Capítulo 10 (EDITADO)

15.9K 790 34
                                    

—¡Estoy sangrando Patrick! ¡Ayúdame! —Grité derramando lágrimas. Estaba tirada en medio de la nada sobre un charco rojo.

No podía perder a mi bebé. Tan sólo faltaba poco para conocerlo, no podía pasarle esto. No a él.

—¡Patrick! —Grité ya que no había respuesta de él. —¡Auxilio! ¡Mi bebé! ¡Ayuda!

De repente abrí los ojos y suspiré aliviada.
Era una pesadilla.

Parpadeé un par de veces para aclarar la vista, después de hacerlo me percaté que estaba en una camilla, dentro de un cuarto completamente blanco.

Escuché voces fuera de este.

De pronto la puerta se abrió dejándome ver a Patrick.

¿Dónde estaba el Patrick que yo conozco? Porque no se parece en nada al que estoy viendo ahora mismo.

Él estaba pálido, con ojeras en sus ojos los cuales estaban rojos e hinchados. ¿Qué pasó para que se pusiera así?

—Despertaste linda. —Se sentó en un sillón a un lado de la cama.

—¿Dónde está Garret? ¿él está bien?

Patrick tomó mi mano antes de hablar. —Esperemos a que el doctor venga para que nos informe, ¿está bien?

—¿Con quién hablabas afuera?

—Con tú papá. Estaba muy preocupado y nervioso cuando se enteró pero ya lo tranquilizé, al menos un poco.

—¿Ahora sabe que desperté?

—Aún no, pero el doctor le avisará cuando te vea seguramente. —Sonrío. —Sé fuerte Amy, los dos estamos juntos en esto.

¿Ser fuerte? ¿En qué? ¿Para qué debo serlo? Sobreviví y mi bebé está bien, ¿no?

Le sonreí y asentí.

La puerta se abrió dejando ver al doctor que me atendió al llegar. Creí que sería mi doctora pero con que me diga que mi bebé está bien me doy por bien servida.

—Despertó señorita Gates.

—¿Cómo está mi bebé doctor? —Dije al instante.

El doctor miró a Patrick e hizo una mueca.

—No tengo buenas noticias.

—¿Qué quiere decir con eso? —Mi voz se quebró.

—Por la magnitud del choque lamento informarle que abortó naturalmente, pero por fortuna a usted no le tocaron ni un pelo.

—¿Cómo? ¿Quiere decir que ya no hay bebé? —Levanté la voz. —Eso no puede ser cierto, mi bebé está bien.

—Aún no termino señorita Gates. Descubrimos que usted no sólo tenía un bebé, si no dos. Al parecer estaban en bolsas separadas, ya que sólo abortó a uno, el otro pequeño sigue dentro de usted en su respectiva bolsa esperando a salir. Sin embargo se encuentra en un estado delicado.

—¿Dos bebés? —Fruncí el ceño mirando a Patrick.

Ví que él sonrío limpiando una lágrima que se escapó de su ojo izquierdo.

Me quedé mirando hacia mi vientre.

¿Tenía a dos seres dentro de mi?

Estaba totalmente en shock.

—Los dejaré unos minutos a solas. Después le daremos instrucciones para que pueda regresar a casa. Con su permiso.

El doctor salió y Patrick se puso frente a mi agarrando mis manos cubiriéndolas con las suyas.

—¿Recuerdas? Tenemos que ser fuertes.

—Patrick, había otro bebé en mi. Nunca supimos de él. Ibamos a ser padres de dos criaturas. —Dije desesperada. —¿Ya lo sabías?

—Sí, pero no te quería decir nada, creí que sería mejor que el doctor te lo dijera.

—¿Qué era? ¿Cuál era su sexo? ¿Iba a ser otra niño?

—Era una hermosa niña. —Sonrió con sus ojos llenos de lágrimas

—Una niña. —Llevé mis manos a mi boca.

—A veces algo debe pasar para hacernos entrar en razón. —Dijo tomando aire.

También tenía a una pequeña dentro. No lo podía creer. La niña de la cual nunca supe, se fue.

—Siempre creí que mi primer bebé sería una niña. —Traté de calmar mi llanto pero era inevitable. —Ahora nunca la podré tener en mis brazos, jamás la podré ver riendo o dar sus primeros pasos. Seguramente estaba llena de sorpresas, tantas que hasta iba a hacer una sorpresa para nosotros. Hubiera dado todo, hasta mi vida para salvar la de ella, Patrick.

—Hey. —Me abrazó. —Lo sé, yo también haría lo mismo pero ahora tendremos a un pequeño ángel en el cielo que nos cuidará, pero te estás olvidando del niño Amy, tenemos que saber seguir adelante no por nosotros, si no por él, no podemos rendirnos e irnos abajo. No estoy diciendo que sea algo fácil salir de esto, pero con fortaleza y guía de nuestra pequeña lo sabremos hacer.

—No lo sé.

—Ya verás que sí.

Minutos después el doctor entró y dijo que ya podía ir a casa nuevamente, así que eso hicimos.

Al salir del hospital, una señora pasó junto a una pequeña niña en sus brazos. La pequeña me sonrío y yo hizo lo mismo.

Me imaginé si así de risueña hubiera sido mi nena.

Sin duda esto no será fácil. Nunca la sacaré de mi cabeza, digan lo digan, hagan lo que hagan, siempre la tendré presente, siempre.

Sin embargo, me hacía reflexionar sobre lo que pensaba hacer cuando Garret naciera.

No podía dejarlo. No debía hacerlo.

☆☆☆☆

¡Hola!
Quizás es un poco corto y me disculpo por eso.

Gracias por apoyarme en ésto, significa mucho para mi.❤

No olviden votar y comentar que les parece, me harían el día.❤

¡Gracias por todo!

El pequeño GarretWhere stories live. Discover now