25. » Traición «

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Después de un fuerte regaño por parte de la profesora y un trabajo extra, las clases finalmente habían terminado, Alya me tomó del brazo y me arrastró rápidamente fuera del salón, evitando a toda costa a Adrien.

— ¿Quieres que vayamos a mi casa? - Preguntó Alya con evidente preocupación, yo asentí, a pesar de tener tarea extra no quería llegar aún a la mía, mis padres se preocuparían si me veían con el semblante tan deprimente que tenía en ese momento.

— Hey, chicas ¿Han visto a mi hermano? - Preguntó Juleka mientras se acercaba a nosotras, yo asentí.

— Me dijo que iba a estar esperándote en las escaleras principales— Respondí mientras intentaba fingir una sonrisa, Juleka sonrió en respuesta para después agradecerme y salir rápidamente en busca de su hermano.

— Por lo que veo, tu y Luka se llevaron muy bien - Dijo Alya mientras me golpeaba suavemente con su codo, yo me limité a sonreír breve mente para continuar así con mi camino hacia la salida. Luka había sido un gran apoyo para mi esa mañana, recordaba haberlo visto un par de veces antes junto a nuestra compañera Juleka, sin embargo, nunca había tenido la oportunidad de interactuar tanto con él.

Lo triste de todo esto es que nos hayamos tratado más gracias a...

 —  Vamos Alya, no quiero seguir un minuto más aquí.

Ella asintió y ambas caminamos hacia la casa de mi amiga, el recorrido fue silencioso, Alya no hizo ningún comentario y yo me sentía vacía, ida, era como si hubieran apagado mi vitalidad de un momento a otro.

— ¿Quieres que compremos helado? Eso siempre ayuda—Dijo Alya para romper así el incómodo silencio, yo sonreí levemente y asentí, no se que sería de mi sin mi mejor amiga en mi vida, en las buenas y en las malas, ella siempre estaba para mi... Alya se dirigió hacia una tienda de conveniencia que estaba justo a nuestro paso, yo esperé afuera mientras me recargaba contra la pared, un pesado suspiro escapó de mis labios.

—Marinette... Hay un akuma activo.

Dijo Tikki mientras se asomaba desde mi bolsa, yo no le tomé importancia a su advertencia.

— Lo dudo Tikki, todo ah estado en calma y de ser así, que Chat Noir se encargue de ello.

— Pero Marinette...

— Listo — Dijo Alya quien salía de la tienda con una bolsa interrumpiendo así el sermón de mi pequeña kwami, retomamos nuestro camino hacia su casa mientras ella me platicaba de sus hermanas, sus padres y los planes que tenía con su familia para las vacaciones, definitivamente trataba por todos los medios no tocar algún tema que me hiciera recordar a Adrien y sin duda era algo que le agradecía.

Una vez que llegamos a su casa subimos a su habitación, Alya buscaba algunas películas de terror en su laptop mientras yo servía el helado y las botanas que ella había comprado, Tikki salió de mi bolsa y voló hacia la ventana mientras miraba fijamente hacia el exterior, algo le inquietaba.

Alya apagó las luces y ambas nos recostamos sobre su cama, yo tomé el helado y comencé a degustarlo, la dulzura de este contrarrestaba satisfactoriamente con el amargo sabor de boca que llevaba desde esa mañana, repentinamente unas tibias gotas cayeron sobre la mano con la cual sostenía la cuchara, sin darme cuenta había comenzado a llorar nuevamente sin poder detenerme, tallé rapidamente mis ojos intentando así que Alya no se diera cuenta, pero cuando giré el rostro hacia ella, me encontré con su mirada de preocupación.

—Deberías de pasar la noche aquí, tienes un par de cambios de ropa en mi armario ¿Recuerdas? Ya veremos que inventar a tus padres.

Apoyó su mano sobre mi pierna y yo me límité a asentir, no quería preocupar a mis padres, no quería estar sola en mi habitación, no quería preocupar más a Tikki ni a Alya, no quería que Adrien fuera a buscarme...

𝗗𝗘𝗧𝗥𝗔𝗦 𝗗𝗘 𝗟𝗔 𝗠𝗔𝗦𝗖𝗔𝗥𝗔 | Where stories live. Discover now