Capítulo Nueve: El inicio de una amistad y el dolor de un posible futuro.

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Un pequeño azabache de unos cinco o seis años corría a toda velocidad por un bosque huyendo de unos dos niños de unos diez años, al parecer, este pequeño travieso les había tirado con la ayuda de un palo una caca recién hecha de perro y vaya si la lió porque le amenazaban con matarle.., aunque en verdad esa travesura tenía una "misión especial", entrenar, probar aquellos poderes que había descubierto hace poco y.., ¿por qué no probarlas con aquellos matones del colegio?. Una vez ya bastante ocultos en el bosque, paró y les plantó cara poniendo aquella postura de lucha que de pequeño le hacía ver bastante tierno.

— Vaya, vaya.., conque el cobardica se va a hacer ahora el chico duro.., está bien.., ¡PONDREMOS FIN A TU VIDA, MOCOSO!

Y tras gritar aquello se aproximó al menor dispuesto a darle un puñetazo el cuál paró fácilmente con una mano.

— ¿Qu-...? — Iba a exclamar hasta que de repente un brillo en los ojos del pequeño Craig que hacían que sus ojos se volvieran más azules apareciera indicando que sus poderes ya estaban listos conque con un simple movimiento, levantó al mayor de edad y lo estampó contra el suelo dejándole la cara un poco enterrada.

— Que mi-mierda... — Expresó el segundo chico al ver aquella escena mientras retrocedía lentamente hasta toparse con algo. — ...¡jefe!

El rostro del pequeño Craig se frunció algo molesto, el jefe caca había parecido y con refuerzos.., unos cinco más incluyéndole para especificar. Seis contra uno.

— Bueno, enano.., parece que vas a pasar un buen rato...  — Exclamó crujiéndose los nudillos acercándose.

— Ten cuidado, jefe, ese chico es raro... — Murmuró el temoroso indicando a uno de la banda que se hallaba K.O.

— Bueno, si vamos uno contra uno sí.., pero seis contra uno no creo que haya problema...

Y poco a poco se fueron acercando al pequeño de chullo azul con risa maligna rodeándole para comenzar a darle, sin duda, una gran paliza.

— ¡PREPÁRATE, MOCOSO! — Gritó el jefe lanzando el primer golpe. El primer golpe que había sido parado por una.., ¿cometa?

— ¡Ay...ya!

Y de repente desde el cielo, con una vestimenta algo.., rara, en opinión del azabache, un niño de más o menos de su edad apareció pateándole la cara al jefe haciendo que cayera junto al pequeño quedando obviamente este encima y el otro inconsciente.

— ¡Cometa Humana en acción, preparaos criminales! — Respondió levantándose mientras tiraba suavemente del hilo de su cometa colocándosela en la espalda y poniéndose junto al azabache.

— ¡Jefe...!, maldita sea.., ¡otro puto rarito, salgamos de aquí! — Gritó uno mientras recogían a los dos desmayados huyendo de allí.

— ¡Eso es, huir criminales, yah, no hay nada que Cometa Humana no pueda hacer! — Exclamaba feliz mientras se giraba al azabache y le daba un coscorrón serio. — ¡Tonto, te podrían haber hecho mucho daño!

— ..., au, ¿qué mierda haces? — Bufó mientras se sobaba el golpe sorprendido por el repentino cambio de personalidad.

—¡Te he visto tirarle caca a los más mayores, eso es crear problemas! — Respondió mientras se cruzaba de brazos. — Deberías de tener más cuidado y respetar, aunque.., ¿puedo preguntarte algo?

Con gesto molesto y refunfuñando, asintió.

— ¿Tú también tienes poderes, cierto?

— Oh...

Y de esa pregunta salió una larga conversación entre dos niños desconocidos que se habían conocido en una situación heroica para hablar de sus poderes y de cómo los usarían en el futuro, que tendría que ser para hacer el bien y no el mal, coincidiendo en algunas cosas y no en otras en gustos y haciéndose unas demostraciones de cuál poder era mejor, quedando al final en empate.

En la Justicia siempre hay lugar para el Amor.Where stories live. Discover now