a estar nosotros cuatro en la habitación para conocer cuál sería la reacción de Noah al ver a Zach. Obviamente, no íbamos a decirle todavía que él era su verdadero padre, pero quería vivir este momento solo para nosotros...

-Hola, enano. ¿Cómo estás?

-Bien, papá. ¿Sabes qué ahora Amelia y yo somos como hermanos?

-Sí, lo sé. –Key me miró primero a mí y luego a Zach. –Bueno, ¿y cuanto tiempo tienes que quedarte aquí?

-Según el doctor, unos días, pero quizás pueda alargarse a una semana.

-Vaya, entonces prometo quedarme uno de esos días aquí.

-¡Sí!

-Yo también quiero. –Soltó de pronto Zach mirándome como si me pidiera permiso. –También me gustaría pasar uno de los días aquí...

Dime Que Me Quieres {#2DLQS}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora