El pequeño Garret

Capítulo 30 (EDITADO)

Escuché una voz femenina. Me empecé a ponerme nervioso. Mi mente imaginaba a Amy justo ahí y junto a ella un montón de regalos, pero éstos se fueron cuando vi de quien se trataba.

—¿Doctora?

Me miró. —¡Patrick! —Corrió a abrazarme. —¡Qué bueno verte otra vez! Recordé que hoy es cumpleaños de Garret y decidí venir a verlo, no importa qué. Hace tiempo los estuve localizando y encontré un papel que Amy me dio con la dirección. Cruzaba los dedos por no equivocarme. Y también porque estuvieran en casa. Creo que tengo suerte. —Río extendiendo sus brazos hacia Garret pero él estaba concentrado llevando su dedo pulgar a su boca.

—¿Quiere cargarlo? Usted será su madrina, no se me ha olvidado, doctora. —Negó riendo —Vamos. No llorará.

—Amo a los bebés pero siento que soy un peligro a su lado —Sonrío cargándolo. —Hola Garret, me llamo Zoe y puedes llamarme... Zoe —Río.

Al parecer, Garret la recordaba, aunque nunca la había visto. Estaba jugando con ella y un cojín del sofá. Mi hijo reí a carcajadas.

Siento que fue muy grosero de nuestra parte no haber vuelto a contactar a la doctora Zoe. Ella es una buena persona, aunque haya pasado lo del aborto natural con la niña. Siempre será doloroso, pero no tenemos rencor hacia nadie. Al menos yo no. No puedo hablar por Amy.

—Disculpe, doctora, por no volvernos a comunicar con usted, pero tuvimos algunos problemas.

—No debes darme explicaciones, sólo soy una doctora Patrick. Pero, por favor, llámame Zoe.

—Está bien.

[...]

—¿Y por qué nunca me dijeron eso? Jamás lo supe. Oh Dios, ¿qué tipo de ginecóloga soy? —Dijo llevándose una mano a su rostro.

—Descuide. No fue su culpa.

—Lo lamento tanto Patrick. Y ¿dónde está Amy? ¿No bajará?

—Tuvimos algunos problemas y... —Suspiré. —está con alguien más.

No debía darle detalles. Aunque la doctora Zoe estuvo en todo momento durante el embarazo, siento que es un tema delicado. Es mejor dejarlo para nosotros y no compartirlo.

—Oh, bueno, tampoco lo sabía. Disculpa por interrogarte.

—Dejemos este tema para otro momento y pasemos a partir el pastel —Dijo mi suegro con Garret entre sus brazos. Mi pequeño estaba más que contento. Lo podía notar a la perfección.

Estábamos levantándonos para dirigirnos al comedor cuando tocaron la puerta.

—¿Invitaron a alguien? —Dijo mi suegro.

—Creo saber quien es —Fui a abrir. Efectivamente era quien pensaba. James.

—¡Llegamos! Perdón por la tardanza. Fanny, dale ésto a ese bebé. —Dijo James bajándola ya que la tenía en sus brazos. La pequeña asintió.

—Adelante. Bienvenidos. Estar en el hotel ha de ser algo cansado.

—¿Iban a empezar sin nosotros? —Dijo Layla sentándose en el sofá.

—No cariño. Patrick no sería... —Guardó silencio al ver el pastel ya en el comedor. —capaz. —Me miró. —Aquí se pierden amistades.

—Eres un tonto.

—Patrick, es cumpleaños de tu hijo. Debes tener respeto a tus invitados. También debes tener más respeto a tus mayores.

—Tenemos la misma edad. —Todos reímos.

—Mierda. No lo recordaba.

—¡James! —Fanny se quejó. —¡Dijiste una mala palabra!

—Lo lamento, linda.

—Vengan. Estamos a punto de partir el pastel.

—Excelente. Adoro el merengue —James frotó sus manos sonriendo.

Partimos el primer pastel de mi hijo, el cual estaba diseñado. Era blanco con letras azules que decían Feliz cumpleaños Garret junto a una velita con el número uno. La casa estaba decorada con globos azules y serpentinas de colores. Aparte de una diminuta piñata.

Debo añadir que mi pequeñín se embarró completamente la cara al dejarse caer en el pastel. Fue muy gracioso. Empezó a reír en vez de llorar. Al menos estaba disfrutándolo.

Quería llorar.

Mi hijo estaba cumpliendo un año. Su primer año de vida. Y estoy tan agradecido en poder tener la oportunidad de estar a su lado celebrándolo. ¿Qué más podía pedir? Tenía todo mi mundo justo en mis brazos. Antes no imaginaba estar cargando a este hermoso niño-el cual lleva mi apellido-a mis veintitrés años. Era una locura. Todo este año lo había sido.

De ahora en adelante todo será diferente. Estaremos mejor que nunca.