Un ligero cambio en nuestra vida

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Tom

Me encontraba limpiando la casa, y Nat me ayudaba, le dije que este era trabajo mío, pero ella quiso ayudar.
Pusimos música para trabajar más rápido, pero al parecer mi chica prefería bailar.
Me senté para ver cómo sus caderas se movían al ritmo de la música, comencé a reír cuando ella notó que no hacía nada.

-Eres un flojo Tom.-Dijo ella frunciendo el ceño.

-Solo miraba tu hermosura.- Dije coqueto.

-Ya Tom, anda, debemos acabar pronto. Mañana viene tu padre.

-Esta bien doña enojona.- Dije entre risas.

-Síguele Thomás Turner, síguele...-Dijo Nat fingiendo estar molesta, a lo que yo reí.

Horas más tarde, la casa estaba lista, además de un par de jóvenes agotados.

-Quedó muy bien.-Dijo Nat mientras se sentaba a mi lado.

-Y todo gracias a ti.- La abrace por la espalda.

-Fue trabajo de ambos Tom.

-Lo sé. Pero no hubiera acabado tan rápido sin tu ayuda.- Besé sus labios.

-Me encantas Tom.

-Me fascinas Nat.

Comencé a sentir calor, mucho calor. Besaba sus labios desesperadamente, es una sensación nueva para mi, creía saber a dónde iba todo esto, y tenía que detenerlo antes de que pudiéramos arrepentirnos. Y no es porque no quisiera, simplemente se que no es el momento, será hasta que ambos estemos listos.

Poco a poco, y con delicadeza, fui separando a Nat de mi, tenía un brillo especial en sus ojos, y al parecer yo también lo tenía. Un lindo color carmesí estaba en sus mejillas.

-Te amo.- Dijimos al mismo tiempo. Una sonrisa se formó en nuestros rostros. Un silencio se formó en nosotros, no era incómodo, era correcto, no teníamos nada más que decir después de eso.

Horas después, estábamos en un puesto de Tacos, lo sé, nada romántico para muchos, pero para nosotros sí que lo era, y además de que nos fascinaban.
Comíamos muy tranquilos, ella tenía un poco de salsa en su nariz, lo cual me causó gracia.

-¿De que te ríes Tom?.- Dijo ella con el ceño fruncido.

-Nada, solo recordé un chiste.

-Ay Tom, dime de que te ríes, yo también quiero saber el chiste.- Dijo haciendo puchero.

-Pues...-Me acerque a su nariz y deposite un beso-. tenias un poco de salsa en tu linda nariz.

-¿Y no pudiste solo decírmelo?.- Dijo sonrojada.

-No, le hubiera quitado lo romántico.- Dije feliz.

-Tu naciste ya siendo todo un conquistador, siempre has sido así Tom, así de lindo.

-Pero no con todas, solo con la chica a la que quiero con todo mi corazón.- Dije muy seguro.

-¿Y quién es esa chica?.-Dijo emocionada.

-La vecina de enfrente, ella es linda.-Contuve la risa.

-¿La vecina?, pues ve con tu vecina y a mi déjame aquí sola comiendo mis tacos.- Se cruzó de brazos.

 -Ven aquí mi celosa.-Abrí mis brazos para darle un abrazo-. Que la única chica que yo quiero eres tú.

-Que te abrace la vecina.- Se hizo la ofendida.

-Pues si me voy a vivir a lado de tu casa, o mejor aún, a tu casa, eso te haría mi vecina, así que ya no estés de celosa y abrázame.

-Eres un tonto Tom.-Y dicho esto, me abrazó muy fuerte-.Eres mi tonto favorito, simplemente me cuesta estar enojada contigo, esque eres un encanto.

Sólos Contra El Mundo...Where stories live. Discover now