Capítulo 1

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-¿Estás segura de que no te importa que nos quedemos aquí?

-¡Claro que no, Alanna! ¿Qué me va a importar? ¡Eres mi mejor amiga!

-Pero quizás a Declan...

-A Declan tampoco le molesta, créeme. Además, mira lo contenta que se puso Lina con vuestra llegada. –Ambas miramos a los niños que jugaban y reían sentados en el suelo del salón.

Adeline se había dignado a darme una sobrina unos años después de que Noah naciera. Lina ya tenía siete años y era una autentica princesita de la casa, y a pesar de que les había tramado una emboscada a sus padres, ambos estaban muy felices con ella.

-Hablando de Declan... ¿Dónde está?

-Trabajando, querida. De alguna manera tenemos que mantener esta casa. –Respondió un tanto a la defensiva dejándome asombrada.

¿Por qué me lo decía de esa manera? ¿Es que tenían problemas económicos y no me había dicho nada? ¿O es que la relación entre Declan y ella no estaba en su mejor momento?

Por el momento, quise no insistir más en ese tema y la seguí hasta la cocina en cuanto me ofreció algo para beber.

-Agua está bien, gracias. –Me sirvió un vaso de agua antes de mirarme curiosamente como solo ella sabía hacer.

-Y ahora cuéntame de ti... ¿Algún novio que no me hayas presentado?

-Hmm... No.

-¿Y ese rubio que se cuela tras de ti en nuestras videollamadas?

-Se llama Scott, y no tenemos nada. Ya te había dicho que es el sobrino de Martha y siempre se pasa por casa para jugar con Noah.

-¿Segura?

-¡Por supuesto!

-¡Papi! –Gritó de pronto Lina tras haberse escuchado la puerta principal abrirse.

-Pero mira a quien tenemos aquí. –Me asomé por el marco de la puerta de la cocina para ver a Declan con su hija en brazos mientras saludaba a Noah.

-¡Cariño! –Adeline pasó por mi lado casi a empujones para ir a besar a su novio haciéndome sentir algo incomoda.

Entonces el problema no estaba en su relación de pareja...

-Alanna, dichosos los ojos que te ven.

-Hola, Declan... –Murmuré mientras que él ponía a Lina en el suelo.

-¿Cómo has estado?

-Bien, bien. –Asintió sonriendo para luego mirar a mi hijo.

-¿Y tú qué, vaquero? ¿Contento de volver a California?

-¡Sí!

-Muy bien. ¿Pasaréis toda la semana aquí? –Siguió preguntando Declan mientras volvíamos los tres a la cocina.

-En principio solo serán unos días. No quiero que Noah le coja cariño a esta ciudad...

-Entiendo... –Me encogí de hombros queriendo cambiar de tema.

-Bueno, creo que voy a llevar a los niños al parque para que puedas descansar un rato.

-No hace falta, Alanna. –Respondió mi amiga cortésmente.

-Sí, sí que lo hace, Addy. Declan tiene derecho a descansar sin escuchar la revuelta de los niños por aquí. –Salí al salón para llamar la atención de ambos niños. –¿Qué os parece ir un rato al parque?

Dime Que Me Quieres {#2DLQS}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora