La Cita

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Narra Logan

Por millonésima vez vuelvo a mirar la hora en el reloj de mi muñeca, estoy nervioso, desde que la conocí Milena se convirtió en mi adicción, es una chica muy hermosa y divertida, adora dibujar y lo hace realmente bien, ha soñado con ser arquitecta desde pequeña. La conocí mientras entrenaba en el campo de la escuela, ella logró entrar al equipo de porristas y le estaban enseñando la rutina cuando la vi. Debo admitir que el verdadero motivo por el que me acerqué a ella en primer lugar fue por su físico, Milena tiene un cuerpo envidiable con curvas pronunciadas que llamarían la atención de cualquier hombre en un abrir y cerrar de ojos, pero cuando comencé a conocerla me di cuenta de que era diferente, ella me mira con otros ojos, con el tiempo comenzó a gustarme, su personalidad y la forma en la que trata a las otras personas.


—Logan, puedes irte si quieres, yo terminaré de ver la película y te contaré el final.—La voz de Sam hace que vuelva a la realidad.—Aunque al parecer no has estado prestando atención en ningún momento, ha pasado una hora desde que llegaste y no has dejado de mirar tu reloj cada cinco minutos.


—Tienes razón, es solo que no quiero llegar tarde a mi cita.—Sam toma el control y pausa la película.


—Hace exactamente dos meses estás teniendo citas con Milena y todavía te sigues poniendo nervioso.—Sam ríe y llena su boca de palomitas.


—¡Yo no me pongo ner...—Deja de masticar para mirarme con seriedad y yo suspiro rendido.—Está bien, puede que sí me ponga un poco nervioso cuando estoy con ella, pero eso es porque realmente... me importa.—Bajo un poco la voz sintiéndome raro, es la primera vez que salgo tanto tiempo con una chica y más aun, que me importa tanto. Sam me sonríe con ternura y pone una de sus manos en mi hombro.


—Se que es difícil, Alex pasó por lo mismo, luego de tanto tiempo manteniendo relaciones pasajeras con varias chicas se hace casi imposible aceptar que una de ellas te gusta, y aún más difícil confiar en ella.—Asiento dándole la razón.—Pero sabes, aunque sea difícil debes vencer ese miedo y luchar por ella, Milena es una gran chica, no permitas que se vaya, confía en ella como ella confía en ti.—Suspiro y paso mi mano por mi cabello varias veces, Sam tiene razón.


—No permitiré que eso pase, lo prometo.—Digo y comienzo a caminar hacia la puerta. Subo a mi deportivo y conduzco despacio hasta llegar al restaurante donde me encontraré con Milena, repaso el plan en mi cabeza y me aseguro de que todo esté en su lugar. Unos minutos más tarde veo como la pelinegra más hermosa que he visto abre la puerta, trae un vestido color crema que hace contraste con el tono de su piel, su cabello está recogido en un moño alto y en sus pies trae unos tacones negros que la hacen parecer más alta. Le sonrío sin poder evitarlo y ella me devuelve el gesto, se acerca a mi y besa mi mejilla haciendo que mi corazón palpite con fuerza en mi pecho. Nos sentamos y comenzamos a charlar mientras comemos, Milena me cuenta sobre un viaje que hará en pocas semanas, yo simplemente la observo y asiento demostrando interés, en realidad mi mente se encuentra en otra parte.


—Siento que te estoy aburriendo demasiado.—Sus mejillas se tiñen de un rojo intenso, mira sus manos intentando ocultarlo. Ese gesto tan simple hace que mi estómago se encoja.—Deberías contarme algo tu.—Abro mi boca pero la cierro al instante sin poder pronunciar las palabras que quisiera.


—Tu... ¿Quieres ir a caminar al muelle?—Levanta las cejas sorprendida pero luego de unos segundos asiente. Tomo su mano y comenzamos a caminar fuera del edificio. Pocas personas se encuentran en el muelle, solo un par de parejas además de nosotros, nos mantenemos en silencio hasta detenernos al final del camino.

Desde Mi BalcónWhere stories live. Discover now