5. Septiembre

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"Terremoto de una magnitud de 7.1 sacude al país"

"Terremoto en el país deja cientos de personas muertas y heridas"

"Una gran catástrofe acaba de sacudir al país, se necesita ayuda urgente de todas partes"

"Cuídense de posibles réplicas, más unidos que nunca"

Un terremoto acaba de sacudir a la ciudad, al estado y al país.
¿Cómo explicarlo? ¿Cómo definirlo? Tal vez como una de las experiencias más sobrenaturales que he tenido en toda mi vida.

Era la mañana del día martes, no había tenido clases por la junta de profesores que hubo, me levanté tarde por eso de las 10:00 AM, mi familia ya no estaba; mi papá había salido de viaje, mi mamá se había ido a su trabajo, mi hermana mayor a la Universidad y mi hermana menor al Instituto, pues ella aún va en la secundaria.

Después de despertar tarde, como lo "floja que soy" diría mi amada mamá, bajé a desayunar, me preparé un delicioso café con fruta acompañado de unas ricas tostadas, el día tenía pinta de verse tranquilo así que aprovecharía para pasármela tirada en el sofá el resto de la tarde, pero antes tendría que hacer el "quehacer".

Decidí empezar a lavar los platos, para luego subir a tender las camas y limpiar un poco mi cuarto, pues en toda la semana pareciera que hay un apocalipsis ahí dentro.

Después de terminar mis "deberes" y ver un par de capítulos de mi serie favorita, tomé la genial idea de echarme a descansar, debía de guardar energías para el viernes... ¡Mi cumpleaños! y la siguiente semana el torneo de básquetbol.

Pasó un rato y eran eso de las 13:07 pm, estaba en la planta baja de mi casa comiendo una bolsa de frituras que papá compró unos días antes, el cielo se veía azul, la tranquilidad se podía sentir, tan solo miraba fotos de una gran atleta que admiro y de la nada...

El piso comenzó a moverse, los grandes ventanales comenzaron a temblar, el sonido era tan aterrador, juraría que se iban a quebrar, las fotografías que se encontraban en los muebles comenzaron a caerse.
Reaccioné lo más rápido que pude, tomé el teléfono de mi casa y salí corriendo al patio trasero, podía escuchar como las cosas caían, también sentía perfectamente como el piso se movía sin piedad mientras mis manos temblaban intentaba marcar lo más rápido posible a mamá. Solté en llanto.

—Tranquila hija, no llores, calma todo estará bien, ve a casa de la abuela, todos nos veremos allá, te amo.— es lo único que pude alcanzar a escuchar, la línea se cortó inmediatamente.

No podía imaginar cuantas llamadas intentaban entrar, cientos de miles marcando al mismo tiempo. Estaba temblando, estaba en shock, me puse de cuclillas, me abracé porque claro ¿A quien más?
Lloraba y rezaba, lloraba y rezaba, no pensaba en otra cosa más que en mi familia, deseaba que todos estuvieran bien.

Luego de casi media hora en estado de shock tuve que reaccionar, entré a la casa y revise a grandes rasgos ¡Todo! La luz se había ido, no había señal, nada de nada, apenas y se pudo encender la radio.
Subí al segundo piso, me asomé por la ventana que da hacia la calle principal, niños saliendo de una escuela llorando, gente corriendo, todo era un caos total, no había más, esto era una catástrofe.
Rápidamente me puse una sudadera, tomé mi celular, levanté algunas cosas de cristal que se habían caído y me marché a casa de la abuela, según las instrucciones de mamá.

Antes De Decir AdiósWhere stories live. Discover now