Estuve malhumorado todo el día y sé que está de más pensar en la razón de aquello. Aún no puedo creer como aquel sujeto se había atrevido a hablar de su relación con Ariel de aquella manera.«Ariel y yo estuvimos tan ocupados todo el día que nos entró mucha hambre»
De tan solo pensar en su sonrisa torcida y la mirada de satisfacción al decir aquello, me entran unas ganas terribles de estampar su rostro contra la pared. Lo peor: Ariel no hizo nada para justificarlo, ¿pero por qué lo haría? No tenía la obligación de explicar sus actos y mucho menos a mí. Soy un idiota total.
Estuve tan nervioso, que ayer cuando mi jefe quiso ordenarme algo le vociferé que se vaya al demonio. Ahora tengo que cargar con la rabia acumulada, con el descuento de la mitad de mi paga del mes y además sin un solo día libre. Mi mundo cada vez va de mal en peor.
Para empeorar el día, mi madre me llamó hace minutos para invitarme a una reunión familiar. Como si me importara ver de nuevo a aquel sujeto que me cerró las puertas de su casa hace años cuando se enteró que salía con un chico, sé que mi madre no tiene la culpa, pero no quiero verle la cara a ese idiota.
Dejando aquello de lado, la pregunta aquí es, ¿por qué las palabras y acciones de aquel hombre me molestaban tanto? La respuesta tal vez ya la conocía.
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Tú, un grito silencioso
Short StoryLo veía venir siempre con los hombros hundidos, la cabeza agachada y con vestimenta excesiva para el clima caluroso. Sin embargo, había algo que llamaba aún más mi atención y era aquella mirada gélida que parecía gritar auxilio. ¿Qué podría esconder...