Sarah se apalanca en castillo ajeno cual pariente gorrón.

137 7 0
                                    

-¿Estás segura, de que lo que viste pasó de verdad?
-Sin duda, Toby también lo vio. Y desapareció... Ya lleva un día y medio sola, solo tiene ocho meses casi no consigue sostener su cabeza derecha...- Sarah empezó a llorar pero paró abruptamente al fijarse en como Jareth, que hasta entonces había permanecido casi todo el tiempo callado y pensativo, se acercaba ahora hacia ella y llevaba su mano enguantada hacia la parte baja de su abdomen, dejándola reposar bajo su ombligo. Al principio Sarah hizo ademan de apartarse del contacto.
- Confía en mí- le dijo agarrándola del brazo cuidadosamente con su mano libre. Sarah se dio cuenta de que la ultima vez que lo había tenido tan cerca, había sido en aquel baile, seis años atrás. Seguía oliendo igual, seguía causándole esa impresión de singularidad y atracción... El miraba hacia abajo, serio y sereno, Sarah sentía el fluir del aire entre sus respiraciones. Pasaron solo unos segundos y levantó la mirada.
-Tienes razón, tu hija se encuentra en esta dimensión. Está viva, y me temo que no puedo decir mucho más, salvo que no le están causando daño, al menos no un daño excesivo...
-¿Como lo sabes?
-El vínculo de una madre con su hijo, es imperecedero y algunos de mi especie, entre los que me encuentro, somos más sensibles a esta clase de conexiones... 
-¿Se la llevaría un goblin?
-No. Imposible.- Dijo serio y pensativo.
-¿Estás seguro? Se parecía bastante a...
De pronto recuperó ese aire de distanciamiento y arrogancia que lo caracterizaba y alejó de ella un paso.
-Sugieres acaso que uno de mis súbditos, no solo tiene acceso al mundo mortal sino que hizo uso de el, desobedeciendo a toda regla del submundo en cuanto a regulación interdimensional, y por extensión a mí, todo para secuestrar a un bebé humano con el propósito de... Ni si quiera encuentro una razón por la cual querría hacerlo...
-Tu los conviertes en goblins, eso tampoco parece algo demasiado racional.
La miró con una sombra de diversión en los ojos, teñidos de una melancolía resignada.
-Siempre tan juiciosa...- dijo con un tono que a Sarah le pareció de coqueteo. - Te ayudaré a saber que le ha pasado a tu hija. Solo porque es mi deber controlar que no se produzcan infracciones en los tratos con mortales, más aún con los que se encuentran en tu mundo y al fin y al cabo si de hecho la encontramos y te la damos a ti para que la devuelvas, nos ahorrarías un viaje.
-...Em... Muchas gracias.- Dijo sorprendida. Qué fácil.
-No se merecen, literalmente. ¿Por qué habría de hacerte yo un favor a ti?- Tengo que devolverla al mundo mortal, sí, pero da lo mismo que la deje en su cuna que en la otra punta del mundo... -Dijo despreocupado mientras se acercaba a una mesa con bebida y fruta sirviéndose una copa de algo que parecía vino.
-¿Qué?
-Pues que después de todo, repasemos los hechos,- la invitó con un ademán con la mano en que sostenía la copa, se apoyó inclinado, seguía igual: alto, largo pelo rubio liso, mirada azul y negra, era un hombre apuesto, pensó Sarah- tú viniste y perturbaste mi hogar, y saliste victoriosa, todo el mundo lo vio, en la corte, tu... Victoria sobre el mí fue motivo de burlas de ciertas personalidades con las que rivalizo desde hace años, esa pequeña humillación indirectamente fue obra tuya, y ahora burlas mi guardia con el uso de lo que sospecho son polvos de hada pixie -ilegales, por cierto, ¡estabas al tanto?- -le sonrió complacido- te cuelas en mi castillo y me intentas agredir... Y también- dijo posando sus ojos sobre la ropa de cama- me deshaces la cama. Nch, Nch, Nch... ¿No creerías que te ayudaría por nada, no?- Sonrió ante el cambió de expresión de Sarah llevándose la copa a la boca sin dejar de mirarla.
-¿Qué quieres Jareth? - dijo cortante. Era la primera vez que lo llamaba por su nombre a la cara, y notó que a él tampoco se le escapó ese detalle.
-Eso depende, ¿qué sabes hacer?
La descolocó un poco la pregunta.
-¿Quieres decir a qué me dedico? Soy economista, bueno en un año acabaré el grado... También he trabajado en musicales cantando y en bares la mayor parte.
-¿Eres una virtuosa de la  música?
-Soy tolerable. -vio que esperaba que elaborara- Según las críticas mas severas...
-Y orgullosa...- le cortó él. Sarah no lo negó.
-Sarah, voy a excusar de explicarte la feroz burocracia y legislación, te ahorraré las numerosas leyes que comprende este mundo en cuanto al contacto de criaturas del submundo y tu mundo mortal, solo te diré que si de verdad una criatura de mi reino o de otro de los 9 se ha presentado, ha dejado que lo vieran dos mortales y ha secuestrado a un bebé humano se las está saltando todas. Es una política estricta y necesaria. Pocos reinos disfrutan del acceso al mundo mortal, en mi reino se encuentra uno de los portales que aún siguen activos y su uso está fuertemente regulado y bajo control. Si ese ser que dices haber visto pertenece a otro reino, es probable que estemos ante un problema de magnitudes políticas insospechadas. No debes hablar con nadie del motivo de tu visita. Te asignarán unos aposentos en el castillo hasta que el tema esté resuelto, trabajarás para mi como sirvienta personal, y cantarás en el festival del solsticio dentro de dos semanas para costearte la estancia. Mientras tanto yo investigaré el asunto, lo prometo. Y será mejor que seas discreta en cuanto a tu procedencia, que piensen que eres una trabajadora más del castillo será lo mejor, no utilices el nombre de Sarah Williams, eres...algo conocida en la ciudad...
-¿Y si ya le hubiese dicho a tres personas lo que pasó?- Dijo poniendo una expresión de angustia. Él le respondió con un suspiro rápido y esperando a que se explicase.
-A Hoggle y su ama de llaves Molly.
-Por supuesto que teníamos que meter a ese enano en la ecuación para estar contentos...-Dijo exasperado.
-Y a un chico que se llama Tom que me secuestró, o quiso secuestrarme, mejor dicho, escapé esta noche -aclaró- que iba con un grupo de adolescentes y 3 orcos, venía hacia el castillo.
-¿Te cruzaste con ellos?
-Sí, me sorprendí, pensé que no podían vivir humanos en el submundo.- Dijo extrañada.
-Hay muchas cosas que no sabes de esta dimensión.... Por fortuna Tom es de fiar, trabaja en el castillo y no dirá nada, como le ordenaré que haga.


Pitt, sal de ahí de una vez, discutiremos tu entrada a mi cuarto sin permiso luego.- dijo mirando hacia los bajos de la cama. Un goblin pequeñito de ojos grandes y saltones salió de debajo de la cama con aire triste  y cuidadoso, como el de un perro que nota que le están dando una reprimenda, o que se la van a dar, arrastrando tras de sí un gran calcetín roto de lana que lo superaba en tamaño. Mira a Jareth y le responde.
-Si, su majestad. Lo siento.
-Ve a por la señora Lockhurt y dile que le dé ropa y cama a esta humana. Acompáñala hasta la señora Lockhurt, es un trabajo de escolta, si fallas te dejaré a merced de los demás goblins.
-Si su majestad- Su voz era aguda e infantil, casi tierna. Esta era la clase de goblins que se quedaba a cuidar de los bebés del laberinto.
-Mañana se te explicará lo que creas necesario saber, he tenido suficientes inconvenientes por hoy. 
Sarah se preguntó como sería el vivir en el castillo, nunca había tenido oportunidad de pararse a mirarlo la primera vez, y ahora iba a vivir allí. Estaba tan cansada que no se dio cuenta hasta el día siguiente de que sus heridas habían desaparecido por completo.

Retorno al laberinto.Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon