En la Justicia siempre hay lugar para el Amor.

Capítulo Siete: Thomas, pajas, el hilo rojo y dudas de cuál es cuál.

— Pues eso es jóvenes alumnos, la próxima semana, el Viernes, se celebrará una fiesta de Halloween del cuál nosotros, los alumnos de Repostería junto a los de Cocina colaboraremos en preparar terroríficos menús, el profesor de Cocina y yo dialogamos y quedamos en hacer algunas de estas recetas que os daremos a continuación, haréis grupos de cinco.., ¿de acuerdo? — Comentó la profesora. — Ahora.., ¡qué empiecen los exámenes de Cupcakes!

Próximamente sería Halloween en la ciudad y la Universidad había planeado hacer una pequeña fiesta pacífica, sí, "pacífica", pobres profesores que no sabían que a raíz de esas palabras los alumnos quedarían para traer alcohol a escondidas.., bueno, no era ninguno menor conque no había problemas pero si habían dicho que alcohol no no replicarían porque sí o sí llevarían dichas bebidas. Volviendo al examen.., estaban en la parte de amasado.

— ¡GAH!

— ¡PUTA!

— ¡GAAAH!

— ¡CULO!

— ¡GWAAAAAAAAAAA!

Gritaban amasando un rubio de ojos verdes con varias horquillas en el cabello para sujetárselo con temblores y tics por los nervios del examen y un rubio más oscuro de ojos miel con ojeras llamado Thomas el cuál tiene el síndrome de Tourette, una enfermedad que hace no controlar las palabras haciendo que este cada dos por tres suelte un insulto o palabrota. Tweek y Thomas tenían algo en común, los nervios, una parte que destacaba en ambos chicos, mientras estos amasaban y sus compañeros los veían incrédulos por el espectáculo, su maestra, la cuál era algo hippie, aplaudía llorando de emoción mientras los animaba viendo cómo sus alumnos ponían el alma en aquellas masas. Tras haber amasado, horneado y puesto el frosting con éxito, ambos rubios sacaron más que un sobresaliente siendo unos de los mejores de la clase siendo alguna que otra sorpresa para algunos de sus compañeros ya que creían que con los nervios, suspenderían, pero al parecer era al revés, "ES DEMASIADA PRESIÓN" era el éxito.

— Va-vaya Tweek.., ¡gay!, ¡eres muy bueno!

— A-ah.., ¡gah, gracias, tú también!

Se felicitaron ambos rubios creando un aura a sus alrededores de nervios, insultos y Jesucristo bastante acogedor en la clase, sin duda serían buenos amigos. En la hora creativa dónde tendrían que diseñar y experimentar nuevos sabores...

— Esto, alumnos, es una esencia creada por mí.., lo llamo, explosión de éxtasis.., y cómo su propio nombre indica, crea un efecto de excitación que dura segundos haciendo que luego vuelvas a estar normal.

— ¿Eso no es peligroso...?

— No es peligroso si sólo se echa una gota, Red.

— ¿Qué pasaría si se echa más gotas, profesora?

— Pues.., simplemente, contra más gotas, más dura el efecto de la excitación.., y cómo es una excitación provocada por varios agentes que si no se abusa no es perjudicial.., si no se llega a.., "controlar" puede llegar a provocar un infarto o en casos de chicos, les puede explotar el pene.

— ¡¿INFARTO?!, ¡¿EXPLOTAR EL PENE?!, ¡GAH, JESUCRISTO, ESO ES MUCHA PRESIÓN!

— Por eso tenéis que revisar una y otra vez la cantidad, Tweek. — Dijo en tono dulce la profesora dándole con la ayuda de una pepita una única gota de esa esencia al rubio dándole después al resto de alumnos.

— ¡.....! — Simplemente esa sensación fue mágica, primero.., una sensación de ardor te recorría el cuerpo.., luego, un pequeño escalofrío te recorría la columna para terminar expulsando un pequeño gemido a través de los labios notando cómo el ardor de tu cuerpo se había depositado en tu rostro y salía a través de tu aliento. Una experiencia única y extraña que había experimentado por primera vez el cuerpo de Tweek. — W-wow...eso fue...ra-raro... — Expresó algo confundido.