Capítulo 9

1.5K 167 7
                                    

Siento como si tuviera piedras en los parpados amenazando con cerrar mis ojos. Miro a Fredic acusadoramente mientras él me ignora, fingiendo que el camino es más interesante. Anoche ninguno de los dos, se levantó a revelar la guardia. Fredic simplemente decidió ignorar mis llamados de ayuda, y Aaron tiene el sueño muy pesado. Tuve que mantener la guardia toda la noche por lo que pude tomar cero horas de sueño. Con los primeros rayos del sol, ellos dos se despertaron de su dulce sueño mientras que yo simplemente me estire para tratar de desaparecer la pesadez de mis hombros.

Retomamos nuestro camino en nuestros caballos con mis dos compañeros frescos con descanso y yo queriendo dormir. El sol se encuentra en todo su apogeo azotándonos sin piedad, indicando que el medio día se encuentra cerca. Habíamos estado cabalgando sin descanso por unas cuantas horas, y ya Leal se encontraba lejos a nuestras espaldas.

El camino luego de salir del bosque, y de las afueras de Leal es completamente diferente, sin embargo, es ese tipo de diferente que era hermoso. No era un bosque enorme, ni había tantos arboles a nuestro alrededor. Era simplemente un valle plano cubierto de una alfombra verde. Es una vista que te quita el alienta, y debías pestañar para verificar si era un sueño. Por un momento, el sueño y la pesadez de mis ojos se van.

—¡Dios! Envíanos una brisa, aunque sea —. Aaron se ha estado quejando desde hace aproximadamente cuarenta minutos, y ya podría ver el rostro de Fredic deformarse por la rabia; causándome risa. Eso le sucede por dejarme haciendo guardia toda la noche.

—Princesita, cállate. Mis oídos no soportan otra queja más.

Dejando que los dos niños peleasen solos, miro hacia el frente fijándome en un pueblo a lo lejos. Podríamos reabastecernos allí.

—Fredic —. interrumpo otro insulto infantil de Fredic. —Hay un pueblo adelante, podemos brindarles comida y agua a los caballos para luego continuar.

—De acuerdo.

Aceleramos el paso para llegar al pueblo lo antes posible, y poder continuar con nuestro camino. Además, miro el cielo viendo a lo lejos unas nubes grisáceas. Debemos escapar de la ruta de la tormenta antes que nos alcance. En menos de una hora alcanzamos el pueblo, no es muy alegre que digamos. Las chozas están en pésimo estado, y las personas de algún modo se ven con miedo y tristeza. Me rompe el corazón ver personas viviendo en estas condiciones. Nadie se atreve a acercarse a nosotros, excepto una señora media jorobada con un vestido sucio, y con partes de tela en diferentes áreas.

—¿Quiénes son ustedes? —pregunta en una voz ronca.

—Somos simples viajeros.

—He visto a muchos viajeros jóvenes, y ustedes no lo son. Nuestro pueblo ya ha sufrido por las manos de los soldados, así que por favor den una vuelta y váyanse. Suficiente tenemos con una bestia acechando nuestras mujeres.

—¿Bestia? —pregunto a la señora, quien me mira fijamente.

—Así como escucha.

—¿Qué tipo de bestia? —curiosea Aaron.

—Una que haría que los hombres más valientes se hagan en los pantalones —. responde ella.

—Permítanos quedarnos una noche, solo dormiremos y luego nos iremos con los primeros rayos del sol —. habla esta vez Fredic.

La señora nos mira a cada uno de nosotros hasta retener su mirada sobre mí. Lo que parece ser unos segundos después asiente con la cabeza.

La Guerrera de la LunaOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz