El mundo infectado 5-9

364 23 2
                                    

- La cruz es vida, la cruz es amor -

Ainhoa nos dijo:

- Creo que la mujer viene por la carretera, la vimos aparecer. William la hizo un ruidito para que nos viera y la dijo:

- Ven aquí, corre.

Ella se propuso a venir, pero de repente un disparo la impactó en la sien. Ainhoa dijo:

- Joder, creo que tenemos que irnos.

La dije:

- Espera, entremos a ese edificio y veamos quién la ha matado.

Al entrar, subimos al segundo piso y desde la ventana nos quedamos observando. Tres personas, dos mujeres y un hombre, se acercaron al cadáver. Los tres llevaban una cruz en el cuello, Ainhoa dijo:

- Esas personas con la cruz, me están empezando a preocupar.

William preguntó:

- Y qué hacemos, ¿les matamos o qué?

Le respondí:

- Han matado a una pobre chica, matarlos.

Comenzamos a apuntarles, pero desgraciadamente el hombre nos vio y las alertó. En ese mismo instante empezamos a dispararles, matamos a todos menos a una de las mujeres, ésta logró escapar. Ainhoa dijo:

- Puede que tenga a sus amigos cerca, vamos tras ella.

Al bajar, la vimos montarse en un coche y huir. William dijo:

- Joder, la hemos cagado.

Les dije:

- Al coche, ¡vamos!

Al montarnos William se puso al volante y fue por donde se fue ella. Ainhoa dijo:

- Ya no podremos pillarla, volvamos, no hay nada que hacer.

Ainhoa dijo:

- Espera, ¿eso de ahí no es su coche?

Si lo era, al llegar, rápidamente nos bajamos, y con cuidado comenzamos a buscarla. Oímos un ruido en un almacén, al entrar, la mujer me dio con una tubería en la cabeza. Mis amigos la apuntaron, Ainhoa la preguntó:

- ¿Por qué llevas esa cruz en el cuello?

Ella sonrió y la respondió:

- La cruz es vida, la cruz es amor, ignorantes de mierda, no os diré absolutamente nada.

Después se disparó ella misma en la cabeza. Ainhoa dijo:

- Joder, puta loca de mierda,

William dijo:

- Bueno, volvamos al pueblo, tenemos que volver con procisiones.

Al volver, continuamos saqueando, y al acabar nos montamos en el coche, me puse al volante, y arranqué de nuevo hacia nuestro asentamiento. Yo les dije:

- ¿Y si había alguien más, y en este mismo instante nos está siguiendo?

William dijo:

- Digo yo que habría ayudado a sus amigos.

Ainhoa le contestó:

- Visto lo visto, no me extrañaría que no lo hubiese hecho.

Lo que nosotros no sabíamos, era que en ese mismo momento, teníamos a una persona de ese grupo siguiéndonos.

El mundo infectado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora