18. Invitada de honor (7ª parte)

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 –¿Qué hiciste, Nameless? –insistió Sica.

–Te estás... aprovechando de... que... me está...

Nameless se arrepintió de haber hablado, porque no fue capaz de volver a llenar los pulmones.

–Dices que estás bien, pero te escondes en la mentira –acusó suavemente su cepo.

–Si no aflojas, no va a ser capaz de responder –advirtió Sica y la invitada hizo caso y aflojó un poquito.

Nameless respiró todo lo hondo que pudo. Tenía maldita ironía el haberse librado de que Roca la asfixiara (aunque a qué precio), para que ahora aquella desconocida loca a la que intentaba ayudar le estrujara las costillas.

–¿Qué hiciste, Nameless? –repitió Morilec.

–Vale, sí, llévame a casa –aceptó, aunque sabía que era saltar de un problema a un problemón. A Satán no le iba a gustar ni una pizca.

–Primero la verdad –condicionó su cepo.

–¿Por qué? –se quejó intentando liberarse.

–La verdad es buena, es sana.

–No es sana si te matan por ella.

Sica se acercó para poder ponerse cara a cara.

–¿Qué verdad tienes que puede hacer que yo quiera matarte? –preguntó y entonces se dio cuenta de lo que había dicho–. Quiero decir que ya... más que eso... No creo –terminó, pero dudando–. Tal vez sí que sea mejor que no lo sepa, no va a ser que... –intentó añadir, pero le tembló un ojo. Obviamente, si había una verdad por la que asesinar, quería conocerla a cualquier precio, porque seguramente entrañaría algún peligro para ella...

Ahí vio Nameless que estaba perdida. O lo decía o Sica volvería a ponerse peligrosa. O se escapaba e iba a esconderse detrás de Darkheart, plan que no le gustaba nada; además de que lo suyo terminaría sabiéndose de todas formas, porque sería la única forma de relajar a Morilec.

–Nada, no he hecho nada –soltó a la cara de Sica, que estaba ya cambiando de duda adorable a sospecha homicida.

–¿Como Nova, quieres decir? –preguntó Morilec bajando un nivel de oscuridad hostil, pero terriblemente suspicaz todavía.

–¿Qué? ¿Rajar violadores te parece "nada"? Si fuera algo así, en todo caso diría "no hice nada malo".

No está bien rajar gente –declaró la invitada con aquel maldito otro tono de voz.

–Calla, no hablamos de "gente" –le espetó Nameless muy agobiada.

–¿Entonces con "nada" quieres decir...?

–Nada. No hice nada villanesco. Ni heroico pero fuera de la ley. Estaba en mi casa y... –se encogió de hombros– Satán hizo que me secuestraran y aquí estoy.

–¿Así, sin más? –preguntó Sica atónita y la invitada aflojó más.

–Pues... casi. A la noche jugué a un juego por internet y a la mañana siguiente ahí estaban, con el coche volador en el balcón y mi familia idiotizada por un cacharro.

–¿Qué juego? –continuó interrogando Sica, parpadeando para dejar patente su asombro.

–Pues... del Instituto del Mal versus la Academia de los Héroes, jaja. Me hice personaje en la Academia, porque me considero buena gente, y fue un horror. Me criticaban por mi aspecto, por mi ropa, fui incapaz de hacerme amiga de los estirados y, cuando atacaron, esto... los villanos, me mandaron correr a ponerme a salvo –se desconcentró un poco cuando la invitada hundió la cara contra su hombro y gimoteó por lo bajo, tal vez le hubiera recordado algo–. Pero apareció Wolfenstein, bueno, un personaje de él, en un robot gigante y luego un héroe cachas en mallas ajustadas, y me mandaron animarle, pero me pareció denigrante, así que actué por cuenta propia y escacharré el robot. Y a Wolfenstein... El caso es que salvé el día, pero me dijeron que había actuado de forma temeraria y que había puesto en peligro a la gente y no sé qué más, y me expulsaron. Y ahí... me reboté y me hice personaje en el Instituto... –explicó incómoda. Sica tenía cara de estar alucinando y la invitada ahora la achuchaba como si quisiera consolarla– y con ése me tocó atacar a la Academia. Y, bueno, acabé ayudando a Wolfenstein a robar una cosa y... –se encogió de nuevo de hombros–. Al final me salió una parrafada que no leí, pensé que eran las condiciones de seguridad y privacidad para seguir jugando, así que le di a aceptar y me fui a dormir; pero dice Satán que firmé un contrato aceptando ser alumna del Instituto –suspiró para terminar.

Institute of Evil versus Heroes Academy (IEvsHA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora