De todo pasa Cinthya.

—No, todo está bien —sonrío, y aunque no me miro estoy seguro que ha sido la sonrisa más falsa del mundo.

—Bien —asiente mirándome no muy convencida.

—Y... ¿Thalía? —Pregunto, ella vuelve a fruncir el ceño confundida.

—Está en su habitación con Arely, se comenzó a alterar por algo que vio en su teléfono —hace una mueca.

— ¿Qué cosa? —Sé perfectamente que Lía no se lo contaría, pero quiero saber si duda de algo.

—No sé la verdad, ella no quiso decirme —suena triste—. Desde hace mucho tiempo no me cuenta nada y cuando intento acercarme a ella me aleja completamente —la abrazo, sintiéndome mal por todo.

—Tranquila, ella necesita su espacio, ya sabes la adolescencia, nosotros tuvimos su edad y fuimos algo rebeldes o alejados como ella. Pero, no te sientas mal por eso —me golpeo internamente, no me siento bien estando así con Cinthya cuando he confesado algo muy grave.

Me encuentro tan confundido como seguro debe estarlo Thalía, pero tampoco puedo terminar mi relación con Cinthya de la noche a la mañana, como tampoco estar enviando mensajes con algo tan fuerte como lo que le he dicho a Lía. Y menos hacer sentir mal a la que ahora es mi futura esposa y a la que le miento a la misma vez. Todo es tan complicado.

¿Por qué tuve que fijarme en la que quizá será mi hijastra? Sólo un idiota lo hace, y ese soy yo.



Thalía. 

Enero 5, 2015



Cierro el libro y hundo mi cabeza en él. La clase se me ha tornado realmente pesada, y a decir verdad comencé el primer día muy mal, sin ponerles atención a los cinco profesores que ya me ha tocado clase.

Ocho días, en los que he evadido todo acerca de José. Sus mensajes y llamadas -que no debe hacerme por el hecho de que no es nadie, y menos cuando se ve una traición hacia mi madre-. El fin de año decidí pasarla en casa de Arely con su mamá y hermanos. No quería estar en el mismo sitio que él, o al menos no por ahora quiero tener que verle la cara, no hasta que aún no tenga claro lo que a mí también me sucede en realidad.

Levanto mi rostro encontrándome con el salón completamente vacío, ni siquiera tengo idea de que clase me toca a continuación. Tengo la mente en otro lugar.

Un chico entra, sorprendiéndose por mi presencia en el aula. Sonríe, acercándose para sentarse en el pupitre que hay enfrente mío.

— ¿Estás bien? —Pregunta. Lo miro frunciendo el ceño, ¿realmente me encuentro tan mal? —. No quiero sonar o parecer entrometido, pero, cualquier cosa puedo ayudarte —suena realmente amable, aun sin conocerme.

—Todo está bien, igual muchas gracias —tomo el libro y los lápices, pero estos caen de mis manos, tan torpe no podría estar.

—Descuida, yo los recojo —se agacha para tomar mis cosas—. Toma Thalía —me extiende el libro con los lápices encima del mismo. ¿Cómo él sabe mi nombre?

— ¿Cómo sabes mi nombre? —Pregunto arqueando una ceja, jamás vi a este chico en una misma clase que yo.

—Eh... Compartimos la misma clase de química, quizá jamás me viste.

— ¿En serio? La verdad no...

—Soy Christian —me extiende ahora su mano sonriendo de nuevo.

—Un gusto Christian, yo soy Thalía —sonrío también—. Bueno debo irme, tengo que ir a mi siguiente clase si es que tengo —hago una mueca, tomo el bolso y camino hacia la salida del salón.

El pasillo se encuentra totalmente solo, porque prácticamente todos ya están en su clase menos yo. Saco del bolsillo trasero de mi pantalón la hoja donde tengo mi horario, y gracias a los cielos la tengo libre. Al fin algo bueno en el día.

Mi teléfono suena y sin ver la pantalla contesto la llamada.

— ¿Alo? —Pregunto, al no obtener respuesta del otro lado de la línea.

—Lía, al fin me respondes, por favor no me cuelgues... —Susurra.

—José, ¿qué diablos quieres? ¡Ya te dejé en claro que no quiero hablar nunca más contigo, entiéndelo! —Grito, escucharlo me altera.

—Thalía, por favor —aparece en mi vista. Cierro los ojos, me lo estoy hasta imaginando. Me estoy volviendo loca, pero es real él está aquí. Mi corazón comienza a latir fuertemente, y mi cuerpo a temblar. Esto no puede estar pasando.

— ¿QUÉ HACES AQUÍ? —Bloqueo el teléfono y lo meto en el bolso—. ¿Estás completamente loco?

—Solo escúchame, ¿quieres? —Suspira con pesadez, al menos no soy la única que está harta con todo esto.

—José, solo déjame en paz, ¿quieres? —Imito su acción, pero no parece querer comprender el que no me interesan en lo absoluto sus explicaciones.

—No mentí en ese mensaje —suelta de golpe—. Y sostengo lo que escribí, no sé qué me está pasando pero así es —coloca sus manos a los costados de su cabeza—. Jamás pensé que me pasaría esto, ¿pero qué puedo hacer cuando ya lo tengo todo claro? —Niega con su cabeza repetidas veces—. No te estoy pidiendo que correspondas, porque realmente sería estúpido, sólo quería decirte que me voy alejar de tu mamá y de ti, no abra boda porque no quiero causarle daño a Cinthya, y tampoco quiero que tú te sientas responsable de mi decisión. Todo está tomado, adiós Thalía.

Me cuesta analizar sus palabras, todo me cayó como balde de agua, pero no puedo permitir que él se aleje de mi madre por culpa mía.

—José no, ¡tú no puedes hacerle eso a mi mamá! —Exclamo con desesperación—. ¡La vas a destrozar por culpa mía!

— ¿Qué no entiendes que le voy a romper más el corazón casándome con ella? Y no es por culpa tuya, es culpa mía...

—Solo... solo no lo hagas, piensa en... ella —tartamudeo. Esto es más difícil que nada.

—Tengo qué, no puedo seguir con ella cuando su hija me importa más que lo que cualquiera pueda imaginar, la decisión está tomada.

¿Se supone que debo estar tranquila con esto? Sin querer destruí lo que había aceptado, la felicidad de mi madre.





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Les dejo en mi bio el link de un grupo (acerca de la historia y el hermoso y adorable José <3) para que se unan babys, y estén al medio a tanto de las actualizaciones. No olviden votar y comentar pls, las quiero mucho! Y espero les haya gustado el capítulo M.  

Mi Padrastro » J BalvinWhere stories live. Discover now