• D o s •

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La casa de la omega estaba a una hora de la de su hermano menor, por eso cuando llegó a su casa, su família se encontraba descansando, llevó al pequeño Sehun a la habitación de su hijo mayor, ya que este tenia una cama de dos pisos. La omega agradeció haber consentido al cachorro y comprar aquella cama.

- Ahora todos estan durmiendo Sehun, mañana todos podemos conocernos mejor. De acuerdo.

- Si - asintió tomando con fuerza su pequeña mochila.

- Bien, sube arriba y descansa pequeño - el cachorro obedeció y subió por las escaleras hasta llegar a la parte superior de la cama y meterse debajo de las cobijas - Buenas noches Sehun.

- Buenas noches tía - respondió el menor y se permitió cerrar lo ojos, aun cuando tenia mil preguntas de porque estaba en ese lugar sin su padre. Ya habría tiempo para todo, eso era seguro.

A la mañana siguiente Sehun, después de una noche bastante tranquila, puesto que por primera vez había dormido cómodo en aquella cama en mas de un sentido. Sintió una mirada fija en el mientras aun no habría los ojos, era de día lo presentía, sentía la calidez brillante de la luz, seguramente la habitación tenia una gran ventana. Pero a cada momento ese brillo se opacaba gracias a la presencia de otra persona, habia alguien que lo estaba observando. Con un poco de miedo y cautela se permitió levantar sus parpados.

Su globos oculares se acostumbraron a la inmensa luz en ese lugar, además de la luz solar, las lámparas también estaban encendidas haciendo que la habitación brillará como un gran faro, sorprendentemente eso no le era para nada incómodo.

- Hola niño - habló el cachorro delante de el, quien parecía sostener sus manos en la escalera, ahí estaba el motivo por el cual el pequeño llegaba a verlo - ¿Quién eres?, no te había vistió.

Sehun no sabía que responder, el extraño no parecía tener miedo de el solo lo examinaba una y otra vez con la mirada como si tratara de encontrar o descubrir algo haciendo ese acto.

- Sehun - respondió demasiado bajo, pero el otro llegó a escucharlo - Me llamo Sehun y tengo casi 3 años - volvió a decir completandolo. El seguía acostado y tomaba las sábanas con fuerza

El cachorro de cabellos rubios sonrió con suficiencia al escuchar hablar a Sehun y su brillante y felina sonrisa hizo sentir cómodo a Sehun.

- Hola Sehun. Mi nombre es Jongdae y tengo 5 años, asi que soy tu hyung - levantó los brazos contento - Tus ojos son rojos - afirmó y el aludido notó que habia estado bastante tiempo esperando hacer esa pregunta - Son impresionantes igual que las rosas que mamá tiene.

- Gracias, tus ojos también son impresionantes, nunca los habia visto.

- ¡Jo! En serio, mi mamá dice lo mismo, pero hay muchos otros alfas que tienen los ojos ámbar. En cambio los tuyos jamás son nuevos - Sehun no conocía a mas personas y era de esperarse que no conociera otro color de ojos además de los que veia en casa - Y dime Sehun ¿Quieres ser mi amigo? - preguntó ansioso y sus ojos parecían brillar ante la expectativa.

Sehun por primera vez sonrió, mostrando un poco sus dientes blancos. Jongdae era impresionante, le gustaba el niño y que fuera su amigo ponia mejor las cosas.

- Si - asintió y el otro comenzó a reír y celebrar aun en esa posición. Lo cual no duro lo suficiente pues la puerta de su habitación se abrío tan rápido que ni tiempo le dio al cachorro mayor de frenar su pequeña fiesta.

- Pero que estas haciendo Jongdae, vas a caerte - Ambos cachorros volteron a ver a la nueva presencia y como si se tratara de un rayo. Jongdae ya estaba de nuevo con los pies sobre el suelo y corriendo bastante efusivo hacia su madre.

Los Ojos Del Lobo [HunHan] #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora