"Decreto la guerra"

101 16 17
                                    

Harry tropezó múltiples veces en el camino, pero el fuerte brazo amigo de su padrino le daba apoyo para mantenerlo en pie, y así jalarlo para que siguiera corriendo de aquellos hombres a caballo que los atacaban, disparaban a diestra y siniestra, pero ninguno hizo daño alguno a los indios que poco a poco iban alcanzando. Severus miró a Canuto, quién les llevaba la delantera por 8 metros a lo lejos, jadeando y saltando todo hueco o evadiendo cada tronco caído que obstruía su largo camino hacía los cañones del desierto de Kulham.

- ¡Atrapenlos!- oían gritar a los mortífagos. Los látigos que les propinaban a sus caballos y los alaridos que pegaban los animales los tensaban, y el oír el fuerte y cercano sonido del galope de los equinos azotados. Sirius miró a lo lejos de si, a unos 3 metros se encontraba su caballo oculto junto a la lanza amarrada a su asiento de piel, escondido tal y como él se lo había ordenado. Silbó, el animal alzó su cabeza hacía él, y con un movimiento de brazo por parte de Sirius el caballo se acercó hacía ellos corriendo.

- ¡Disparen!- gritaba Voldemort, azotando a su corcel negro con fuerza. Severus estaba al borde del colapso nervioso, jamás se había sentido tan ansioso. Sirius trepó a su caballo de un salto, para luego obligarlo a pegar la vuelta y seguir el curso que iba llevando para escapar de los mortífagos.

- ¡Harry!- le llamó, pues el moreno iba más atrasado que Severus, quién ya no sentía en sus piernas más que un agudo dolor. Su sobrino volteó aterrado, viendo como su padrino le tendía una mano para subirlo al caballo. Harry paró un momento, y de un salto tomó la mano de Sirius, y siendo jalado por el mayor subió a la parte trasera del caballo.

- ¡Disparen!- gritó el segundo al mando de los mortífagos. Severus tropezó nuevamente, pero esta vez tuvo que poner las manos para no car de cara al suelo. Levantándose rápidamente trató de apartarse de la ráfaga a Mortífagos que atentaban contra su seguridad, mientras detrás de él Sirius trataba de alcanzarlo con su caballo, cuando de repente sintió un dolor agudo fundirse en su muslo derecho, obligándolo a caer de golpe.

- ¡Severus!- exclamó Sirius al notar como caía adolorido. Su caballo saltó al Slytherin para no tropezar pero Sirius lo hizo regresar hacía Severus- Joder, no puedo subirlo...-dijo agobiado, notando que no entraría junto a él y Harry.

- Yo te ayudo...-sonrió Harry, saltando del caballo, jalando la lanza junto con él.

- ¡Harry!- exclamó al ver a su ahijado caer junto a Severus, pegando la vuelta con su caballo hacía ellos.

- Levántate...-dijo Harry, alzando de un brazo al de túnica verde. Severus obedeció rápidamente (aunque algo adolorido).

- Pero, ¿Qué vas a hacer tú?- dijo nervioso, no dejaría al cacique allí. Para nada, ya le había tomado cariño.

- Yo estaré bien, tú solo ve con Sirius...- el aludido justo detuvo su caballo junto a ellos, y con ayuda de Harry subieron a Severus a la cadera del caballo- Llévalo a Slytherin, que Sev te guíe...-ordenó serio el menor- Déjalo curar y traigan a alguien con un caballo para ayudarme...-dijo apurado. Sirius asintió vacilante antes de hacer correr el caballo, dejando a Harry a la merced de aquellos estoicos hombres asesinos- Solo espero no morir en vuestro regreso...-susurró con un ligero temblor mientras veía a los hombres recargar con frustración sus armas mientras que él ponía la lanza en posición, listo para embestir al primer caballo.

.

.

.

- ¡¿Cómo puedes dejarlo solo?!- gritó Severus sujetándose con fuerza de la cintura de su reciente pareja para no caer del caballo.

- Es un Gryffindor, sabe como cuidarse solo...-dijo sin perder la mirada del laberinto de cañones que atravesaban- ¿Hacía adonde?- dijo al ver un bifurcación acercarse.

- La derecha...-dijo no muy convencido por lo que dijo sobre los Gryffindor's- ¿Estás seguro de que...?-insistió, temiendo por el menor.

- Qué si...-suspiró, tomando el camino indicado por el morocho- Tú estate tranquilo... Harry tiene un don especial para estas situaciones...-sonrió por sobre su hombro.

- Sigue derecho...-anunció con una leve sonrisa de media luna mientras veía como el camino se dividía en tres caminos, para luego apoyar su mejilla en el hombro moreno de Sirius, quién se sobresaltó levemente ante el repentino tacto- Aún no te agradecí por ir por mi...-dijo sonriendo con algo de sueño.

- No tienes que...-dijo melancólico- Te dije que no te volvería a dejar solo...-sonrió, poniendo una mano en una de las manos que sostenían a Severus a su cuerpo. Severus dejó de sonreír por un breve momento, antes de apartar su cabeza del hombro y depositar un suave beso tímido sobre la tez morena del Gryffindor.

- Te quiero Sirius, como cuando te conocí...-susurró a su oído, para luego volver a recostarse sobre el león.

- Yo también te amo...-dijo sonriente, pues recordó como antes él y Severus tenían pequeñas e insignificantes discusiones sobre que Severus decía quererlo no era lo mismo que amarlo y Sirius reía diciendo que era lo mismo.

- No es lo mismo...-dijo Severus con una sonrisa, añorando decir eso de nuevo.

- Claro que si...-sonrió melancólico.

- Claro que no...- susurró, cerrando sus ojos con calma, más allá del dolor punzante de su pierna herida.

- Entonces dime que me amas y así estaremos igualados...-dijo sonriente.

- Te amo Sirius...-dijo relajándose por completo- A la izquierda y luego sigue derecho... solo sigue a la aldea y despiertame cuando lo hagas...- anunció antes de abrazar más fuerte al de cabellos rizados.

- ¿Tan lejos queda?- dijo preocupado por el bien de Harry.

- No, estaremos en unos 3 minutos allí...-dijo sonriendo con debilidad por el sueño- Pero yo me dormiré en uno...-dijo dándose por vencido ante el sueño. Sirius sonrió, para luego ordenar a su corcel que se apresurara.

.

.

.

- Papá... ¡PAPÁ!- dijo Draco, despertando a la reciente pareja, la cual hasta hace unos segundos dormía relajada y abrazada.

- ¿Qué?- dijo Ron de malhumor por ser despertado.

- ¿Qué pasa Draco...?-balbuceó Lucius.

- ¡Hay un Gryffindor con Severus, y dice que necesita ayuda para salvar a Harry!- dijo eufórico. ¡Lo puso de los pelos el oír ese nombre!. Ron reaccionó de repente.

- ¡¿Harry?!- se levantó de golpe, dejando que la cabeza de Lucius, la cual reposaba en su pecho, rebotara en el suelo de forma dolorosa.

- Auh...-dijo lastimero el rubio, pero ninguno de los hormonales adolescentes le dio atención.

- ¡Si!- dijo sonriente, saltando de la alegría, mientras tomaba las manos de Ron y saltaba junto a este, para luego abrasarse de forma abrupta. De repente se separaron avergonzados.

-Ah... ¿Y quién es el Gryffindor que vino con el Compañero de tu padre?- dijo Ron.

- Un tal Sirius Black, creo que dijo...-contestó Draco con un cierto deje de pena. NO pensaba contar que el tal "Sirius Black" había besado a su padrino para demostrarle a los cazadores de la aldea que no estaban peleados, y tampoco preguntaría de donde se conocían... no era buena idea.

- ¿Sirius?- dijo sorprendido. Lucius se levantaba justo del suelo, sacudiendo su cabello para quitarse el polvo invisible- ¡SIRIUS!- exclamó como si hubieran nombrado al fantasma de su marido, motivo por el cual Lucius miró celoso y extrañado al pelirrojo- ¡Sirius, Sirius, Sirius, Sirius, Sirius, Sirius, Sirius, Sirius, Sirius, Sirius!- salió corriendo de la carpa dejando asombrados a dos rubios que no quedaron sordos por poco- ¿Donde está?- asomó su cabeza jadeando.

- En... ah... en el centro del pueblo...-balbuceó Draco, señalando hacía donde quedaría la zona hablada.

- Gracias...-sonrió amable, para luego seguir gritando "Sirius".

Harry Potter: Casi un corcel indomable. (ABANDONADA)Where stories live. Discover now