Extra II: Boda de Amy y Patrick

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—¿Estás lista? —Dijo Layla sentándose en el borde de mi cama.

—¿Pusiste mi velo correctamente?

—Sí, lo hice. No te preocupes. ¿Estás lista?

—¿Segura que no me falta más brillo labial?

—Amy, estás perfecta, no te falta nada —Layla río. —¿Estás lista?

—¡Las zapatillas! —Dije corriendo al armario.

—¡Sólo responde a mi pregunta! ¡Carajo!

—Lo siento, lo siento, pero los nervios me están comiendo viva —Me senté a su lado. —Y sí, lo estoy. Estoy lista para todo con Patrick.

—¿Sabes? Eres muy cursi.

—Con Patrick no lo soy —Admití colocando mis hermosas zapatillas.

—Y aún así se casará contigo. ¿Qué clase de hombre es? —Me miró. —¿Qué le hiciste? ¿Lo hechizaste?

—Claro, con mis encantos —Reí.

—Deja de hacerte la chistosa, Amy Gates. Cuando te pones así de romántica eres insoportable —Río y fue a la ventana de mi habitación; abrió la cortina que tapaba la ventana. —Es un bonito día. Soleado. Fue buena elección escoger Junio para casarte, amiga.

—¿Tú crees?

—No, pero debo decirte cosas positivas —Regresó a mi lado.

—Estúpida.

—¡Mamá! ¡Dijiste una mala palabra! —Entró Garret a mi habitación. —¡Wow! —Dijo deteniendose en seco mirándome.

Mi pequeño vestía un esmoquín color negro escogido por él mismo. Su moño en la parte del cuello era color rojo, ya que la de Patrick será de dicho color y quería estar igual que su padre.

Se veía muy tierno.

—Pareces una princesa, mami.

—Está muy bonita ¿verdad? —Dijo Layla cargándolo para subirlo a la cama.

—Está hermosa —Me dió un beso en la mejilla.

—Mi niño. Ven y dame un abrazo muy, muy, muy fuerte —Garret sonrío y me abrazó.

—Mamá, estás muy hermosa —Dijo Audrey sentándose a mi lado. —Cuando sea grande y me case, quiero verme así como tú.

—Awww, mi princesa —La abrazé aún con Garret aferrado a mi. —Me harán llorar.

—¿De felicidad? —Garret me miró. Asentí.

—Sí, mi amor. De felicidad.

—¿Vieron a Patrick? —Dijo Layla mirando la pantalla de su celular.

—¡Yo! —Dijo Audrey brincando en la cama. —Yo lo ví.

—¡Audrey! No brinques, cielo.

—Sí, mamá.

—Oye y ¿cómo se veía tu papá?

—Guapo y muy nervioso. Le estaban sudando las manos —Río haciendo una mueca de asco.

—¿Se puede? —Dijo mi padre tocando la puerta.

—Entra, abuelo.

—Garret, creí que estabas con tu papá —Río. —Mi niña —Me miró con sus ojos a punto de derramar lágrimas. —ya no es más una niña. Mírate, estás vestida de blanco como tu madre siempre lo soñó —Mi rostro se llenó de lágrimas también.

—Ella está aquí, conmigo ¿no? Como siempre lo dijo —Solté en llanto y me abrazó.

—Lo está, pero no llores, amor. Estropearás tú maquillaje —Sonrío. Lo imité. —Patrick ya está camino a la iglesia. Es hora, Amy.

Suspiré y asentí.

Estaba nerviosa y emocionada, pero a la vez, nostálgica y melancólica.

—Vamos, niños, se irán conmigo. James nos espera abajo en el coche con Fanny y Leah. Vamos.

—¡Corre, Garret! —Audrey salió corriendo.

Garret se acercó a mí. Me dió un beso en la mejilla y me abrazó. —Te amo, mami.

—Y yo a ti, príncipe —Le dí un beso en la cabeza y mi pequeño salió corriendo detrás de Layla y Audrey.

☆☆☆☆

Patrick.

Habíamos llegado hace media hora a la iglesia y Amy aún no estaba aquí. Sé que nos tienen que hacer esperar y así ponernos aún más nerviosos, pero Amy estaba desesperándome más de lo normal.

¿Y si se arrepintió? ¿Ya no se quiere casar conmigo? ¿Me va a dejar plantado aquí?

Muchas preguntas se introducían en mi cabeza, pero tomé un fuerte respiro lleno de alivio cuando James se acercó a mí y me dijo lo contrario.

—Está a una cuadra. Es hora —Palmeó mi hombro derecho.

El día había llegado.

Todos estabamos de pie esperando a que mi hermosa prometida apareciera en la puerta. Minutos después estaba ahí del brazo de su padre, sonriendo mucho, luciendo espectacular.

Algunas lágrimas se escaparon de mis ojos. Traté de impedirlo, pero fue imposible. Era tanta la emoción que no podía dejar de sonreír y derramar lágrimas al mismo tiempo.

—Estás hermosa —Dije agarrando su mano para tenerla a mi lado.

—No llores, Patrick —Besó mi mejilla izquierda para después mirarme. —Estás muy guapo —Sonrío.

Me acerqué a su oído —¿Estás lista para ser Amy Harris? —La miré. Mi futura esposa sonrío asistiendo.

Después  de más de media hora llegó el tan esperado momento.

—Jóven, Patrick Harris, ¿acepta como esposa... —Interrumpí al cura.

—¡Sí, acepto!

—¡Déjalo terminar Patrick! —Gritó James. La mayoría de los asistentes rieron.

—Lo siento, es que estoy muy emocionado —Entrelazé nuestras manos.

—Bien, preguntaré nuevamente, aunque ya sabemos la respuesta. Patrick Harris, ¿aceptas a la señorita Amy Gates como tú esposa?

—Sí, acepto —La miré sonriente.

—Ahora. Señorita Amy Gates, ¿acepta por esposo a Patrick Harris?

Amy me miró con los ojos llorosos. Se quedó callada. Empecé a preocuparme. Al parecer ella lo notó ya que apretó fuerte mis manos y sonrío ampliamente. —Sí, acepto.

Al fin tenía a mi lado a la persona que he amado. Esa chica con la cual cometí un error por el cual llegó a tocar mi corazón. Ahora estoy aquí con ella camino a la gran fiesta que con mucho amor estuvimos organizando.

Miré a mi bella esposa. Agarré su mano y dejé un beso en ella. —Gracias Amy por haber llegado a mi vida, a pesar de todo. Gracias. Nunca me cansaré de recordártelo cada día de mi vida o al menos cuando este contigo.

—¿Estás diciendo que nos vamos a alejar en algún momento?

—Jamás dije eso. —Sonreí. —Pero sabía que me reclamarías. Habrá veces que saldré a trabajar y no podré decírtelo.

—Eres un tonto —Me dió un beso corto.

—Voy a estar contigo hasta la eternidad, pero prefiero demostrarlo con hechos y no con simples palabras vacías.

—¿Te he dicho que eres el amor de mi vida? —Me acerqué a su rostro sonriendo.

—Tal vez. No lo recuerdo —Sonrío con cierta picardía.

—Eres el amor de mi vida, Patrick Harris —Besé sus labios suavemente.

—Y tú eres esa pieza que faltaba en mi vida. Te amo.

Sonreí. —Te amo.

El pequeño GarretWhere stories live. Discover now