CAPITULO #10

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A la mañana siguiente me levanto y veo que Jade no está. Me pongo su camisa y mi interior, me cepillo los dientes y salgo a ver si está en la sala del hotel. Abro la puerta y me sorprende verlo tan guapo y arreglado. Su perfume hace que me pierda y me quedo sin habla.

-¿Ibas a salir? –Ladea la cabeza mirándome -¿Así? –frunce el ceño

 Regreso mi mirada hacia mi atuendo y veo que tiene razón, estaba pensando en salir en una camisa de él, sin sostén y en calzón. Me pongo colorada y me avergüenzo.

-Nunca me cansaré de decirte lo mucho que me encanta verte sonrojar. –me da una hermosa vista de su sonrisa y sus lindos hoyuelos. –ven, vamos a desayunar. He traído tu desayuno a la cama para cuando te levantaras. –regreso a ver a la habitación, busco mi desayuno y lo veo en la mesita, ni siquiera me había

A dado cuenta que tenía servido el desayuno.

Cuando estoy con Jade todo me parece invisible, es como que todo lo que veo, y quiero ver, es a él. Creo que me estoy obsesionando locamente de Jade, y eso me aterra.

-Está bien. –sonrió y nos dirigimos a comer, pero veo que solo está el desayuno para mí.

-¿Ya has desayunado? –le pregunto confundida, asiente. – ¿sin mí?

 Frunzo el ceño.

-Oh, vamos cariño. Anoche me agoté tanto que tenía tanta hambre que casi te como en la mañana. –vuelvo a sonrojarme.  – Y créeme que lo pensé- me da su sonrisa sarcástica con un beso en la frente. –Come cielo, te esperaré.

-¿Para qué? ¿Iremos a salir? –pregunto asustada. No quiero ver a mis padres, no quiero enfrentarlos.

-Calma cariño. Ya mismo viene Dylan y supongo que mejor es que llegues a tu casa con él y no conmigo.

-Pero yo no quiero ir a casa. Ni tampoco quiero ir sin ti.

-Eso no puede pasar. –me dice triste. –sabes que no puedo llegar contigo.

No digo nada, pero está en lo cierto. Mis padres no deben saber que estuve la noche con Jade y no con Dylan. Si saben que estuve con Dylan se alegrarán pero con Jade es diferente.

-Vamos cielo, no te demores. Te esperaré afuera. –se levanta de la cama.

-No. –digo con un pedazo de pan en mi boca. –quédate, no te vallas.

Me sonríe y asiente. –de acuerdo, pero no dejes de comer. –le devuelvo la sonrisa.

Se pone a leer el periódico, bueno ojearlo no más, porque ni lo lee, creo que solo ve las imágenes.

-¿Por qué compras un periódico si solo vas a ver las imágenes? –pregunto juguetona.

-No lo compré ni lo compraría. No me interesa leer los chismes de la clase alta que muestra sus fotos para que los pobres como nosotros vean que se han divertido. –eso me hace reír.

- ¿y por qué lo tienes?

-Porque sé que eres lerda para comer, y tenía que entretenerme con algo. –me dice riendo.

-Eres un idiota.

-Lo sé. –idiota sobrado pienso. Le sonrío y sigo comiendo.

Tocan la puerta justo cuando acabo de desayunar. Corro a vestirme mientras Jade se dirige a ver quién es.

 -Hola Jade.

-Hola, entra. April se está terminando de vestir.

 Oigo desde el baño que están hablando, pero no hago ruido para escuchar bien.

 -¿Cómo estuvo anoche? –pregunta Dylan.

-Bien, supongo que sí. –Jade está cortante. Es obvio que aún no lo traga.

-Uhm… ¿no se puso a llorar?

-Solo de la emoción. –responde victorioso Jade.

-¿De la emoción? –pregunta confundido.

-Oh, sí. De la emoción y placer.

JADE ERES UN IDIOTA. UN MALDITO IDIOTA. LO VOY A MATAR.

SILENCIO. ESCUCHO EL SILENCIO

Dylan lo rompe.

-Así que… tú y April…

-SI –Jade responde de una sin dejar que termine Dylan.

VUELVE EL SILENCIO

OH! MALDITA SEA NO QUIERO SALIR DEL BAÑO.

No quiero verle la cara ahora a Dylan, no después de eso.

Toc toc –El sonido de la puerta me sobresalta.

 -Mi amor, ¿te fuiste por el retrete? –Maldito Jade.

-Sé que soy una mierda cariño, no tienes que recordármelo.

 

-No quise decir eso, nena. No te demores. –responde riendo.

Jade Wilde  Una idiota obsesión.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora