Sermones matutinos

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-April. – Genial lo que faltaba, el sermón de mis padres por haber llegado hace casi 4 horas de la peor fiesta del mundo, pero bueno tengo un hambre infinita que me comería yo mismo.

 Bajo las escaleras que por cierto resulta ser un completo silencio, creo que esperan hablar hasta que esté en la mesa para sermonearme por lo de la fiesta.

Papa está en la cabecera con sus lentes y su traje puesto leyendo el periódico, está listo para ir al trabajo, al otro lado está mi hermano Luke con sus audífonos sueltos en su chaqueta azul marino, mama está en la cocina terminando de preparar el jugo, me encamino a mi puesto a lado de mi hermano.

-Buenos días – murmuro con mi voz de inocente, sabiendo que me espera la sermoneada del año.

-Hola Cariño – Dice mi padre que no asoma molestia alguna, dobla el periódico y lo coloca en la mesa.

-Jugo de Naranja con azúcar para ustedes y Jugo de Naranja sin azúcar para ti, cielo- mi padre sufre de diabetes, así que 0 azúcar.

- ¿Y Bien? –me mira alzando una ceja. - ¿Cariño que fue lo que sucedió anoche?

¡GENIAL!

De esta no me salve. Bueno les conté todo lo que pasó según yo para que me tengan lastima y vean que no fue mi culpa, pero aun así  tengo un castigo de 3 meses sin salidas ni siquiera a casa de mis amigas.

¿Algo peor que me pueda pasar? Definitivamente, este fin de semana el unicornio de la suerte se confundió de casa.

Jade Wilde  Una idiota obsesión.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora