13. Diciembre

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Luces de colores, una barra llena de botellas de alcohol, botana de todo tipo y un DJ a la esquina de la cochera.
En pocas palabras eso es lo que habrá entre otras sorpresas esta noche en la fiesta de Valentina quien viste un bello vestido color verde de terciopelo con unos tacones de aproximadamente diez centímetros haciendo que se mire alta a pesar de su baja estatura y su cabello peinado en perfectos risos con un maquillaje luminoso que la hacen lucir más guapa de lo que es.

Los invitados comienzan a llegar, chicos de diferentes escuelas, ninguno de los rostros me resultan familiares, tal vez unos cuantos que son de nuestra generación, a los cuales nunca les he hablado pero no está demás hacerlo esta noche.

—¿Ya sabes lo que vas a estudiar?— preguntaba un chico robusto, alto y de cabello chino en plena fila para comer tacos.

—Así es ¿Y tú?— preguntaba intrigada recibiendo mi orden de cuatro tacos tomando un par de limones y condimentos.

—¡Lían! Revisa la conversación de "La cabaña" en este momento y mira los mensajes de todos esos imbéciles.— era Acacia en tono furioso característico de ella. Llegó tan repentinamente, podía notar en su rostro el enojo del cual aún no sabía de qué se trataba.

Me disculpé con el chico por un segundo, pues estaba tratando de hacerme la plática y lo había dejado a plena respuesta, me aparté de la fila de tacos dirigiendome a la mesa donde estaban las demás chavas así saqué mi celular y entrando al chat para ver los dichosos mensajes.
Una pequeña furia surgió en mi al ver que todos esos idiotas habían cancelado ¡CANCELADO! Y no horas antes ¡EN ESTE MALDITO SEGUNDO! Realmente me puse furiosa, no por el hecho de que casualmente ninguno de ellos pudiera venir, realmente André y Manu me importaban muy poco o más bien me valían por completo, pero ¿Sebas? ¿Alberto? ¡¿Santi?! No puede ser.
Valentina es esa clase de chica que puede disculpar fácilmente, incluso situaciones como estas, pero sí que ha sido muy grosero de parte de ellos, en fin.
Para concluir esta noche y este coraje, Alexander me ha echo una pequeña llamada diciéndome; Lían me he enfermado y no podré ir, lo siento.
Solo respondí un "no te preocupes Alex, recupérate" ¿Qué más podía decirle? ¿Acaso había sonado real? ¡No! Es la peor excusa que he escuchado, y sé que es una excusa porque incluso yo la he aplicado, vaya jodido mi karma.

Me dirigí a la barra y me tomé de un jalón tres shots de tequila, así ahogandome en mis propias penas mientras hacía unos cuantos gestos extraños chupando un pedazo de limón con sal. Decidí calmarme y disfrutar la fiesta de Valentina, la música estaba excelente al igual que el ambiente que todos esos chicos desconocidos estaban comenzando a hacer.

Mientras estaba tratando de digerir los tragos de tequila con limón y sal una inoportuna canción comenzó a sonar. La canción que lleva nombre y apellido; Alberto Bracho.
La canción que suele insistir un millón de veces que la cante con el a pesar de no ser de mi agrado, bueno, solía hacerlo, tal vez quedó en el pasado, pero eso no quita el hecho de que me lo recuerde.

—Hey ¿No piensas bailar?— un chico de ropa verde militar con bellos ojos del mismo tono preguntaba.

—Claro, después de esta canción.— respondía mirando como todos bailaban eufóricos en el centro de la pista.

—¿No te gusta?— preguntó.

—La detesto.— reí llevándome un último shot de tequila a mi boca.

—Yo también.— contestó.

La fiesta se resume en mucho alcohol, baile salvaje, gritos y un chico llamado Ricardo que me trataba de "ligar" no tuvo mucho éxito, soy reservada y los pretendientes de una noche no son lo mío, pero tuvo éxito después de todo, gracias a su carisma logró al menos conseguir mi número de celular.
Me la había pasado estupendo, lleno de risas y estupideces que hice con gente que no tenía idea de su existencia, una gran fiesta de cumpleaños, Valentina nunca nos defrauda en eso.

Antes De Decir AdiósWhere stories live. Discover now