El mundo infectado 4-6

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- Pequeño tiroteo -

Acababa de amanecer, de repente, oímos un coche aproximarse, nosotros, miramos por la ventana, era Markel. Cuando bajamos, Markel nos preguntó:

- ¿Tenéis las medicinas?

Le respondí:

- Sí, están en la casa.

Entre los tres, cogimos todas las que pudimos y las metimos al vehículo, Ainhoa se puso al volante, y arrancó hacia el pueblo. En el camino, vi el coche que trajimos Ainhoa y yo, les pregunté:

- ¿Ese de ahí no es nuestro coche?

Ainhoa me contestó:

- Sí, sí lo es.

Markel añadió:

- Tiene disparos, hay alguien cerca.

Ainhoa frenó, y nos bajamos a investigar el coche, estaba estrellado en un árbol. Dentro había una mujer, con un disparo en la cabeza, Markel dijo:

- Creo que tenemos que irnos ya, el que disparó, aún puede estar cerca.

Volvimos al coche, y al montarnos, comenzaron a llegarnos disparos, nosotros rápidamente nos agachamos. Yo les dije:

- Los disparos vienen de la derecha, o eso creo.

Markel dijo:

- Voy a asomarme, han parado de disparar.

Al hacerlo, vio a cuatro personas disparar, a nuestra derecha. Yo, fui agachado hasta el volante, y arranqué, al hacerlo, creíamos que ibamos a escapar, pero, de repente, se nos pincharon dos ruedas. Nos salimos de la carretera, me caí y no podía frenar, había un río, y nos fuimos directos a él. Mientras nos hundiamos, Ainhoa se había golpeado la cabeza, desmayándose así. Entre Markel y yo, la sacamos con esfuerzo, al salir del río, nos fuimos hacia el árbol más cercano. El otro grupo se iba acercando, le dije a Markel:

- A la de tres disparamos, una, dos y tres.

Dejamos de cubrirnos en el árbol y comenzamos a disparar, dos de ellos lograron cubrirse, a los otros dos los matamos. Yo salí otra vez de la cubrición, una de ellos también, la maté de un disparo en la cabeza, aunque un disparo me alcanzó el hombro. Aprovechando que yo estaba en el suelo por el disparo, el restante salió e intento matarme, pero Markel salió más rápido y lo mató. Markel me preguntó:

- Jon, ¿estás bien?

Le contesté:

- Sí, sólo me ha rozado, vayamos a su coche, y volvamos a casa.

Markel me dijo:

- Mierda, las medicinas se hundieron con el coche.

Le contesté:

- Una parte de ellas están en mi mochila, nos llegará para unos 4-5 días.

Luego de eso, cogimos a Ainhoa y la llevamos al coche. Al montarnos, me puse al volante y arranqué dirección a casa.

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