Capítulo 16 (EDITADO)

14.9K 803 50
                                    

—Buenos días. —Dijo Patrick llegando a la cocina con Garret en sus brazos.

—Mis dos favoritos. —Reí agarrando a Garret entre mis brazos. —Cada día estás más pesado.

—Pero sigue siendo igual de guapo que su padre.

—¿Escuchaste eso? —Dije mirando a mi pequeño. —Tu papá está loco.

—Tú madre es la loca aquí.

—No le hagas caso mi vida. —Dije caminando a la sala dándole besos en la mejilla.

—Por cierto, ayer James fue a mi casa. Él y Amanda realizarán un viaje. Al parecer están empezando algo serio.

—¿En verdad? —Dije sorprendida. —Hace meses no sabía nada de ellos pero me alegro.

—Les dije lo mismo. —Rió.

—Mi papá quiere hacer un viaje a Italia, pero no quiere dejarme sola.

—No estarás sola. Yo estoy cuidándolos. Siempre será así, ya se los he dicho.

—Hazlo entender.

—Hablaré con él. Debe disfrutar y hacer lo que quiera. Si viajar quiere, pues que viaje. Nosotros no le impediremos absolutamente nada.

—Nosotros. —Susurré riendo.

—¿Qué?

—No, nada.

—¿Dónde está él ahora?

—Salió a comprar unas cosas que necesitaba.

—Oh bueno, cuando regrese hablaré con él.

—Seguramente te dirá lo mismo. No creo que quiera dejarnos, no a mi y a Garret, si no a los tres. —Reí.

—Esperemos a que llegue mejor.

—Quizás tarde un poco, llevaba una lista muy larga. —Reí nuevamente. Garret rió haciendo que dos hoyuelos se notaran en sus mejillas. —Tienes hoyuelos. Siempre quise tener hoyuelos, ahora lo envidio. —Dije dejándolo en los brazos de su padre ya que tocaron la puerta.

—¿Lo ves Garret? Y dice que yo soy el loco. —Dijo poniéndolo de pie sobre sus piernas.

Fui a abrir la puerta entre risas. Me gustaba tener este tipo de momentos en donde lo único que hay son risas y ahora más que nunca, sobre todo con Garret incluido en ellas.

—¿Papá?—Dije al verlo frente a mi. —¿Tan rápido regresaste? Creí que...

—Amy. —Dijo interrumpiéndome mirando su mano la cual estaba llena de sangre cubriendo un costado de su abdomen.

—¡Patrick! —Grité. —¡Vamos al hospital, ya!

—¿Qué pasa? —Dijo llegando con nosotros junto a Garret en sus brazos. —Por Dios, suegro. —Dijo agarrando las llaves de su auto dándome a Garret. —Sube con el niño, yo lo cargaré.

Mi papá tenía demasiada sangre. Incluso su camisa estaba empapada de ella. Cuando Patrick lo subió al auto, minutos después empezó a convulsionarse.

—¡Papá! ¡No! ¡Aguanta, viejito! —Gritaba llorando con mi hijo en mis brazos el cual empezó a llorar.

—Estamos cerca Amy, tranquilízate.

—¿Cómo quieres que tranquilice? ¡Mi padre se muere! —Seguía gritando.

—No se morirá.

—¡Mierda!

—¡Amy! ¡Deja de gritar! Asustas al niño y me pones nervioso a mi. Harás que pierda la concentración y ahí si, todos moriremos.

Dejé de gritar ya que era cierto. Estaba temblando.

Después de unos kilómetros más llegamos al hospital.

Patrick lo cargó hasta la entrada mientras yo esperaba en el auto. No podía moverme. Estaba en shock.

—Amy, baja.

—Agarra a Garret, n-no puedo moverme.

—Vengase con papá mi niño hermoso. —Dijo Patrick cargando a Garret depositando muchos besos en su mejilla izquierda. —Toma mi mano para que no caigas.

—Gracias. —Dije ya que habíamos llegado a un sillón dentro del hospital.

—¿Patrick? —Lo miré. Ya estaba un poco tranquila.

—¿Sí? —Dijo haciendo ojos viscos provocando la risa de nuestro pequeño.

—Le dijiste a mi papá suegro.

—Perdón si les molestó. —Me miró haciendo una mueca.

—No, nada de eso. —Sonreí. —Es sólo que no sabía que lo veías como uno.

—Desde el primer día Amy. —Sonrío.—Pero no se lo decía, no me sentía en confianza.

—Ya se que no es el momento, pero fue muy lindo de tu parte.

Una enfermera salió llamando a los familiares del señor Gates.

—Soy su hija.

—Al parecer a su padre le dispararon. La bala alcanzó a rozar el hígado y estamos haciendo lo que esté en nuestras manos para salvarlo, señorita. Les estaremos informando todo lo que ocurra.

—Muchas gracias enfermera.

—Con permiso.

—Tranquila Amy. —Dijo Patrick abrazándome. —Tú papá es muy fuerte.

—Lo es. —Limpié las lágrimas que se habían escapado. —Tengo miedo Patrick. No lo quiero perder a él también.

—No lo harás linda, lo prometo. —Depositó un beso en mi cabeza.

—¿Quién pudo haberle disparado? —Lo miré muy confundida.

—No lo se. No conocemos a nadie que tenga algo en su contra. —Agarró mi mano entrelazándola con la suya.

Suspiré. —Gracias por nunca alejarte de mi Patrick, en verdad, muchas gracias.

—Gracias a ti por no dejar que me alejara Amy. —Sonrió con lágrimas en sus hermosos ojos azules.

El pequeño GarretWhere stories live. Discover now