Capitulo 14

2K 195 121
                                    

Han pasado ocho meses desde el divorcio, sigo trabajando en el preescolar, hace un mes pude conseguir una casa amueblada en renta cerca del preescolar, una casa muy confortable y hogareña. Yuli viene cada dos días a visitarme, ella y Carlo formalizaron hace casi tres meses y están de maravilla. A tratado de conseguirme algunas citas con algunos compañeros de su trabajo, pero aun no me siento lista para empezar de nuevo con eso de las citas. Sigo yendo con mi psicóloga, y al gimnasio.

Estaba en la caminadora eléctrica escuchando música en mi celular, cuando paro mi vista sobre un chico haciendo pesas, su espalda ancha, ambos hombros y antebrazos tatuados, y un trasero ¡bomba!. llevaba un conjunto deportivo color rojo, Dios le quedaba perfecto. No puedo evitar mirar como los músculos de su espalda se marcan cada vez que sube y baja las pesas ¡dios! ¿Está haciendo sentadillas?. Su trasero se pega al pantalón de deportes cada vez que sube y baja y mis lujurioso ojos no pueden apartarse. Creo que yuli tiene razón y tantos meses sin algún insentivo están pasando la cuenta. Estaba concentrada viendo como se ejercitaba, cuando se da la vuelta para dejar las pesas, y me quedo en shock al ver quien es.

-¡Ay!- digo al sentir que caigo al suelo, cierro los ojos al sentir el dolor. Siento que alguien toca mi hombro y abro mis ojos. Y la veo a una niña, cabello castaño oscuro, piel blanca.

-¿Te caíste?- pregunta con cara de preocupación. Recuerdo a quien vi, y me levanto como resorte. Bajo mi cabeza para mirar a la niña, le sonrío, levanto la mirada y observo que él viene en la dirección donde yo estoy. Me entra el nerviosismo y salgo huyendo de ahí, dejando a la niña ahí parada sin más.

Al terminar de cambiar mi ropa de deporte, tomo mis cosas y me encamino a la salida del local. AL llegar a la mini recepción lo primero que veo es a él, hablando con la chica que esta tras el escritorio. tomo mi mochila y tapo mi rostro con ella, y salgo directo hacia mi casa.

-Dios, si definitivamente parece un Dios, ¿pero que estoy pensando?, ¡es tu abogado!- voy hablando conmigo misma de camino a casa. Como es posible que ese cuerpo, se esconda tras ese traje, Dios mio.

Me adentre a la ducha aun sin creerme que sea él, él abogado Abascal. Estaba sentada en el sofá, cuando escucho la puerta abrirse, se perfectamente que se trata de Yuli, desde que me instale en casa, le di una copia de la llave. Escucho sus pasos acercándose, y se deja caer a mi lado, y suspira.

-Hoy si que a sido un día pesado, ni si quiera pude ver a Carlo- dice recargando su cabeza en el respaldo del sofá y cerrando los ojos.- suelto una risita.

-Y ¿que haces aquí?, ve con él-

-Que mas quisiera, pero se quedo haciendo papeleo con un compañero, así que lo veré hasta mañana-dice abriendo los ojos y volteando a mirarme, y me sonríe.

-No vas a creer lo que me paso hoy-

-Por favor, dime que tuviste sexo con alguien-dice poniéndose derecha. Me río.

-no tarada, me encontré con alguien-alza las cejas.

-Pa...-

-No, no él-digo cortándola.

-¿A tu mamá?, tienen como dos meses que no se ven ni hablan-Mi madre, después de la discusión que tuvimos arreglamos un poco el problema, pero cayo en lo mismo de nuevo, y volvimos a discutir.

-No, tampoco mi madre, me encontré, bueno lo observe de lejos, estaba haciendo ejercicio-se viene a mi mente, la imagen de él, levantando las pesas.

-Hello, tierra llamando a Dayana- dice Yuli, pasando su mano frente a mi rostro.- Debe de estar buenísimo, por como te has puesto, ¿ocupas que traiga una cubeta para la baba?-dice riéndose. Le doy un manotazo en el antebrazo y río también.

-Bueno, la verdad que no imagine que todo eso se ocultara tras ese traje.-

-uuh, ¿y?, ¿te lo follaste en las regaderas?, ¿ en el cuarto de limpieza?, cuenta, por favor, ¿metió mano por todos lados?,¿ la tiene grande, pequeña, tamaño normal?,Dios dime que bajaste a cantar,y me mandaste saludos , ¿usaste todas las técnicas que te e enseñado?.-dice emocionada, me sonrojo al pensar en él y yo haciéndolo.

-¡Dios, nooo!, pase la vergüenza de mi vida, por estar babeando viéndolo hacer pesas, caí de la caminadora- digo tapándome el rostro con mis manos, y escucho a Yuli, reír a carcajadas.

-No me la creo-dice sin parar de reír-Dime que no vio cando caíste, que oso-

-Bueno, ya, demasiada burla por hoy, ni siquiera me acerque a él, entre en pánico-

-¿En pánico?, ni que no hubieras visto a hombres haciendo ejercicio antes-

-Obviamente si, pero, si tan solo lo hubieras visto, hubieras quedado igual de embobada que yo, te lo juro - durante la tarde contamos hablando sobre lo guapo que está Abascal y otras cosas triviales, miramos una película, y se quedo a dormir conmigo.

Dos días después habíamos quedado de ir a comer, iba camino hacia el restaurante cuando me llega un mensaje de Yuli, diciendo que ya estaba ahí. Me apresure al lugar, pero me detengo pasmada al ver con quien esta platicando, no lo puedo creer, como se atreve a hacerme esto. La rabia me consume y me largo de ahí, tendrá mucho que explicar.

Nota: ojalá les guste y les siga gustando la historia, saludos a todas!!!

No soy la únicaWhere stories live. Discover now