El mundo infectado

El mundo infectado 1-1

- El comienzo -

Todo comenzó una mañana de invierno, estábamos mi clase y yo dando matemáticas, ese día estábamos presentes: Ainhoa, Markel, Alex, Ainara, Ibon, Dani, Jun, Lander, Izaro, Haizea, Julen, Iratxe, Nicoleta, Aritz, Gorka, Iker y yo. De repente, una profesora entro histérica al aula. Ella le dijo a la profesora con la que estábamos en ese momento:

- Esto va para todos, coger todo e iros rápidamente a vuestras casas!

Cuando ellas se fueron sin decir nada, nosotros, extrañados, cogimos las mochilas y nos dirijimos hacia la salida de la clase. En ese instante, oímos un grito, estábamos un poco asustados, Dani abrió la puerta, mientras íbamos hacia la salida, lo que vimos, fue terrible. Encontramos a un profesor devorando a otra profesora que nos daba clases, Markel gritó:

- ¡Noo, se la están comiendo!

Empezamos a correr hacia la salida, aunque Iker se fue hacia el piso de arriba, Izaro gritó:

- ¡Iker!

Pero fue tarde, ya se había ido. Mientras corríamos, apareció una profesora andando raro con una mordedura en el brazo derecho. Izaro exclamó:

- ¡Qué está pasando!

Comenzamos a trotar hacia la salida, pero al querer salir, nos percatamos de que la puerta, la cual era de cristal, estaba cerrada. La profesora se acercaba cada vez más. Julen en pánico, agarró una silla de madera y la golpeó contra la puerta una y otra vez, acabó rompiendo el cristal, comenzamos a correr, pero para nuestra sorpresa, en la calle había más gente como nuestros profesores, Jun mientras corría, se cayó al suelo, yo le dije:

- Dame la mano, rápido.

Una de esas cosas se estaba acercando, le di la mano, y le levanté. Ellos estaban rodeándonos, pero por suerte, aparecieron dos hombres, Edorta y Gaizka. Iban armados y disparaban a las criaturas, nosotros estabamos muertos de terror, ellos nos dijeron que les siguieramos. Nosotros, por nuestra seguridad y por miedo, lo hicimos. La calle estaba plagada de esas cosas, una de ellas, agarró a Ainara y la tiró al suelo. Edorta, le disparó en la cabeza, y Ainara se levantó. Gaizka y Edorta, nos estaban salvando la vida.