13. » Secreto «

22.7K 1.2K 391
                                    

Describir la felicidad que sentía dentro de mi cuerpo con palabras es casi una tarea imposible, Adrien Agreste, el chico de mis sueños, de mi vida, por el que hice miles de locuras... Me amaba, a mi, a Marinette, no solo a la heroína. Aún me parecía algo increíble, casi podía jurar que todo era un sueño, sin embargo el punzante dolor que sentí una vez que él... Bueno, una vez que entró en mi, me dejó claro que no estaba soñando como en otras ocasiones, lo que estaba sucediendo era real, me estaba entregando plenamente al hombre que amo.

Intenté hacerme la fuerte y no hacer ninguna protesta o comentario sobre el dolor que sentía, pero mi rostro me delató.

— ¿T-te duele?... — Preguntó Adrien con voz entre cortada, su rostro reflejaba el placer que sentía pero a la vez, preocupación.

Asentí, sin embargo el dolor se volvía más intenso conforme el entraba cada vez más profundo, aunque de una forma muy suave y lenta. No quería quejarme, me dolía, pero estaba tan inmensamente feliz que sentía como las lágrimas amenazaban con brotar de mis ojos,quería evitar que Adrien me viera llorando de nuevo y más en un momento tan especial y único como ese... Lo abracé y lo atraje hacia mi regazo mientras apretaba mis manos por detrás de su espalda.

—Hermosa... Tranquila... —Susurró y para hacer más perfecto el momento comenzó a repartir suaves y pequeños besos por mi frente. Si el cielo existía, era exactamente en ese lugar, en ese momento, junto al dueño de mi corazón.

— Te amo Adrien... Te amo tanto que... —Fui interrumpida por un suave beso que depositó sobre mis labios para después a pegar su frente a la mía quedándose inmóvil mientras yo me adaptaba a la sensación, estuvimos así por el transcurso de un par de minutos hasta que el dolor poco a poco fue pasando, separé un poco más las piernas y flexione las rodillas para apretar su cintura con éstas. Estaba lista para continuar.

—Adelante... Hazlo —Susurré

— ¿Segura?...

Asentí, sus labios dibujaron una linda pero perversa sonrisa y sin dudarlo más comenzó a mover sus caderas contra mi. El vaivén fue lento en un principio, el parecía analizar mis gestos, estaba muy serio y no apartaba su mirada de la mía, yo en cambio sentía una inmensa ola de sensaciones dentro de mi, amor, felicidad, un poco de nervios, vergüenza...

— E-Estás tan... Estrecha... — Susurró apretando los dientes y antes de que pudiera pedirle que callara comenzó a embestirme con más ritmo y fuerza, sentí como su miembro entraba hasta lo más profundo de mi, él lo disfrutaba sobre medida y yo también....

El placer sustituyó por completo al dolor en el fondo de mi ser, no podía analizar ni comprender lo que estaba sucediendo conmigo. Comencé a gemir ante la intensa ola de sensaciones que bañó cada centímetro de mi anatomía, Adrien intentaba permanecer serio, pero sentí claramente como jadeaba sobre mis labios ante cada embestida que me daba.

— Ah... Joder... Soñé con esto tantas veces... —Me avergoncé por completo ante sus palabras, a pesar de ser su primera vez, Adrien sabía perfectamente como intimidar a una chica, siempre tan seguro de si mismo, tan seductor e incluso atrevido... Definitivamente había miles de facetas que él ocultaba detrás de esa fachada de adolescente ejemplar y yo estaba dispuesta a descubrirlas todas.

La erótica danza de nuestros cuerpos continuó, yo levanté la cadera un poco al encuentro de su pelvis, el se incorporó y tomándome de la cintura me atrajo hacia él ante cada estocada de su miembro, el cual, tenía un tamaño considerable...

Adrien continuó embistiéndome y mi cuerpo respondíó plenamente a sus penetraciones, cerré los ojos y me entregué por completo al placer, entonces sentí un calor y una humedad envolver uno de mis pezones, la boca de Adrien había atrapado uno de estos para así ahogar los repentinos jadeos que escapaban de su boca. Suspiré, era casi como si le hubiera entregado un instructivo de cómo hacer estremecer cada parte de mi cuerpo ¿Cómo sabía perfectamente lo que tenía que hacer? Estaba maravillada con su entrega.

𝗗𝗘𝗧𝗥𝗔𝗦 𝗗𝗘 𝗟𝗔 𝗠𝗔𝗦𝗖𝗔𝗥𝗔 | Where stories live. Discover now