Tú y yo, sólos contra el mundo...

590 42 0
                                    

Thomás

Mientras mi hermana dormía su siesta de la tarde, visité el patio del abuelo.
Era muy grande, y estaba realmente cuidado.
Me puse a correr por todo el lugar, sintiendo como el viento me hablaba suavemente sobre mi oído.
Di una y mil vueltas sobre mi mismo, hasta que choqué con una cosa muy grande, al incorporarme, pude notar que era mi abuelo.

-Lo siento...-Dije mientras me levantaba.

-Descuida. Sólo ten más cuidado.

-Si Abuelo.- La verdad me causaba un poco de miedo, no era como aquellos abuelitos tiernos que ponen en mis cuentos. Es muy enojón, frío y no le he visto sonreír desde que llegamos a su casa.

-¿Te gustaría que fuéramos a dar un paseo?

-Si abuelo... como tu digas.

-Hoy haremos lo que tu pidas. Venga, esto no lo hago todos los días. Tus deseos serán cumplidos.

-Quiero... pasar un rato contigo y mi hermana, lejos de aquí, en algún parque.

-Como tu digas, realmente me asombras, creí que me pedirías algún tipo de juguete o videojuego, de esos que usan los niños de tu edad.

-No, no son de mi gusto, prefiero jugar con Cristel.

-Que buen hermano eres, debes cuidar siempre de ella.

-Lo hago.-Dije orgulloso.

-Ve por tu hermana, yo mientras sacaré el auto. No demoren mucho.

-Si... abuelo.-Sonreí.

Corrí hasta donde mi hermana, suavemente moví su cuerpo, hasta despertarla.

-Hermanita. Ya nos vamos a pasear.

-¿A pasear?

-El abuelo nos llevará al parque.

-¿Entonces no es malo...?

-No digas eso. Nos quiere mucho, por eso nos está cuidando y nos llevará al parque.

-¡Si!.-Dijo dando suaves palmaditas.

-Vamos pequeña.-La tomé de la mano, y nos subimos al auto del abuelo.
Llegamos a un parque lleno de juegos.
El abuelo nos compró un algodón de azúcar, y luego nos vigilaba desde una banca sentado.

-¿No quieres jugar abuelo?.-Dijo la pequeña Cristel con una enorme sonrisa.

-No

-Anda abuelito. Te divertirás...¿Si?

-No. Vayan ustedes. No me gusta jugar.

-Ok abuelo.-Dijo Cris muy triste.

Me acerque al abuelo, y trate de hablar.

-Abuelo. ¿Puedo hacerte una pregunta?

-Ya la estás haciendo.- Era el mismo tono serio de siempre.

-¿Tu nos quieres?

-Si

-¿Por qué no nos lo demuestras?

-No soy así. Deberías aprender de mi. Las personas sólo te dañan, jamás confíes en nadie.
Ahora, déjame aquí a solas, y juega con Cristel.

-Bien...-Me levanté de la banca. Al paso de dar 3 ligeros movimientos con mis pies, mi mirada volteó a ver a mi abuelo. Corrí y le di un abrazo. No me lo devolvió. Me miró de manera extraña y siguió mirando hacia un punto vacío.
Lo solté y le dije.- Aunque no me lo demuestres, yo se que nos quieres, así como nosotros te amamos abuelito-. Y corrí a jugar con mi hermanita.

Sólos Contra El Mundo...Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum