O6. » Marinette «

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El suave ronroneo de Plagg resonaba por la habitación, a veces era muy ruidoso, ya un par de veces Nathalie me había preguntado si yo había metido un gato a escondidas de mi padre a la casa. Nathalie, si supieras.

¿Mis pensamientos? Una tortuosa tormenta dentro de mi cabeza ¿Mi miembro? Duro como roca. Después de lo de la noche anterior, había tenido que tomar la situación en mis manos por mi cuenta. Plagg llevaba dormido desde que llegamos durante la madrugada, no me había detenido a pensar en si él había sido el principal espectador de mis descontroladas acciones de anoche.

— Joder... Tengo que verla hoy...

Me levanté de una vez por todas y me arrastré a mi mismo hacia el baño, necesitaba una ducha con urgencia. Me saqué el bóxer y entré a la regadera abriendo el grifo de agua fría.

— ¿Adrien? ¡Hey! ¿Que fue lo de anoche? 

Aparentemente el ruido del agua había despertado a un curioso e impaciente kwami que ajeno del significado de la palabra "Privacidad" había atravesado la puerta del baño para hacerme compañía.

— ¿Que fue que?

Me hice el desentendido, no tenía tiempo y mucho menos los ánimos para darle "La charla"

— Pensé que amabas a LadyBug.

Suspiré ¿Como podría explicarle a Plagg lo que es el despecho? Aunque, no todo había sido orillado por eso, yo realmente deseaba a Marinette, ella... ¿Me gustaba? Bajé la mirada y vi mi erección, no solo me gustaba, estaba hambriento de ella.

— Y yo creí que mis líos amorosos te eran indiferentes.

— Ustedes los humanos complican mucho sus existencias — Se estiró para desperezarse y rascó su oreja.

— ¿No tenías un camembert que devorar? — Cuestioné al pequeño señalando en dirección a la salida.

— Ahora que lo mencionas, me debes dos quesos — Dijo Plagg estirando una de sus patas frente a él, en mi mente quise imaginar que mostraba dos dedos, si los tuviera.

— Cada día te vuelves más exigente ¿Sabías?

— Por lo menos yo no te robo energías para ir a hacer cosas extrañas.

Bien, me has vencido, pequeño glotón.

Plagg salió del baño atravezando nuevamente la puerta y pude escuchar como lanzaba la tapa de la charola al suelo para encontrarse con su amado queso.

Cerré los ojos y levante el rostro, el agua fría me empapaba más sin embargo la sensación era sumamente reconfortante. Después de aproximadamente 20 minutos en el baño salí cubierto solo por el bóxer mientras secaba mi cabello con una toalla.

— Tardaste demasiado — Se llevó un trozo de queso a la boca. — ¿Que tanto hacías?

Realmente no quieres saberlo.

— Joven Adrien, su padre lo espera abajo, en el comedor.

La voz de Nathalie fuera de la puerta de mi habitación nos distrajo a ambos, Plagg continuó devorando su queso gustoso.

Espera ¿Acaso había escuchado bien?  ¿Mi padre... Almorzaría conmigo?

— ¡Bajo en unos minutos Nathalie! — No pude ocultar la emoción en mi voz.

— Perfecto, informaré al señor Agreste.

Escuché como se alejaba del corredor, una extraña sensación de emoción y adrenalina me recorrió el cuerpo y sin perder más el tiempo me vestí y me eché la mochila al hombro, tomé a Plagg de la cola y lo metí en esta en contra de su voluntad.

𝗗𝗘𝗧𝗥𝗔𝗦 𝗗𝗘 𝗟𝗔 𝗠𝗔𝗦𝗖𝗔𝗥𝗔 | Donde viven las historias. Descúbrelo ahora