Institute of Evil versus Heroes Academy (IEvsHA)

6. Sobrevivir un día más II (18)

 –Tienes mala cara –le dijo Full en la cena.

–No, que va –respondió Nameless con cierto nerviosismo.

–Miras la sopa con aprensión.

Ella apretó los labios un momento y empezó a comérsela con saña.

–No será que, después de la clase de Persuasión, te has traumatizado con los líquidos, ¿verdad? –la pinchó Hedera.

–¡¿Traumatizada por una sopa?! –exclamó una voz conocida a su espalda–. Cuéntame, ¿quién ha cocinado una aberración? Que le mando fusilar –dijo Jeff sentándose entre ella y Roca para echarle un brazo por encima de los hombros.

–No es culpa de la sopa –respondió Nameless tratando de ser natural–. Kill nos ha sumergido en barriles y he acabado un poco harta de tanto líquido –añadió, omitiendo deliberadamente las cinco veces que su Capitana la había hundido en el lavabo.

–Así que estabas en clase de Kill... ¡Eh, Ludo! ¡¿A qué no sabes por qué la misteriosa no ha venido con nosotros a Construcción de Guaridas?!

–Porque se ha matriculado en Técnicas de Combate, Persuasión y Eliminación, me supongo –respondió el científico sin inmutarse.

–¿Va a resultar que eres una tía dura? –planteó Jeff.

–Más le vale si quiere sobrevivir con Kill –apuntó Full.

Nameless guardó silencio, no se sentía para nada una tía dura.

–Subcapitana, subamos al cuarto –ordenó Roca con sequedad poniéndose en pie.

Ella se quitó de encima el brazo de Jeff con una disculpa, aunque también con alivio, y la siguió al primer piso.

–Cien flexiones –indicó su Capitana nada más entrar en el dormitorio.

Nameless torció la boca, pero se agachó y empezó a hacerlas.

–Esos tíos pretenden algo –escuchó decir a Eisentblut.

–¿Amigos? –probó, a pesar de que le parecía poco probable.

–Jah.

–¿Alianzas entonces? –propuso mientras se esforzaba por no perder el ritmo.

–Eso suena mucho mejor. Vas aprendiendo –apreció Roca mientas desmontaba y limpiaba su arma.

–Qué... remedio... –murmuró Nameless y se calló para terminar cuanto antes–. Ya está –dijo a los pocos minutos.

–Cien abdominales –fue la respuesta de su Capitana.

–Pero... –empezó a quejarse.

–Hazlas o seguiremos practicando lo del ahogamiento –prometió Roca sin piedad.

Nameless soltó un resoplido con bastante de gruñido y se puso a ello. Cuando por fin pudo ponerse el pijama, estaba más muerta que viva, aunque no se le había escapado el hecho de que en dos días hubiera pasado de no poder hacer ni una sola flexión o abdominal a hacer cien de cada de un tirón.

–¿Qué me está haciendo este instituto? –murmuró desplomándose en la cama.

–Por el momento, ponerte en forma, flojucha –respondió Roca guardando la pistola bajo la almohada.

–Por el momento... –repitió Nameless antes de caer dormida.

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Un zarandeo la sacó bruscamente del sueño y de la cama.