6. Amigovio?

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Una semana ha pasado desde que vi a mi amor platónico alejarse de mi en la lluvia. He intentado de todo para hablar con él, pero nada me ha dado resultados, hasta pensé en ir a su casa, pero Logan me hizo ver que no tengo que explicarle nada, básicamente porque no somos nada. De todos modos he pasado mucho tiempo en el balcón, siento un dejo de culpa y no se por qué. Todas las tardes a la misma hora me siento a "leer" cuando Alex llega de entrenar. No es mucho, pero puedo verlo caminando por el jardín con sus shorts negros y su bolso de entrenamiento en el hombro.


—¡Sam ya llegué!—suspiro cansada y cierro mi computadora. Hace casi una hora estoy stalkeando a Alex inútilmente, lleva una semana sin publicar nada, NADA, ni siquiera un tweet. Eso no es bueno para las acosadoras.

Bajo las escaleras y cruzo la sala hasta llegar a la cocina, me siento en uno de los taburetes y comenzamos a cenar. Mamá me habla de las cosas que le pasaron en el trabajo y yo me divierto viendo sus caras y gestos de indignación. Me gusta la relación que tenemos, por un momento me olvido por completo de Alex, hasta me siento mejor. Siempre es bueno tener a alguien con quien hablar aunque sea de idioteces sin sentido.

Al terminar de cenar subo de nuevo a mi habitación y me quedo estática junto a mi cama. Lentamente me acerco a mi ventana, sin poder creer lo que veo. Alex está con los codos apoyados en el barandal de su balcón mirando el cielo nocturno. Trago saliva cuando noto que no lleva nada puesto de la cintura para arriba. Se ve tan lindo como inalcanzable y eso duele.

Sin darme cuenta estoy a centímetros de mi ventana, mi mano está lista para abrirla, pero cuando mis dedos toman la cerradura con fuerza una figura femenina sale al balcón.

Es oficial, mi corazón está roto.

Janet aparece con una de las sudaderas de Alex y mi alma colapsa, es oficial. ¿Qué más pruebas necesito? están juntos, y todo lo que siento nunca le va a importar. Ella es hermosa, alta, rubia y esbelta. No lo culpo por elegirla. Ella apoya su espalda en el barandal y lo mira de costado, él ni siquiera la mira pero mueve sus labios diciendo algo que no entiendo. Ya es suficiente por hoy. Camino arrastrando mis pies hasta llegar a mi cama, y me acuesto mirando el techo en la penumbra de la noche.


—¿Porqué tiene que doler tanto?—Mis palabras no son más que susurros, pero es suficiente para que una lágrima traicionera se deslice por mi mejilla hasta llegar a mi almohada, lentamente comienzo a sentirme pesada y mis párpados se cierran solos.



—Sam, despierta. Samantha levanta ese trasero bien formado de la cama... Saaaam...—O estoy loca, o enserio estoy escuchando la voz de Logan a centímetros de mi rostro.—Sam, si no te levantas tendré que sacarte de la cama.

Sin abrir los ojos le digo que me deje en paz y que se largue, pero al parecer sí estoy medio dormida porque mis palabras salen como un balbuceo de bebé. Escucho los pasos de Logan deslizarse al rededor de mi cama y luego una luz enceguecedora llega hasta mi rostro. El maldito abrió las cortinas de par en par. Cubro mi cara con las sabanas pero como era de esperar en menos de un segundo son arrancadas de mis manos. Gruño como oso y en un intento desesperado tomo la almohada para protegerme de la luz, pero Logan logra quitármela también. Como último recuso me giro quedando boca abajo con la cara contra el colchón. Logan comienza a reír y eso no es bueno. Por un segundo solo escucho silencio, hasta pienso que se fue, pero apenas suspiro aliviada siento como mi cama comienza a levantarse y termino en el suelo. 

—¡LOGAN!—Le grito enojada y sorprendida. ¡Levantó mi colchón y me tiró al suelo!. Lo malo de tener un amigo deportista.

Indignada, me levanto y me acerco a él con mi mejor cara de asesina. Él deja de reír y sale corriendo, bajamos las escaleras y es imposible no reír, corremos al rededor de la mesa, las sillas, incluso sobre el sillón, pero antes de poder alcanzarlo él entra a la cocina y se refugia en un rincón usando a mi madre como escudo.

Como la persona madura y delicada que soy, le saco la lengua y me siento en unos de los taburetes para empezar a desayunar. Mañana es el cumpleaños de Kylie la porrista tonta y como hará una fiesta súper elegante lo ayudaré a elegir un lindo traje.

Terminamos de desayunar y Logan espera sentado en el sillón hasta que me vista adecuadamente. Ya lista, tomo mis llaves y nos subimos al auto rumbo al centro comercial. Las puertas corredizas se abren y un aire frío eriza mi piel. Comenzamos a recorrer las tiendas y nos detenemos en la primera más interesante.

Llevamos horas entrando y saliendo de tiendas, nunca había visto tanta ropa de hombre en un solo día. Pasamos por un puesto de hamburguesas y mi estomago me reclama. Doy unos pasos hacia el paraíso pero Logan toma mi brazo y señala la única tienda a la que no hemos entrado aún.

—Solo una más.—dice. Suspiro cansada y lo sigo, no sin antes amenazarlo con que si no me alimenta después lo golpearé en la cara.

Una pelirroja nos recibe con una amable sonrisa. Bueno, recibe a Logan, a mi sólo me ignora.

Nos muestra algunos modelos que podrían quedarle y se va. Logan toma la ropa y se mete en uno de los probadores mientras yo me siento en un sillón y reviso mi celular. Me siento el hombre de la relación.

—¿Qué te parece éste?—Logan sale luciendo un traje gris y una camisa negra. Lo examino de pies a cabeza y arrugo mi nariz.

—Pareces un abuelito.—Mi tono reflexivo me da gracia y comienzo a reír. Indignado pone su mano abierta en su pecho y se va dramáticamente. Vuelvo a concentrarme en mi celular hasta que siento una leve presión en mi hombro, levanto la mirada y me encuentro con Oliver, uno de los mejores amigos de Logan y por consecuencia mi amigo. Ellos son amigos hace mucho tiempo, cuando Logan lo defendió de unos chicos que lo molestaban por ser gay, sí señores y señoras Oliver es gay. Cuando lo supe quedé anonadada, Oli es un chico muy lindo, su cabello es castaño y tiene ojos verdes que hacen resaltar su piel morena y ni hablemos de sus músculos, ¡este chico hace ejercicio hasta cuando duerme!.

Nos ponemos a hablar de la fiesta de Kylie y opinamos sobre la ropa de Logan. Al final optamos por un clásico, traje negro y camisa blanca con moño, realmente le queda bien. Oliver y yo nos acercamos a la salida en lo que Logan se cambia, pero antes de salir del local detecto a quien hace que mi piel de erize.

Alex camina en nuestra dirección con bolsas en sus manos y una sonriente Janet a su lado. Nuestras miradas se cruzan y mi corazón se acelera. Fuerzo una sonrisa nerviosa cuando ellos se detienen en la entrada de la tienda y Alex presenta a Janet. Siento que alguien jala mi mano y salgo de mi burbuja de amor.

—Oh, y él es Oliver...— Comienzo a hablar. Janet toma algunas de las bolsas que Alex trae en las manos y él le sonríe agradecido. El insecto de los celos se instala en mi y dejo de pensar claro. Las palabras salen solas de mi boca y me arrepiento casi al instante.—Mi novio.—finalizo con una gran sonrisa y entrelazo nuestras manos.



—¿Él es tu novio?— la mirada de Alex cambia drásticamente, ya no mira a Oliver como un posible amigo sino como una ¿amenaza?.—Creí que era Log...—se interrumpe antes de terminar. Lo ignoro y cuando Logan llega hasta nosotros comenzamos a caminar dejando a la parejita atrás.

—Así que ahora somos novios.—Logan nos mira confundido y Oliver comienza a reír.

—Sólo serán unos días, por favor. Luego puedes terminar conmigo y romperme el corazón.—Le suplico con mi mejor cara de gato con botas y dejo de caminar.—¿Amigovios?— Estiro mi mano esperando que el acepte. que lo hará.

—Amigovios.—dice y suspira.—No puedo creer en las cosas que me metes Samantha.

Los tres comenzamos a reír y nos dirigimos hacia el puesto de hamburguesas.

Ésta será una fiesta interesante...

Desde Mi BalcónWhere stories live. Discover now