Capítulo 23: Nada que no haya superado antes.

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Capítulo 23: Nada que no haya superado antes.

Sus ojos azules se posaron cálidos sobre el rostro tierno de su hermano menor. Estaba feliz de verle mejorado, llevaba una semana en ese hospital y aunque habían sido siete dias complicados, por fin comenzaba a ver las mejoras, su piel recuperaba color, tenía algo más de energía, y había recuperado gran parte de su apetito, no necesitaba oxígeno, y no habían tenido que recurrir en ningún momento a técnicas invasivas de reanimación.

—Te ves mejor, —comento sonriente. Al mismo tiempo delineaba la mejilla del menor con sus dedos fríos.

—Me siento mejor, —aclaro Giulian con tranquilidad, intentando trasmitirle parte de su serenidad a aquel ser inseguro que tenía por hermano.

—Me alegro. —

Se sentía distante, ellos eran muy unidos, sin embargo nunca se habían sentido más alejado el uno del otro, en toda su vida. Esos siete dias les había separado. No pelearon, de hecho no hubo un detonante específico para dicho distanciamiento, pero ambos sabían que estaba ocurriendo, aun así se negaban a hacer algo para solucionarlo. Cada cual tenía sus propios miedos.

Para Giulian ese tiempo había significado una gran instancia de reflexión, un tiempo que realmente necesitaba para sí mismo, habían pasado tantas cosas por su mente, aún no termina de ordenarlas todas, sin embrago había un pensamiento en especial que no permitía dormir tranquilo. A su rompecabezas le faltaba una pieza y él lo sabía, el problema es que aún no lograba dar con ella.

Para Castiel por el contrario todo era un caos emocional, un hijo en camino que realmente no era suyo, o así al menos se lo había hecho entender Christopher, un hermano necesitado, para el cual no había estado en un momento crucial, mucha gente a su alrededor que intentaba empujarlo a los brazos de un hombre que no le amaba. A veces se miraba al espejo, con sus ojos cansados y la sonrisa desgastada, llegando a pensar, ¿cuánto se habría equivocado al tomar esa decisión? Expuso su vida y la de su hermano, transo por un corazón la vida de su hijo, Pero, ¿realmente podría haber dejado a su hermano partir sin hacer nada?

—Nos vemos mañana, —dijo después de varios suspiros. Una enfermera se había asomado en el umbral de la puerta, no hizo falta mayores señales para descubrir que ya había sobrepasado la hora de visita.

—Claro, —respondió sonriendo. Recibió un beso amoroso en su frente y luego una caricia suave sobre su cabello. Tiempo despues vio a Castiel marcharse, en ese momento hundió la cara entre sus manos, después revolvió sus cabellos con frustración. ¿Qué era aquello tan importante que su hermano le estaba ocultando?

—Pal-Palo-ma —Era realmente malo, él había prendido algunas letras, sabia un par de monosílabos y podía leer palabras simples como: "sol, las, él, ellos". En fin palabras cortas y de fácil asociación, sin embrago Clarissa era una profesora exigente.

—¿Has estudiado las letras que te entregue la semana pasada? —Pregunto Clarissa, sin darle ninguna felicitación por sus esfuerzos. Eso quería decir que no estaba contenta con su desempeño en la clase.

—Yo, no pude, ayer. Bueno no me sentía muy bien, —respondió avergonzado y Clarissa le reprobó con la mirada. Por supuesto no era una mentira, quiso estudiar, pero el bebé había decido dar un par de problemas durante la tarde.

—Bien tendrás que estudiarlas hoy, y te daré más tareas, así que tendrás que estudiar lo de ayer y lo de hoy, —externo tajante. Castiel solo asintió sintiéndose algo arrepentido, después de todo le estaba haciendole un favor al enseñarle, y él no lo estaba aprovechando como debería.

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