capítulo 45:...mi droga favorita.

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Narra Dylan

Peter se había recuperado por que los doctores llegaron a tiempo, Andrea no paraba de llorar pero esta vez era de felicidad, decidimos dejar a Peter descansar y fuimos a visitar a nuestros otros amigos, Andrew ya estaba mucho mejor.

Los doctores dijeron que mañana se podría ir, todos asistiríamos normal al instituto, todos excepto Peter, y Tyler Obviamente, Andrea tampoco asistiría a su instituto para cuidar a Peter, faltará con la excusa de que se sentía mal.

–Bueno...yo creo que me voy, estoy muy cansada y quiero descansar–dijo Beth, se levantó de el sofá y comenzó a despedirse de todos.

–Eso quiere decir que nos vamos...–dije pero Beth me miró.

–No, tu si quieres te puedes quedar, yo iré a mi departamento, no te preocupes.

–No voy a dejar que te vayas sola–dije seguro.

–Lo hablaremos afuera ¿si?

–Ok.

Terminó de despedirse y de recordarles lo que debían hacer en el instituto, cuando salimos de la habitación de Andrew cerré la puerta.

–No te irás sola, fin de la discución–dije antes de que ella hable.

–Dylan, no tienes que acompañarme a todas partes, se defenderme sola y eso tu lo sabes.

–Pero...

–Dylan–me interrumpió –también tienes que tener tu espacio personal, quizás tu quieras hacer otras cosas y por estar conmigo no puedas hacerlo, y te digo esto no por mí, por que yo no tengo nada que hacer, ademas...tu aun tienes a tu madre, hace mucho tiempo que no vas a tu casa, ¿y todo por que? Por mí, te lo agradezco Dylan pero tu también tienes una vida...

–Y esa vida es junto a ti –ella no pudo evitar sonreír–esta bien, voy a ir a mi casa pero solo déjame llevarte a tu departamento, tu tobillo esta lesionado, no podrás caminar bien.

–Esta bien, solo me llevaras a mi departamento, pero luego te iras a tu casa ¿Ok?

–Ok–le sonreí y ella me besó en los labios, le seguí el beso.

Cuando nos separamos fuimos tomados de la mano hasta mi auto, en el camino yo intentaba descifrar el por qué Beth quería quedarse sola en su departamento, no quería preguntarle pero tampoco quería quedarme con la duda, ella no hablaba solo miraba por la ventana, estaba pensando algo o quizás...planeando algo, no quiero que siga con el tema de ser una asesina en serie por diversión pero creo que no cambiará en su totalidad.

Yo solo miraba el camino, también en silencio, pero totalmente sumergido en mis pensamientos y las ideas de saber que esta pensando Beth, intentaba relacionar sus pensamientos con lo que esta pasando pero no podía estar seguro por que quizás no esta pensando en lo que yo creo y solo piensa en helado o en dormir...

Llegamos a su edificio y la acompañé en silencio, por lo menos no era un silencio incómodo. Cuando llegamos a la puerta de su departamento ella me miró y yo a ella, sin previo aviso se puso de puntillas y me besó, yo era mas alto que ella así que sujeté su cintura y la elevé, ella rápidamente enrolló sus piernas en mi cadera, ahora nuestros rostros estaban a un mismo nivel.

–Soy un adicto a tus labios–dije en medio de el beso.

–Tus labios son mi droga favorita...–dijo Beth con los ojos cerrados–no quiero que te vayas; eres tan necesario en mi vida, siento que debemos quedarnos así de juntos por el resto de nuestras vidas–lentamente hice que vuelva al suelo.

No dije nada solo me dediqué a observarla, me gusta cada milímetro de su cuerpo, me encantan sus labios, sus ojos, su nariz, sus pestañas, todo, simplemente me encanta todo de mi pequeña Beth.

–¿Que tanto me miras?-dijo sonriendo, eso era otra cosa que amaba, su sonrisa.

–Aún intento descifrar que pasa en tu cabeza–le sonreí.

–¿A que te refieres?

–Hace menos de media hora me dijiste que debía ir a mi casa, y ahora me dices que no quieres que me vaya, te juro que en estos momentos no sé que hacer–una leve risa se escapó de sus labios.

–¿Por que no te quedas un momento aquí y ya en la noche vas a tu casa?

–Buena idea–sonreí y le dí un beso en los labios.

Cuando nos separamos ella metió la llave al picaporte pero con ese leve movimiento la puerta se abrió.

–Alguien estuvo aquí...–dijo con el ceño fruncido–yo nunca dejo la puerta abierta...

Lentamente abrimos la puerta, la sala estaba completamente desordenada, todo estaba en el suelo, Beth sacó su navaja y yo saqué la que tenía en el bolsillo de mi pantalón, fuimos a la cocina y estaba igual que la sala, ella me miró y abrió su boca pero no dijo nada. Caminamos en silencio hasta su habitación, ella se puso a un lado de la puerta y yo al otro lado, abrimos lentamente la puerta y miramos, su habitación estaba en orden, pero había una caja sobre su cama, nos aseguramos de que no haya nada ni nadie mas en otra parte de la casa y volvimos a su habitación, ella me miró, tenía la respiración un poco agitada, estaba nerviosa.

–Yo la abriré–dije mirándola a los ojos, ella Asintió con su cabeza.

Me acerqué a la caja y cuando la toqué sentía que estaba húmeda, la levanté y había sangre en la base y en la cama, Beth abrió los ojos de par en par y me apresuré a abrir la caja para ver el contenido. Clavé la navaja y comencé a abrir la caja, cuando Terminé de cortar miré a Beth y ella me miró esperando a que abra para ver lo que había dentro.

Narra Beth.

Cuando Dylan me miró, yo esperé a que abra la caja de una vez, no tenía ni la menor idea de lo que podía haber dentro, ya estaba bastante asustada y nerviosa por la sangre, cuando Dylan abrió la caja me acerqué pero mi vista se nubló cuando vi la cabeza de mi madre en aquella caja.

ASESINA ✔Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz