Sólos Contra El Mundo...

Padre...

Tom

-¿Padre?.- Al fin dijo ella.

-Mi rubí...-Dijo papá.

-No... ¿Por qué me hacen esto?.-Dijo ella con lágrimas.

-¿Hacerte que pequeña?.- Papá estaba nervioso.

-Irse por tanto y luego regresar como si el tiempo no pasara.

-Yo... No estoy bien de mi memoria...

-¿Y es por eso que no regresabas?.-Papá asintió con la cabeza.

-Padre, dime tú, ¿Quién soy yo para juzgar? Y menos al hombre que me dio la vida.- Involuntariamente solté un suspiro de tranquilidad.

-¿Entonces...?.-Dijo papá tranquilo.

-Te quiero papi.- Cris comenzó a llorar en los brazos de éste. Fue una escena muy conmovedora.

-Haré todo por recordar los momentos más especiales de mi vida, cuando ustedes eran unos pequeños. Ven acá Tom.-Dijo haciendo que me uniera a su abrazo. Y así lo hice, estábamos de nuevo los 3, cómo familia. Nos falta mamá, y daría todo por verla una vez más, aunque siento que ella ahorita está con nosotros, abrazándonos, puedo sentir su presencia, y sé que debe estar más que feliz.

-Los amo.- Dije en el abrazo.

-Yo mucho más.- Dijo Cris.

-No creo que más que yo.- Papá revolvió nuestro pelo, a lo que nosotros nos quejamos y reímos.

Después de aquel momento, papá se quedó a dormir conmigo, en la ex casa del abuelo.
Al otro día el tuvo que regresar y preparar todo para regresar en una semana a dónde perteneció todo este tiempo.

Nat y yo decidimos dar un paseo con Taco, cada día se pone más grande y hermoso, tiene un pelaje color miel.
Nat invitó con nosotros a dos de sus amigos, Dulce y Saúl, por lo que yo traje a Damián.

Nos encontrábamos en el parque, Taco traía una correa, aún no nos animabamos a soltarlo, ya que es demasiado inquieto. Así que el solo estaba a lado de nosotros acostado, y mordiendo un hueso que le regale.
Pocos minutos después, aparecieron los amigos de Nat.

-Mujer, perdona la tardanza, pero ya sabes cómo se tarda en vestir Dulce.- Dijo Saúl haciendo una mueca.

-Pero yo ya estaba lista, tu pasaste tarde por mi, solo porque estabas con tu novia.- Dijo Dulce girando los ojos.

-Chicos, no peleen por tonterías, mejor quiero presentarles a Tom y su amigo Damián.-Dijo ella con una enorme sonrisa.

-Hola, mucho gusto.- Fui muy amable.

-¿Tom? ¿Tú enamorado de la infancia?.- Dijo Dulce con asombro. Yo, solo reí al ver a Nat muy rojita.

-Ese soy yo.- Dije orgulloso.

-Y mucho gusto linda.- Dijo Damián besando la mano de Dulce, a lo que ésta comenzó a reír.

-Dam.-Dije de forma molesta, el solo hizo cara despreocupada.

-Así que tú eres el famoso Thomas.- Saúl me saludó con un gran apretón de manos.

-Un gusto.- Le recibí el saludo.

-Ni te imaginas cuánto hablaba ésta niña de ti hace años.- Dijo molestando a Nat.

-Bueno, es porque soy un galán.- Reí.

-Uy si, sobre todo eso.-Dam rodó los ojos.

-¿Vamos por un helado?.-Dijo Dulce.

-Mi favorito es el de chocolate.-Damian la tomó delicadamente con su brazo hacia en puesto de helados, a lo que yo comencé a reír, no conocía ésta faceta de ligador de mi amigo.