Extra 2

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—¡Auch!, ¡Yuli! —me quejo al sentir un tirón en el cabello.

—Sí dejaras de agachar la cabeza para mirar el celular no te jalara —suspiro.

—Lo siento, es que estoy muy nerviosa —digo mirando el celular de nuevo.

—¡Dayana!

—Ya, lo siento, lo siento —bufa, y continua con lo suyo. Después de unos minutos por fin termina.

—Listo —dice mirando con orgullo mirando el recogido que ha hecho a mi cabello—. No cabe duda que soy la mejor en esto, te ves bellísima, va a llorar cuando te vea —sonrío. Me miro de nuevo en el espejo. Siempre me ha gustado la sencillez, me encantó este vestido en cuanto mis ojos de posaron en el. entallado a mi figura, encaje desde mi codo hasta la mitad de mis hombros, con corte évasé de las caderas hacia abajo, no busque mas este era el indicado, y si, lo es. Veo como Yuli, se acerca a mi y me abraza por la espalda.

—Estoy tan feliz por ti —sonríe.

—Gracias —digo poniendo mis manos sobre la suyas que posan en mi cintura. Nuestro momento se esfuma por los golpes en la puerta. Rueda los ojos y va hacia ella para abrirla.

—¿Quién? —pregunta.

—Soy yo - escuchamos decir, abre y entra mi madre con la pequeña Lilian en brazos—. Mamá, tengo hambre —reímos, al escuchar a mi madre hablar como si fuera un bebé.

Ahora estamos bien, arreglamos nuestras diferencias, y ahora adora a Cristian, y ni hablar sobre Coraline, esa pequeña le robo el corazón. Esa pequeña regordeta bella de cuatro meses nos tiene encantados. Yuli, insistió celebrara la boda después de que ella diera a luz solo para poder usar un lindo vestido, sin verse hinchada, afortunadamente para ella, solo su vientre creció y ahora no parece que haya tenido un bebé.

—¿Tiene hambre, la bebé de mamá? —digo acercándome a ella antes de que Yuli lo haga. La tomo en brazos— Anda prepara el biberón —digo a Yuli, quien rueda los ojos. Prepara en biberón y se acerca a mí.

—Venga con mamá, mi muñeca —me encanta verla en su roll de madre, es tan linda, pero no deja de ser la loca de siempre, Carlo la adora, y ahora que tienen a la pequeña la adora aún más, me encanta ver como la mira, está loco por ella, y eso me pone feliz por ella.

—Hija te ves bellísima —dice mi madre abrazándome.

—Gracias, mamá.

—Me alegra tanto que seas tan feliz, hija —sonrío, y besos su frente. Me alejo un poco para responderle, pero unos golpes en la puerta nos interrumpen. Mi madre va a ella, abre y la organizadora de eventos entra.

—Ya esta todo listo, ¿estás lista? —me entran los nervios de nuevo, doy media vuelta para mirarme de nuevo en el espejo, checo que todo esté bien, aliso mi vestido. Siento una mano sobre mi hombro, y miro por el espejo a mi madre.

—Hija, tranquila, todo saldrá de maravilla, ahora anda alguien te espera —tomo un gran respiro, y asiento. Mi madre y Yuli salen, mientras yo espero unos segundos más para calmarme.

—Oh, por cierto, señorita Duarte, trajeron algo para usted —sale, y regresa con un arreglo de flores—. No dijeron de parte de quien venían —lo pone sobre la mesita de estar, me acerco y tomo el pequeño sobre que viene en el.

Te deseo toda la felicidad del mundo

Pablo.

Sonrío. Ahora con la llegada de Lilian, nos emos visto un par de veces, y aunque no somos amigos, lo cual sería raro, aparte que no quisiera incomodar a Cristian por ello, nos tratamos cordialmente. En una de las visitas conocí a Tamara, esa chica es demasiado extrovertida, no muy de mi agrado, pero a Pablo se le ve feliz.

No soy la únicaTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon