XVII

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/Año presente/
/Berlín, afueras de casa particular/

El monstruo trató de decapitar al humano que estaba mirando a la escena con sus afilados dientes, hasta que Brazaka se interpuso y acabó con una estocada final, derribándolo al suelo.
Ese desfigurado ser gritó y se descompuso en miles de pastillas, flotando en sangre negra, lo típico de esas criaturas.
El humano al que ese bicho iba a matar permanecía inmóvil en su sitio, hasta que miró  abruptamente al suelo y parpadeó varias veces. Brazaka se le quedó mirando por un momento: esos fríos ojos azules que se mantenían clavados en ella le resultaban extrañamente familiares, era como si le hubiese visto antes...

- ¡Gracias! - el chico gritó por la ventana.

En apenas unos segundos, Brazaka extendió su mano con un pulgar arriba y empezó a recoger las pastillas desperdigadas, ya que ningún humano debía comer de ellas bajo ningún concepto.
En medio de ese desastre, unos pasos se hicieron oír por la calle.

Brazaka podía notar la presencia de su padre aproximarse, y se giró para descubrir dos cosas: que el chico de antes ya había cerrado la ventana y que su odioso padre estaba a escasos metros suyos, en su apariencia humana. A pesar de los intentos de Brazaka de verle la cara, parecía casi imposible.

- Son preciosos, ¿no crees? Tan capaces de armar el caos, y con un deseo casi insaciable de propagar la plaga...

- ¿Así vas a crear el Nuevo Apocalipsis? ¿Con unos monstruos que apenas pueden soportar cuatro estocadas?

- Bueno, mi plan es que vosotros no intervengáis. Sin vuestros rescates a la desesperada, estos bichos armarán un caos inimaginable. - rió mientras acariciaba a una de esas criaturas.

- ¿Y cómo vais a pararnos?

Lucifer arqueó una ceja.

- ¿Cómo? Bueno pequeñaja, no te lo pienso contar. Arruinaría parte de la sorpresa que os tengo a todos preparada... Por cierto, dile a tu hermanita Danna que se dé prisa, sin su sacrificio no podré completar mi plan...

- ¿Sacrificio? La vas a obligar a...

- Ella se ha ofrecido, Brazaka... Ella sabe lo grandioso que va a ser este nuevo Apocalipsis, y que es necesaria. Si tú colaborases... Pero nooo, tenías que ser la oveja negra de la familia hecha de malditos demonios... No sé ni como lo has logrado.

- Muchos de mis hermanos también te odian.

- Pero no se unen al maldito Ministerio... Bueno, da igual, por mucho que lo intentes no cambiarás esta nueva época. Hemos empezado...

Brazaka empezó a marearse debido a que el fluido estaría llegando a su final.

- Al menos enséñame tu forma humana, padre.

- ¿Y que me investigues...? Lo siento bonita, pero no puedo dejar que veas mi rostro...

Brazaka frunció el ceño y corrió hacia su padre, con intención de ver su rostro, sin embargo, él pareció ocultarla con la mano.

Mierda, todo empezaba a dar vueltas.

- ¿Se te acaba el suero, agente secreta...? Que pena... ¿Todavía ves algo?

AbroadWhere stories live. Discover now